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Argentina – Países Bajos, mucho más que un extraordinario partido

La crónica deportiva dirá que Argentina y Países Bajos empataron 2-2 y tras el suplementario mantuvieron la igualdad y la tanda de penales definió el triunfo argentino por 4-3. Pero en el Lusail Stadium hubo mucho más que un encuentro de fútbol.

Umberto Jara
- 9 diciembre 2022

No importa el autor, si Jorge Valdano o Arrigo Sacchi. La frase es: “El fútbol es la cosa más importante entre las cosas menos importantes”. Es una frase que no me agrada. Siempre he estado en absoluto desacuerdo con ella. Me parece que su autor tiene temor a decir que el fútbol es mucho más que un juego. Y estoy profundamente convencido de que el fútbol es muchísimo más que un juego. Es una actividad central en el quehacer de los humanos por una razón: es un reflejo, una escenificación de la vida humana.

¿Quiere usted enseñarle a un niño lo que es la vida? Hágale ver el Argentina – Países Bajos. Allí, en ese partido, que tuvo en vilo al mundo entero, está todo lo que ocurre en nuestras vidas. La alegría, la sorpresa, la angustia, la celebración, lo inesperado. El esfuerzo y el premio que va de un lado al otro. El triunfo que crees tuyo y descubres que lo puedes perder en un instante. El temor a equivocarte, la satisfacción de acertar. El aliento de los que te rodean y celebran y sufren junto a ti. La necesidad de empezar de cero, saber que, a veces,  tu esfuerzo no valió de nada y tienes que volver a empezar otra vez y si estás cansado de ti dependerá sacar fuerzas de dónde sea.

Dos héroes sin capa: Messi y Emiliano Martinez.

Y como eso no bastara, un niño podrá aprender con el Argentina – Países Bajos que en la vida existen diferentes oficios cada uno ellos muy valiosos cuando el esfuerzo se hace en conjunto. El laborioso ir y venir los laterales, la fortaleza y el aguante de los defensas centrales, la tarea de obreros de algunos mediocampistas y la mirada pensante de otros que ocupan el mismo puesto. La esperanza de triunfo puesta en los delanteros y, por supuesto, que en la vida habrá un personaje escaso, singular, especial: el genio que hace aquello que nadie más puede hacer.

Podrá aprender que un partido es como la vida: una batalla cargada de emociones en la que están los agresivos, los sensatos, los emocionales y los serenos. Que puedes reír o llorar según te vaya y que también puedes llorar de pura emoción, de pura alegría. Que debes respetar a tu rival porque su derrota engrandece tu victoria. Que también puedes ver a un hombre encargado de ser entrenador, llorar abrazado a su hijo con ternura y amor porque esa tarde hubo en sus vidas un ir y venir de aguas calmas y aguas revueltas, como en nuestras vidas según pasan los días.

Alegría y tristeza, un crudo constraste de emociones.

Entonces, ¿cómo alguien va a decir que “El fútbol es la cosa más importante entre las cosas menos importantes“? No es menos importante para nada. Es de enorme importancia por todo lo que enseña. Si a estas alturas de la página aún no está convencido, repase la definición por penales. En esa soledad inmensa que vive cada jugador en el instante previo a patear un penal, ese instante que contiene una victoria o una derrota, un niño podrá aprender que en eso consiste el instante en que una persona toma las decisiones centrales de su vida. Acertar o errar define el destino.

¿Sabe por qué el fútbol es la religión con más feligreses en todo el planeta sin importar el idioma, la raza, la condición económica o el país? Porque nos muestra lo que ocurre en nuestras vidas en el puñado de años que nos tocan vivir. Esta tarde millones de niños, viendo el Argentina – Países Bajos, aprendieron mucho de todo lo que tendrán que vivir.

Por eso, hace muchos años, para mí, la vida es lo que ocurre entre un Mundial y otro. Es mi manera de ser feliz, quizá al igual que usted.

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