Cuando alguien ostenta un cargo está en la obligación de conducirse de acuerdo a esa investidura. Tiene reglas que cumplir, normas que aplicar y respetar y, en lo que concierne a su imagen, tiene que comportarse de acuerdo a la función que ejerce. En el caso de quien preside una federación de fútbol, se supone que encarna la representación del fútbol de su país, por lo tanto, está obligado a tener un comportamiento que no lesione la imagen que se da ante el resto de países.
Este asunto lo entiende cualquier persona con un mínimo de criterio y de respeto al cargo que ejerce. Cualquiera menos Agustín Lozano Saavedra quien, aparte de sus prácticas corruptas, es un individuo que no tiene el menor sentido de la buena imagen en el ejercicio de una función. Lozano, utilizando el cargo al que llegó de casualidad, se comporta como un fan de los personajes que va conociendo. Es, en el fondo, un dirigente de barrio que, de pronto, al ver que puede tener acceso a figuras pide fotografías y saludos como lo haría un entusiasta hincha y no un presidente de la FPF.
El caso más reciente fue el de vulnerar todas las reglas para que su hijo pueda tomarse una foto con la estrella mundial Lionel Messi. Lo grave es que Lozano se trajo abajo las obligatorias normas sanitarias que exigen el mayor cuidado en la llamada Zona 1 que es la zona reservada para los jugadores, a la cual solo pueden tener acceso los protagonistas y el escaso personal de trabajo con credenciales, prueba molecular y aislamiento previo. Normas destinadas a evitar contagios. No cumplir con estas normas es grave porque puede ocurrir el contagio múltiple generado, por ejemplo, en la selección uruguaya. Si Lozano no fuese el cómplice de la CONMEBOL y ésta fuese una institución seria, ya habría dispuesto una sanción para alguien que quebró el control sanitario en plena pandemia, un control sanitario que, además, debía proteger al mejor jugador del mundo.
El comportamiento de aficionado, de fan en busca de saludos tiene antecedentes. En meses pasados, Agustín Lozano, desde su cargo de presidente de la FPF, mandó grabar un video con saludos de varios jugadores de la selección peruana y otros personajes. ¿A quién enviaban saludos? Al colegio de Chongoyape donde cursó sus estudios escolares.
Lozano tiene también el afán del hincha que anda en busca de una fotografía con los personajes que va conociendo no por méritos propios sino únicamente por ostentar el cargo de titular de la FPF.
Si alguien se pregunta por qué el fútbol peruano está en crisis, una de las respuestas es porque a cargo de la FPF está un personaje de caricatura.