El extraño negocio del señor secretario

La FPF cerró un insólito acuerdo con DirecTV. Aquí la historia de las andanzas de Óscar Chiri, el Secretario General de la FPF.

Óscar Chiri, Secretario General de la FPF / Foto: Violeta Ayasta.
Umberto Jara
Lima - 22 agosto 2020

Hace dos semanas, ONCE publicó el informe Los cuatros equipos de Agustín Lozano, en el cual señalamos que la FPF al mando de Agustín Lozano había decidido convertirse en sponsor de cuatro clubes profesionales que participan en la Liga 1. Se trataba de una medida sin sentido porque la FPF no puede distraer fondos en pagar las planillas de cuatro equipos profesionales, la alimentación, el hospedaje, los servicios médicos y otros. Señalamos que desde la caja de la federación, hasta diciembre, se van a entregar alrededor de seis millones de soles a esos cuatro clubes. Digamos, no hay dinero para los trabajadores de la FPF a los cuales despiden o recortan sueldos y tampoco hay dinero para las divisiones menores, pero sí hay dinero para auspiciar a los clubes Llacuabamba, Stein, Grau y Alianza Universidad.

El absurdo de que la FPF se convierta en representante de cuatro equipos de la Liga 1, se concretó el día de ayer, 18 de agosto, y subió al escenario un  personaje que estaba operando en silencio y que, al parecer, decidió hacer su debut público a todo dar porque primero apareció anunciando que Lapadula no será convocado y que Farfán entrenará en La Videna. No nos estamos refiriendo a Ricardo Gareca —que usualmente debería hacer esos anuncios— sino a Óscar Chiri Gutiérrez, el Secretario General de la FPF.

En vista de que Chiri decidió dejar el perfil bajo, corresponde revelar que se trata del creador de dos ideas delirantes: que la FPF esté tratando de convertirse en negociadora de los derechos de televisión de todo el fútbol profesional y en la única federación en el mundo que auspicia cuatro equipos que, además, participan en el torneo que ella misma organiza.

Desde hace unas semanas, Chiri estuvo muy activo y este es el periplo que siguió. Su primera estación fue TV Perú, el canal de televisión pública conocido como Canal 7. Basado en un contacto con el gobierno, le planteó a esta estación televisiva que incorpore a su programación la transmisión de los partidos de cuatro escuadras capaces de crear, según él, enorme expectativa en el aficionado y un rating explosivo: Llacuabamba, Stein, Grau y Alianza Universidad. El precio planteado por Chiri a nombre de la FPF era una ganga, una bicoca, un bocadillo: 17 millones de soles.

En Canal 7 pensaron que la propuesta era una broma. Pero luego, cuando llegó una segunda misiva exigiendo una pronta respuesta, se percataron de que no era una propuesta de guion para un programa cómico. Pero, como el presidente ejecutivo del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (IRTP), que maneja Canal 7, es Eduardo Guzmán, un hombre con amplia experiencia en el mundo televisivo, utilizó una fórmula usual en la televisión: dejar que el silencio hable. No respondió ninguna de las cartas.

El contacto gubernamental de Chiri no tuvo éxito por una razón. Si bien el país tiene un gobierno proclive a las decisiones desacertadas, también es verdad que tiene olfato para detectar donde habrán o no habrán aplausos y era evidente que destinar 17 millones de soles de dinero estatal para cuatro desconocidos equipos recién ascendidos de la Copa Perú, habría significado para el gobierno una rechifla tan sonora como aquellas que existían cuando los estadios se llenaban. Entonces, la opción del Canal 7 quedó en enorme off-side sin necesidad de VAR. Solamente a la excepcional dupla Lozano-Chiri se le podía ocurrir que en medio de más de 40 mil muertos por Covid-19, podían conseguir 17 millones de soles del Estado para cuatro desconocidos equipos que ellos están subsidiando con dinero ajeno.

Óscar Chiri y Agustín Lozano.

Pero Óscar Chiri, el secretario de la FPF, tiene un sueño que, en realidad, es una pesadilla para la estabilidad del fútbol peruano: quiere sentarse en una mesa llena de dinero y ponerse a repartir esa plata entre 20 clubes. Al parecer es un gran convencido de aquel dicho: “El que parte y reparte, se lleva la mejor parte”. No se amilanó ante las puertas cerradas de Canal 7 y se fue a tocar las puertas de la empresa de telefonía Claro.

Sede Central de la empresa Claro.

Todo aquel que conoce el mundo empresarial de hoy en día sabe que el sector Telecomunicaciones está muy golpeado por la pandemia y desde sus casas matrices les han indicado lo obvio: no hay dinero para ninguna inversión. Al parecer, Chiri, el inversionista, desconoce la realidad empresarial peruana o tal vez dedicado a leer la prensa deportiva no ha tenido tiempo de revisar las páginas económicas.

Lo cierto es que en Claro le dijeron que no estaban dispuestos a ninguna inversión. Entonces, Chiri, inversor creativo, les propuso una fórmula: Claro no pagaba nada por los derechos televisivos, se los daba gratis; los gastos de transmisión eran asumidos 50% por Claro y 50% por la FPF y, finalmente, se dividían los ingresos por publicidad.

¿Cuál fue la respuesta de la empresa Claro? Ni gratis queremos los derechos de televisión de Llacuabamba, Stein, Grau y Alianza Universidad. ONCE consultó a un experto del sector Telecomunicaciones quien señaló: “La fórmula planteada pertenece al universo de la ficción económica porque nadie con un mínimo de conocimiento del mercado se dirigiría a hacerle una propuesta al sector Telecomunicaciones que pasa por la peor crisis en los últimos 20 años. Telefónica está en venta; Claro hace equilibrios para aguantar la caída; Entel no logra recuperar su inversión y Bitel opera a pérdida. ¿Cómo vas a venderles a cuatro equipos que nadie conoce?”.

Pero Chiri no conoce esa lección que enseña que la terquedad lleva por malos caminos, y decidió seguir su ruta. Tocó la puerta de DirecTV y les alcanzó su luminosa oferta: derechos televisivos de cortesía; gastos de transmisión al 50% cada uno y los ingresos por publicidad 60% para la FPF y 40% para DirecTV.

La fórmula de Óscar Chiri, el inversor de la FPF, bien puede ser materia para el análisis de los estudiantes de Economía como un modelo estupendo sobre cómo perder dinero jugando a ser empresario con dinero ajeno. En efecto, el subsidio que Chiri y Lozano le están dando a cuatro clubes profesionales con fondos de la FPF —al menos seis millones de soles hasta fin de año— no se va a recuperar porque los derechos de televisión no los están vendiendo, los están regalando. A eso suma que los gastos de la FPF se incrementan porque van a tener que pagar el 50% de los costos de transmisión. Y la cereza de este pastel agrio es el tema de la publicidad a repartir entre la FPF y Directv. De qué publicidad se puede hablar si el mercado publicitario está totalmente contraído. Una regla inevitable es que, en momentos de crisis económica, lo primero que las empresas reducen es el gasto en publicidad.

Un ejemplo rotundo es la situación actual de la cervecería Backus, la principal anunciante en el fútbol. El volumen de ventas de la cerveza ha caído en 64,5% entre abril y junio de este año. Para decirlo de otro modo, la afición, que ya no canta Contigo Perú, dejó de beber 2 millones 14 mil hectolitros de cervezas. En términos de dinero, Backus ha tenido una perdida de 42%, en el primer semestre de este año, con ingresos de solo S/ 617,1 millones frente a los S/ 1.063,8 millones del mismo periodo del 2019. Lo dice el último reporte financiero presentado a la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) que, obviamente, Chiri no ha leído y Lozano no ha encontrado quien se lo explique.

Entonces, si la FPF no va a cobrar un sol por derechos de televisación de los cuatro equipos que auspicia —Llacuabamba, Stein, Grau y Alianza Universidad— y tampoco va a tener ingresos publicitarios y encima va a pagar el 50% de los costos de transmisión más las planillas, alimentación, hospedaje y servicios médicos de esos equipos,  ¿dónde está el negocio? O quizá la pregunta mas precisa sea ¿hacia dónde apunta el negociado?

Es una historia que tiene más por contar.

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