Alianza Lima, una crónica sobre el descenso a segunda división

Dirigentes, entrenadores, jugadores y los hechos que llevaron al fracaso. Y un epílogo vergonzoso: quieren buscar en un escritorio la permanencia en primera.

Aníbal Ingunza
Lima - 13 diciembre 2020

Habrán libros de historia y relatos de abuelos que cuenten lo que ocurrió el sábado 28 de noviembre cuando terminó de hacerse trizas Alianza Lima. Sport Huancayo le ganó 2-0 en el Estadio Nacional y lo condenó a la deshonra para un club grande y con historia de descender a la segunda división. Fue la consecuencia final de un año desastroso en el manejo, en las contrataciones, las decisiones y el rendimiento. Cuatro entrenadores, jugadores mediocres, intereses ocultos. La mejor receta para hundir a un club histórico.

Horas después de haber perdido la categoría, los primeros en no contestar el teléfono fueron Víctor Hugo Marulanda, ex director deportivo del club, y Daniel Ahmed, ex jefe de Planeación y Desarrollo del club. Ambos ganaban sueldos superiores a los 25 mil dólares mensuales y se hicieron humo entre el domingo 29 y el martes 1 de diciembre. Los pocos integrantes del Fondo Blanquiazul que se comunicaban entre sí y con el presidente Diego Gonzales Posada, decidieron despedirlos.

El miércoles 2 de diciembre en un brevísimo y lacónico comunicado, el club anunció que “El señor Víctor Hugo Marulanda ha dejado de ser director deportivo de la institución. También informamos que el señor Daniel Ahmed y todo su comando técnico ya no forman parte del club”.

Pese al despido intempestivo, ninguno de los dos recibirá compensación económica. Otro que también se irá es Guillermo Salas, el técnico interino que preferían los jugadores y rechazaban los dirigentes. Para despedir a ‘Chicho’ Salas bastó con informar que, en el 2021, Alianza Lima no tendrá equipo de reserva por lo que sus servicios ya no eran necesarios.

Quienes, por ahora, continuan en el club son la administradora Kattia Bohórquez y José Bellina, el gerente deportivo que asumió hace poco. Justamente Bellina dio algunos alcances sobre cómo se confeccionará la plantilla 2021. “Todos estamos en evaluación. Hay jugadores cuyos contratos vencen este año y estamos trabajando sobre sus casos para evaluarlos y definir. Pero, en general, todos los futbolistas, tengan o no vínculo para el otro año, están en evaluación porque se necesita una reestructuración”, indicó.

Las palabras de Bellina se fundamentan en que los jugadores que terminan contrato son, precisamente, los que tuvieron un bajo nivel: Carlos Ascues, Francisco Duclós, Rubert Quijada, Rinaldo Cruzado, Alberto Rodríguez, Joazinho Arroé y Gonzalo Sánchez. De esta lista, los barristas ya amenazaron a Ascues, Arroé y Duclós.  Ninguno seguirá. Además, Ascues, Rodríguez y Arroé están dentro de los jugadores que más dinero ganaban en el club. En el caso de Ascues, de actuaciones paupérrimas y desganadas, cobraba 19.500 dólares mensuales.

Quienes tienen contrato aún y, al parecer, tienen la venia del Fondo Blanquiazul son los arqueros Ítalo Espinoza y Steven Rivadeneyra, el defensa Carlos Beltrán, el volante Miguel Cornejo y el atacante Patricio Rubio. El caso del chileno es especial porque se le planteará un descuento de casi el 30 por ciento de su salario para el 2021. Si el jugador no acepta se romperá el contrato que vence en 2021.

Distinta es la suerte de otras ‘joyitas’ que fichó este año el club. Alexi Gómez y ‘Beto’ da Silva, ambos de pésimo rendimiento además de escándalos, rescindirán su vínculo o se irán a préstamo. En tanto Anthony Rosell y Aldair Salazar no seguirán por sus malas actuaciones en varias derrotas del equipo íntimo.

En cuanto a fichajes, el camino se hace difícil para el Fondo Blanquiazul no solo por el severo descenso en los ingresos sino porque para los futbolistas no es atractivo jugar en la Liga2, un torneo de aún más bajo nivel que la Liga1 y con canchas en mal estado. La primera muestra fue que Alianza ya tenía asegurado Álex Valera pero el descenso hizo que el delantero decida firmar por Universitario.

Noche blanquiazul – plantel Alianza Lima 2020

Quienes regresarán de sus préstamos son el defensa Fabio Rojas, los volantes Mauricio Matzuda y José Gallardo, y el atacante Sebastián Gonzales Zela. En cuanto al creativo Jairo Concha y el mediapunta Óscar Pinto (ambos de San Martín) cuyas fichas pertenecen al equipo victoriano también podrían reforzar en la Liga2. Al cierre de esta edición, llegó a Lima el experimentado zaguero ecuatoriano, Gabriel Achilier (35 años) procedente del Monarcas Morelia de México. Este jugador que fue mundialista en Brasil 2014, venía negociando con Alianza Lima pero habrá que ver si el tema del descenso cambia los planes y el ecuatoriano se va a otro club peruano interesado en ficharlo.

Ahora bien, más allá del tema de plantel, las cosas arden en las oficinas. La Sunat ha pedido información acerca de la situación actual y de las decisiones tomadas pero, hasta el momento, el Fondo Blanquiazul guarda silencio. Por su parte, los representantes de los Acreedores Laborales y Comerciales han enviado una carta notarial solicitando la convocatoria a una Junta de Acreedores para decidir sobre el “Cambio de autoridades de la Junta, Informe de la administración detallando los flujos de caja del año 2020, cambio de administrador del club, la aprobación de medidas de control y de Gobierno Corporativo del club para evitar la injerencia de acreedores en la Administración, la aprobación de lineamientos de gastos del club”.Esta cartaha sido enviada también a Indecopi y a la Junta. A la fecha aún no hay una respuesta pero es inevitable que la Junta de Acreedores de Alianza Lima tengan que efectuar la convocatoria con lo cual la permanencia del Fondo Blanquiazul a cargo de las decisiones en el club podría estar llegando a su final.

De otro lado, el párrafo aparte es para Daniel Ahmed. El ex entrenador de Alianza fue protagonista de un audio filtrado, según más de una fuente por él mismo, donde por casi doce minutos hace un descargo y responsabiliza a otros por sus errores. En una parte se le oye decir: “Me encargué de hacer procesos, porque antes no había ni uno solo. Para buscar un jugador, venían intermediarios y dirigentes para recomendar. No había análisis, no se sabía si habían competido en los últimos años, si llega al equipo con lesión, entre otras cosas”. Lo curioso es que Ahmed hace cinco años tiene discursos atractivos anunciando revoluciones que darán lugar al surgimiento de nuevos valores en las divisiones menores pero, en los hechos, nunca ha logrado mostrar resultados.

Ahmed dirigió 7 partidos a Alianza Lima y no ganó ninguno. Sin embargo, a su entender, la conformación del equipo en enero fue la principal culpable del descenso. “El debacle deportivo es por el equipo que se armó a principio de año. Después hubo decisiones de sacar jugadores del primer equipo, que debilitaron al grupo, pero pasaron tres entrenadores que salieron campeones nacionales: Bengoechea, Salas y yo. La única diferencia es que el primero arrancó con una pretemporada y plantel completo. Yo estuve 25 días, con un plantel extremadamente mermado”, contó el ex entrenador de las divisiones menores de la selección nacional. La pregunta es: si existían todos esos problemas ¿para qué asumió esos 25 días? Lo concreto es en siete partidos no logró triunfo alguno.

En ese audio, Ahmed se dio tiempo para explicar porqué apareció en una vergonzosa foto, junto a su comando técnico, usando al revés la vestimenta del club. “Cuando termina el partido (con Huancayo), querían lincharnos, tirar la puerta del estadio abajo y entrar. Los policías nos sacan por otro micro y nos piden que nos cambiemos la ropa. Pero nosotros no teníamos porque llevábamos días concentrados. La policía entonces no dijo ‘dénse la vuelta al buzo’, así pueden salvarse de una masacre”, reveló Ahmed. El rótulo de ese audio bien puede ser “Toda la culpa la tienen otros”.

Ahmed, al centro, y su equipo técnico. La última foto con la indumentaria al revés.

Lo cierto es que, en Alianza Lima, no solo Ahmed sino todos parecen tener una excusa y nadie se hace responsable. Y lo peor es que están insistiendo en conseguir en mesa lo que no lograron en la cancha. En efecto, a lo largo del año, el titular del Fondo Blanquiazul, Diego Gonzales Posada, apoyó a Agustín Lozano a pesar de las claras y concretas denuncias por corrupción en la FPF. El dirigente aliancista nunca apostó por un cambio institucional y prefirió avalar los manejos irregulares que han sumido en una crisis al fútbol peruano. Su responsabilidad es mayor porque un club de la importancia del Alianza estaba obligado a trabajar para enderezar el rumbo de una FPF en la que campean la desorganización y la corrupción. Ahora, al verse ante la deshonra del descenso consumado, Gonzales Posada y otros miembros del Fondo Blanquiazul, pretenden seguir en la máxima categoría apelando a la sombría amistad con Lozano para conseguir en un escritorio lo que no pudieron con goles.

Tiempos oscuros para un club con 119 años de historia.

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