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El día que el león se comió al Cristiano

Marruecos derrotó a la selección de Portugal liderado por Cristiano Ronaldo, y se convirtió en el primer país africano en llegar a una semifinal de la Copa del Mundo.

Daniel Yaipén
Lima. - 10 diciembre 2022

Epopeya, proeza, hazaña calificativos parecen sobrar y al mismo tiempo no bastar cuando intentas describir en palabras las sensaciones que te deja un partido épico como el que se jugó en el estadio Al Thumama en Doha, Qatar.

Estos encuentros memorables para la eternidad son los que hacen que los mundiales sean los eventos deportivos más esperados del planeta y que a pesar de los avances y la tecnología, todos los días alrededor del mundo niños y niñas se sigan enamorando de esa redonda y de este hermoso deporte. Hace unas horas Marruecos en su sexta participación mundialista ha vuelto a hacer historia, en México 86 fue el primer país del mundo árabe y africano en pasar a octavos de final de un mundial, y ha puesto al fútbol africano en una semifinal del mundo, coincidencia cuando la localía se da en un país de supremacía árabe.

El agradecimiento de los marroquíes a su fiel hinchada.

Lo de hoy no ha sido una golondrina en el verano desde que se dio el sorteo se sabía que el elenco dirigido por el entrenador Walid Regragui, ex seleccionado marroquí a pesar de ser nacido en Francia, se sabía que en Qatar ninguno de sus rivales iba a ser “una perita en dulce”. Ese grupo F con Bélgica, Croacia y la pujante Canadá era un reto más que complicado para los leones africanos. Muy pocos le daban opción de clasificar a octavos y terminó haciéndolo de forma invicta y como puntero de su grupo.

En octavos se encontró con la España de los mas de mil pases por partido y su “streamer” DT Luis Enrique, todos pensaron que hasta ahí había llegado su travesía catarí pero fue todo lo contrario. Ante los ibéricos demostraron que agruparse ordenados como un equipo corto para defender y salir en bloque de contragolpe sin volverse un equipo largo es compatible en un sistema de juego. Si queremos “tropicalizarlo” a nuestro continente, la tocan como en Colombia o Perú y defienden como en Uruguay o Paraguay.

Pero no se conformaron con el pase a cuartos de final, sintieron si ya estamos acá vamos por todo aunque por delante tuvieran a un Portugal que venía de asestarle un 6 a 1 a Suiza, el resultado más abultado de todos los octavos de final. A pesar de tener a sus dos zagueros titulares sentidos y el cansancio de la prorroga ante España el ambiente en la interna esta muy enfocada en sus posibilidades.

Por su parte en la vereda de enfrente, más allá de la goleada previa, en la conferencia del entrenador Fernando Costa se hablaba más de a suplencia de Cristiano Ronaldo y sus problemas colaterales que del buen rendimiento del plantel luso. El tope inició con un Portugal tomando la iniciativa e intentando arrinconar a los de rojo en su propio campo, por su parte Marruecos ya acostumbrado a estos avatares fue asentándose en el terreno de juego. Unos 15 minutos le tomo a Marruecos sacudirse del acoso de los capitaneados por Pepé (Cristiano Ronaldo por segunda vez en el Mundial inicio en el banco de suplentes) y comenzar poco a poco a preocupar con sus salidas rápidas por banda en base a toque preciso y triangulaciones, sobre todo por su sector derecho.

Triste despedida de los mundiales para el crack portugués.

Portugal no encontró la fórmula que le sirvió en cuartos y mucho menos descifró como abrir el candado marroquí, conforme pasaban los minutos dejaron de apelar al bueno juego de Joao Félix y Bruno Fernandez para dar paso a los centros y pelotazos cruzados buscando la cabeza de Gonzalo Ramos, héroe ante Suiza al marcar un hat-trick en su debut mundialista, reemplazando a Cristiano Ronaldo.

En cambio en Marruecos comenzó a aparecer la figura gigante de Amrabat, como quita, juega y guapea el tapón de la Fiorentina de Italia, por la derecha la jerarquía de Hakimi, la desfachatez de Hakim Ziyech y el juego integral -ataca, defiende y la cuida 10 puntos- de Ounahi. Después del minuto 42 cuando el centro delantero del Sevilla español En-Nesyri puso en ventaja a los africanos previa salida en falso del golero portugués Diogo Costa, la efervescencia en ascenso de las tribunas (copadas en un 80% por hinchas marroquíes), contagio a sus once guerreros de campo que dibujaron sobre el impecable césped la obra más grande del fútbol africano en los 103 años de los mundiales de fútbol.

Hasta hoy la figura más destacada de Marruecos y el mejor volante central del Mundial. El #4 de Marruecos.

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