Confesiones de Carlos Lobatón, lejos de las canchas pero cerca de Sporting Cristal

Uno de los últimos referentes que tuvo la hinchada celeste conversó con ONCE. Luego de su retiro, Carlos Lobatón medita sobre su trayectoria y confiesa algunos secretos de su carrera.

Daniel Yaipén
Lima. - 15 agosto 2021

Son pocos los jugadores que representan con su trayectoria y comportamiento la identidad y esencia de un club. Uno de esos curiosas casos es el de Carlos Augusto Lobatón Espejo, el cerebral volante de los goles increíbles y las asistencias de ensueño. Fue formado en la Florida desde que llegó al Perú y luego de pasear su fútbol por 5 años en otros equipos regreso a su casa. Fueron 14 años ininterrumpidos en los cuales ‘Loba’ fue un estandarte e insignia de Sporting Cristal. Un futbolista profesional de tiempo completo. Humilde en las victorias e hidalgo en las derrotas, valores e identidad que hoy sigue transmitiendo a los más jóvenes que son el futuro de la institución celeste.

Papá, tíos y hermano de futbolistas conocidos ¿Cuánto pesa llevar el apellido Lobatón para abrirse camino en el fútbol peruano?

No sé si para todos pero para mí el hecho de ser hijo y hermano de futbolistas reconocidos, hizo que me costará tres o cuatro veces más que si hubiera tenido otro apellido que no sea futbolero. Si hubiera tenido un hijo varón no me hubiera gustado que pase por esa comparación. Es como si creyeran que es una marca, !ah! es Lobatón, vamos a ver si es tan bueno como tal o cuál, y de entrada te van a exigir más que a los demás.

¿Cómo recuerdas tus primeros pasos en con una pelota en Colombia?

Mi papá jugaba allá y nosotros vivíamos en un multifamiliar muy parecido a los condominios que están de moda acá con zonas comunes, piscina, parque y demás. Sin embargo, lo primero que recuerdo es jugar con Abel (su hermano ex futbolista también) dentro del departamento en un cuarto medio vacío, ahí nos disfrazábamos con los uniformes de mi papá, y la pelota la armábamos con medias de fútbol envueltas para no romper nada. Yo tendría unos 5 o 6 años, son lindos recuerdos de mi niñez.

Carlos y su hermano como mascotas de su padre, en un partido de la selección.

Tus tíos Hugo y Carlos jugaron en Sporting Cristal ¿Tuvieron ellos algo que ver en tu llegada al club?

No, para nada, yo llegué a probarme como cualquier mortal y me costó bastante quedarme aunque no lo creas. Sabía que los que habían jugado eran mis tíos pero no tenía relación con ellos, recién estando ya dentro del equipo allá por el ’96 fue Don Hugo, que tenía un almacén de cerveza en el Rímac y siempre iba al club. Cuando se enteró que era Lobatón se acercó a saludarme y me preguntó por ‘Papino’ que era el apodo que tenía mi papá de niño.

Sino fue por ellos, siendo chalaco ¿Por qué fue Cristal y no Boys donde tenías historia familiar por tu padre y hermano?

A ver, te cuento, allá por 1994 nosotros habíamos regresado a Colombia y par mí el América de Cali era todo, el mejor club, la mejor hinchada y jugaba Freddy Rincón que era un ídolo. Entonces, llega Sporting Cristal a jugar una Libertadores de visita a Cali y mi papá nos lleva al reconocimiento de cancha en el Pascual Guerrero, ahí estuve a ras de cancha viendo a ese gran equipo entrenar, me puse atrás del arco del finadito Miguelón Miranda y le acercaba los balones.

¿Fuiste a ver el partido también?

Claro fuimos al estadio y ese día hacen un gran partido y empatan 2 a 2, con dos goles de cabeza del ‘Bimbo’ Ávila, en ese estadio que era bravo jugar. Gracias a que mi papá conocía a muchos de la delegación logramos entrar al camarín y ahí estaban todos celebrando pero hubo algo en particular que me encantó y ese día me enamoré de esos colores.

Lobatón se hizo hincha celeste en un partido donde destacaron Miguel Miranda y “Bimbo” Avíla.

¿Qué fue lo particular?

En medio de la alegría por el puntazo conseguido, no recuerdo exacto quién pero llama a todos al centro, hicieron un circulo y se comenzaron a orar en señal de agradecimiento. Eso a mí me encantó y le dije a mi papá cuando yo vaya a Perú voy a jugar por Sporting Cristal, este va a ser mi equipo. Cuando tenía 16 regresamos a vivir acá y mi papá quería que me pruebe en la sub 17 que dirigía ‘Titín’ Drago con el ‘Chino’ Rivera que ya me había tenido en Cantolao cuando yo tenía 8 años más o menos. El tema es que para que me prueben tenía que ser parte de algún club y como lo de Cristal no era inmediato, mi viejo me lleva al Boys que justo él comienza a entrenar mi categoría. Estuve 4 meses en Boys y después le dije me voy a ir a probar a Cristal y así comenzó todo.

¿Quién te recibió en el club y qué es lo primero que te quedó marcado de lo que te dijeron?

Nadie me recibió en realidad, porque nadie me esperaba (risas). Como te dije antes, yo fui sin recomendación como cualquier chico de 16 años lleno de sueños. Lo que sí recuerdo claro, es que siempre al llegar estaban el profe Fernando Mellan y el ‘Jet’ Gallardo en la puerta y así era igual a la hora que nos íbamos, diciéndonos los veo mañana, no dejen de venir.

El profe Mellan con Lobatón y Luis Advíncula, formado también en Cristal.

¿Cómo fue esa prueba?

Fueron tres largos meses yendo a prueba, entrenaba con mi ropa porque no era parte del plantel y al final del día recién cuando el profe Mellan me decía: “te espero mañana”, sabia que aún seguía con posibilidades de quedarme, esos meses fueron larguísimos. No sabes la felicidad que sentí el día que por fin me pidieron mis papeles para que me quedé y entrené con la ropa del club. Jugué en mi categoría, luego en el Sport Agustino —era filial del club en segunda en esa época— que luego se volvió en Cristal B que participaba en la segunda profesional.

¿Cómo fue tu salida del club, por qué no llegaste a debutar con la celeste en primera?

Fue a fines del ’99, en el equipo de primera habían jugadores de mucha calidad en mi puesto y la verdad no veía espacio para mostrarme. Para el 2000 el profesor Ramón Mifflin toma el Sport Boys con mi papá de asistente. Ahí le dice que le gusta mi juego y me pregunta si quiero ir y lo demás es historia conocida. Recuerdo mucho que cuando me despedí del profe Feina —como llama de cariño a Fernando Mellan— le dije me voy pero no se olvide de mí porque voy a regresar y me dijo acá te espero. En el 2005 cuando volví Don ‘Feina’ fue quien me recibió y me dijo: “porque te demoraste tanto en volver”, (risas). Para mí es un honor y una responsabilidad enorme transmitir el legado que nos enseñaron ellos, de lo que significa Sporting Cristal. Los valores de familia, igualdad, respeto, responsabilidad y ser primero mejores personas, incluso antes que grandes futbolistas, son los que seguimos inculcando y hacen grande a esta hermosa institución.

En el 2000 Mifflin lo hace debutar en el Boys en primera división con 20 años.

¿Cuál fue tu mejor año profesional antes de regresar al Rímac en el 2005?

Te podría decir varios el 2003 que fuimos campeones de la Sudamérica y al año siguiente de la Recopa o tal vez la gran campaña con el Estudiantes de medicina de Ica, pero más que quedarme con los años buenos, yo recuerdo los años duros que me tocaron vivir. En el 2002 me fue muy mal en Universitario casi no tuve oportunidad de jugar e imagínate al año siguiente, quién me iba a querer. Apareció una oferta de Unión Huaral y la tomé, a pesar del cariño de su gente la pasé muy mal en lo futbolístico y en lo logístico también, porque no teníamos las condiciones necesarias para dedicarnos a jugar. Sin embargo, esos años me formaron carácter, me ayudaron a ser más fuerte y me hicieron valorar todo lo que te brinda un club serio y para tener eso tienes que ser un profesional de verdad. Felizmente después pude llegar al Cusco donde dejé todo de mí los dos años y medio que jugué antes de regresar a Cristal.

¿Sientes que demoraste un poco en lograr tu madurez como futbolista?

Sí, por idiosincrasia el futbolista al igual que el peruano en general, somos muy engreídos, muy mameros. O acaso, me vas a negar que tengas la edad que tengas cuando vas a visitar a tu mamá, ella te atiende como si fueras su hijito aún, te hace tu pancito le echa la mantequillita un poco más y te da de comer (risas). Vemos la vida familiar con mucho más amor y ojo eso no esta mal, pero para el fútbol de alta competencia y afrontar la toma de ciertas decisiones no nos suma mucho.

Eres uno de los futbolistas mas cerebrales y técnicos que tuvo el fútbol peruano en la última década ¿Qué te faltó para dar ese gran salto a nivel internacional?

Tuve varias oportunidades pero hace 10 o 12 años no era tan fácil migrar a una buena liga o las ofertas que recibíamos los jugadores peruanos no eran tan atractivas o serias. Muchas de las que llegaron se cayeron cuando les tocó hablar con Cristal porque no eran muy claras u otras porque no satisfacían mis pretensiones económicas o en lo deportivo. Por ejemplo, tuve una de Rosario Central de Argentina pero estaban 15 puntos por debajo en el acumulado para el tema de la baja, no sentía que valía la pena mover a mi familia allá sabiendo que en lo deportivo era muy difícil que a ese club le vaya bien, y así sucedió, porque terminó descendiendo ese año. Tuve una de Brasil pero el tema contractual no era claro e incluso una de la India donde me ofrecían un muy buen dinero por seis meses, pero averiguando esa liga no estaba reconocida por la FIFA.

¿Nunca te llegó una propuesta realmente interesante?

Sí, después de la Copa América del 2011 me llegó una oferta de San Lorenzo de Almagro por un buen monto pero el tema es que querían hacerme doble contrato. Un monto en pesos argentinos en el contrato formal y el monto en dólares por fuera directo a una cuenta. Por amigos tuve contacto con los extranjeros que habían estado o incluso seguían en el club y me dijeron que el monto en dólares no se los terminaban de pagar completo y si te ibas del club menos aún. Ahí también se descarto esa oportunidad.

¿Crees que ahora es mucho más sencillo llegar a buenas ligas?

Sí, gracias a la clasificación al Mundial el futbolista peruano se ha revalorizado y me alegra mucho por los chicos que están aprovechando sus oportunidades en el exterior y abriendo camino a más compañeros. Ahora sí es importante que sepan que donde van es porque el técnico los quiere y van a tener oportunidad de jugar y mostrarse realmente.

¿Por qué lo dices?

Porque ahora esta de moda que los representantes cierran los pases con los directores deportivos de los clubes y a veces cuando llegan los técnicos no los tienen ni referenciados. Terminan jugando en las filiales o prestados en clubes de segunda o en las sub 21 cuando acá estaban en pleno crecimiento para ser tomados incluso en la selección. Este chico Vilca por ejemplo estaba comenzando a ser convocado y ahora no tenemos oportunidad de verlo y se le veía muchas condiciones. Así como ese caso hay algunos más que podían comenzar a ser tomados en cuenta y después ser vendidos a mejores ligas pero por ahí se apresuraron, ojalá pronto puedan destacar y volver a la selección.

Con la selección llegaste a jugar 49 partidos ¿Cuál consideras fue tu mayor logró y cuál tu mejor partido?

Definitivamente el tercer lugar en la Copa América de Argentina 2011 y el mejor partido, a pesar que lo perdimos 2 a 1, en la Copa América del 2015 en Chile. Ese día quité, organicé y entregué en muy buena forma, debo haber tenido mas del 90% de pases acertados, dolió esa derrota porque habíamos adelantado con gol de Cueva y Neymar nos termina haciendo una jugada increíble en un contragolpe, en los minutos de descuento, previa al segundo gol.

Lobatón acumuló casi medio centenar de partidos con la blanquirroja.

¿Qué es lo que más te impresionó del profe Gareca?

Que es un entrenador simple, que te dice las cosas muy directas como le gusta que se la digan al futbolista. Nunca te promete titularidad pero sí te dice como tienes que trabajar para pelear por ella. Desde el inicio nos pidió mucho compromiso con el objetivo grupal y que nunca dejemos de disfrutar lo que es jugar al fútbol. Yo siempre voy a estar agradecido con él así como con todas las personas que en su momento confiaron en mí y me dieron una oportunidad de mostrarme.

¿Es cierto que Gareca es cabalero? ¿Tú tenías alguna?

Todos los profes son cabaleros (risas), pero eso ya te lo tiene que responder él. Yo sí tenía las mías también como unas zapatillas naranjas que las usaba para correr y entrenar por muchos años, es más, aún las tengo en casa. También un par de calzoncillos para los partidos de mayor trascendencia y mis mismas canilleras con las que jugué todos los partidos durante los últimos 12 años. Otra que me olvidaba es que siempre intentaba jugar con zapatos nuevos y de cuero, nada que ver con los de plástico.

Carlos y una de sus cábalas, zapatillas naranjas para entrenar.

Tuviste más participación en la era Markaríán donde tenían un gran material humano ¿Qué errores no los dejaron lograr el ansiado pasaje al Mundial?

Nos faltó convencimiento. Sergio era un técnico pero nosotros no nos terminábamos de creer que éramos capaces, cuando ganábamos todo iba bien pero cuando llegaban las derrotas, que es parte de, las dudas nos jugaban en contra. Este grupo de Gareca logró levantarse de los momentos difíciles y logró esa fuerza anímica para remontar marcadores como en Asunción y romper rachas históricas como la de Quito o sumar en la Bombonera luego de casi 50 años.

Volviendo a Cristal ¿Qué sentiste cuando Chemo te dijo para que vuelvas al club donde te formaste?

En realidad fue muy rápido y casi sin pensarlo. Yo estaba en Cienciano y casi no jugaba con el uruguayo Jurado, Cristal llegó para jugar un partido a puertas cerradas porque teníamos el estadio castigado. Una hora antes Cristal sale al reconocimiento de cancha, y yo salgo para conversar con mis amigos, estaba con Soto, Moisela, Soria y en eso se acerca ‘Chemo’. Medio en serio medio en broma le digo sácame de acá que no me ponen nunca, ‘Chemo’ me miró y me dijo: “¿es en serio? okey, después del partido conversamos”. Todo quedó ahí. Ese día Cristal ganó en un gran partido por 4 a 3 en Cusco.

¿Qué pasó luego?

Yo pensé que había quedado en una simple conversación pero en la noche recibo una llamada a mi celular y era ‘Chemo’ ahí me dice: “ya hablé con el ‘Chino’ Benavides para que vengas con nosotros para el Clausura”. A mí me había llevado Alejandro ‘Cadenita’ Espinoza al Cusco, quien me llamó al día para contarme lo que yo ya sabía sobre el interés de Cristal.

Tú aún tenías contrato con Cienciano ¿La operación fue sencilla?

A mí me quedaba seis meses de contrato pero trabajamos en conjunto mientras Espinoza hablaba con Juvenal Silva yo fui donde el ‘Viejo’ Jurado y le dije: “profe yo se que a usted no le gusta mi juego, lo único que le pido es que le diga a Juvenal eso y que no piensa utilizarme”. Apenas terminé de decirle eso, ya estaba llamando delante mío a Juvenal para decirle. Así se concretó el supuesto préstamo.

¿Por qué supuesto?

Porque la hinchada de Cusco no quería que me vaya, era de los pocos que quedaba del los títulos de la Sudamericana y Recopa en el equipo. Así que Juvenal para calmar los ánimos dijo que sólo me iría seis meses a Cristal y después regresaba. Aunque yo ya tenía claro que esta vez de Cristal no me iba a menos que sea al extranjero, ese Clausura la rompimos y llegamos a la final justo contra Cienciano. Fue una final atípica por mucha cosas se jugó en Arequipa, se armó polémica porque como era jugador prestado no querían que juegue y además porque por las lesiones de Leal y Bonnet nos quedamos sin delanteros. Esa noche jugué de delantero junto con Jorge Soto y ganamos 1 a 0 con gol de cabeza de Carlitos Zegarra.

Lobatón regresó a Cristal en el 2005 y salió campeón jugando la final en Arequipa.

¿Alguna vez pensaste que te quedarías por 14 años ininterrumpidos?

Mientras estas jugando al fútbol no te das cuenta de los años o los títulos que vas acumulando. Juegas porque te apasiona y es lo que mejor te hace sentir en la vida. Yo desde los siete años sabía que quería ser futbolista profesional y me cuidé siempre para tener una buena carrera. Yo nunca tomé, bebí ni me trasnoche a pesar de los ejemplos cercanos que pude tener, siempre tuve claro que yo era un jugador de fútbol profesional y que mi profesión también dependía del cuidado que tenía de mi cuerpo.

¿El mejor partido de tu carrera y el que más disfrutaste?

El mejor contra Racing en Avellaneda por la Libertadores, el día que le ganamos 2 a 1 con dos goles míos y también uno en Chiclayo que hago un gol olímpico y otro desde antes de la media cancha contra el Aurich. El que más disfruté no fue un partido sino una campaña, a pesar que peleamos la baja, la del 2007 me sirvió muchísimo.

¿Cómo así?

Porque me di cuenta o reafirme en la clase de institución que estaba, cual era el verdadero espíritu de mi club a pesar que digan lo que digan. Ante la adversidad nos unimos todos de una forma increíble y conmovedora. El grupo de jugadores, la hinchada, los empleados, la dirigencia. Entre todos salimos de una situación sumamente difícil y lo logramos en la cancha. Después de un Apertura sumamente malo, en el Clausura hicimos puntaje de campeón y nos salvamos ganándole tanto a Alianza como a Universitario.

Carlos recuerda mucho lo que les costó remontar y salvar de la baja al Sporting en el 2007.

¿El gol más bonito que hiciste y el que más gritaste que no haya sido tuyo?

El gol olímpico de tres dedos que le hago a Cienciano jugando en el Gallardo. El que más grité sin ser mío fue uno que le hizo el ‘Chapita’ Blanco a Alianza en una definición que se jugó en Arequipa.

Antes de retirarte se tejieron muchas versiones que te irías a otro club ¿Qué pusiste en la balanza que terminó por decidirte para que te retires?

Tuve muchas reuniones, más de ocho clubes me llamaron para ofrecerme ir con ellos, montos alucinantes de dinero para el medio local. Uno incluso me mando un video de una minera que era su sponsor y me decían que ellos me iban a pagar para que firme tranquilo.

¿Qué pasó con esas ofertas?

Lo que pasó es que mis preguntas ya no iban solamente relacionado a lo económico, yo no quería que usen mi imagen solamente para armar un plantel y luego que las condiciones de trabajo no sean las adecuadas así yo cobre puntual. Mis inquietudes iban por el apoyo logístico que iba a tener el plantel, si íbamos a tener todas las condiciones para trabajar tranquilos, para preocuparnos solamente de jugar al fútbol. Lamentablemente me di cuenta que en Perú las instituciones que se manejan de esa manera las puedo contar con los dedos de una mano e incluso por ahí me sobra alguno. En ese lapso llegó la oferta de Cristal y medité que en ningún otro lugar como acá que es mi casa. Aunque me costó, algunos días aún me cuesta el retiro, estoy convencido que tomé la mejor decisión.

Carlos Lobatón es un referente positivo en el objetivo de transmitir los valores del Sporting Cristal hacía sus canteranos.

¿Qué es lo que más te gusta de tu nuevo puesto de coordinador de fútbol del primer equipo?

Que tengo una rutina similar a la que tenía como futbolista porque me levantó temprano, entreno con ellos, no estoy lejos de la cancha, comparto camarín, lo cuál me ayuda para conocerlos mejor y ser una especie de tutor para ser un apoyo más allá del fútbol. Conocer más de sus vidas familiares, su vida privada nos permite rescatar chicos con gran talento pero que necesitan guía para ser buenos profesionales. Si logro impactar en un porcentaje así sea pequeño en sus vidas para que sean mejores personas, me doy por satisfecho. El talento ya lo tienen, no cualquiera esta en Cristal, pero sí son buenas personas primero llegaran ser grandes deportistas.

Luego de la derrota en Lima ¿Qué posibilidades reales le ves al equipo de poder revertir el resultado en Montevideo?

Yo veo buenas posibilidades aún porque este grupo tiene mucha fortaleza mental. Ahora el tema es llegar y acertar, porque de que vamos a tener oportunidades vamos a tener. Este equipo juega muy bien pero una cosa es si metemos uno en la primera media hora, el partido cambia mucho. Yo confío es este grupo plenamente lo que vienen haciendo desde el año pasado no es nada fácil. Después de la pandemia remaron desde un puesto 18 hasta salir campeones y este año han mantenido el ritmo al ganar la primera fase, la Copa Bicentenario y a la par los cuartos de final de la Sudamericana. Hay que valorar el gran trabajo que están todas y cada una de las áreas del club para darle el soporte a este grupo y el compromiso de los muchachos con su camiseta e institución. Por si fuera poco, estamos aportando jóvenes figuras al fútbol peruano que estoy seguro después se sumaran al grupo de la selección nacional.

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