El 2020 apenas empezaba pero el panorama en la Florida era preocupante. A la incertidumbre por la venta del club a Innova Sports, una empresa liderada por jóvenes empresarios que la hinchada cuestionaba, se sumaba la pésima campaña que venía cumpliendo el equipo en la Liga 1, con eliminación temprana en la Copa Libertadores.
Al 7 de marzo el equipo se encontraba en el puesto 17 de 20 participantes, lo cual lo ubicaba en la zona de descenso. En los 6 partidos que dirigió Barreto –4 por torneo local y 2 por Copa Libertadores— en el 2020 había conseguido 2 triunfos, 2 empates y 2 derrotas es decir sólo el 44% de los puntos disputados. No se veía una idea clara de juego ni signos visibles de alguna mejora en el funcionamiento fecha tras fecha. Otro punto sumamente preocupante en huestes rimenses era la poca eficacia de cara al gol, solo 5 goles en 540 minutos jugados versus 7 goles recibidos lo que los dejaba con una diferencia de goles de -2.
Es válido señalar que el comando técnico de Barreto ya había asumido el timonel en la Florida desde septiembre del 2019 lo cual le dio tiempo suficiente para conocer la interna del club y mejor aún, tener la oportunidad de armar el plantel para el torneo del 2020. Sin embargo, eso no se vio reflejado en el rendimiento sobre el campo de juego y sus declaraciones ausentes de autocrítica, cada vez exacerbaban más el ánimo de la hinchada cervecera. En su paso como entrenador de Sporting Cristal, Manuel Barreto dirigió 18 partidos oficiales en los cuales sumó 8 triunfos, 6 derrotas y 4 empates. Es decir alcanzó el 51% de los puntos disputados, números insuficientes para una institución modelo en el país y acostumbrada a luchar siempre por el campeonato.
En medio de este horizonte incierto es que la nueva dirigencia bajopontina decidió enmendar el rumbo y recurrir a un profesional con la suficiente espalda y experiencia para apagar el incendio. Fue así que contactaron y lograron convencer a Roberto Mosquera de asumir la conducción del equipo buscando dar un salto de calidad y jerarquía en el comando técnico. El tiempo les dio la razón.
Los números de Mosquera y su comando técnico son simplemente espectaculares. Desde que asumieron el equipo disputó 28 partidos obteniendo 18 victorias, 8 empates y únicamente 2 derrotas. 62 puntos de un total de 84 disputados significan un 74 % de eficacia. Cristal, con el partido de la final, completó 18 partidos sin perder, 22 partidos en los que marca por lo menos un gol y después de la para por la pandemia sólo perdió un encuentro ante el descendido Grau por 2 a 1. Cifras pocas veces vistas en un torneo de primera división peruano. Esto llevó al conjunto cervecero a escalar 16 puestos en la tabla del acumulado y coronarse por quinta vez campeón nacional en lo que va de la década.
El 28 de febrero del 2020 cuando Roberto Mosquera declaró que en una institución como Sporting Cristal sólo cabía pensar en salir campeones, muchos lo tomaron como un mensaje populista para las cámaras. Nueve meses después de aquella primera conferencia de prensa, su trabajo y el de su comando técnico, el respaldo de la directiva con decisiones claras y coherentes y reglas de disciplina, permitieron convencer a un plantel sin fuerza anímica y en la parte baja de la tabla, de que podían y debían ser los mejores del futbol peruano. Y el éxito está a la vista: Sporting Cristal es el campeón del fútbol peruano.
