/

El PSG y un lema: sigan gastando

El dinero no hace goles, lo sabe el PSG tras la derrota que los dejó sin Champions. Gastaron 1,300 millones de euros para ser campeones y un jugador suyo que vendieron en apenas 21 millones anotó el gol de su derrota.

Redacción ONCE
Lima - 24 agosto 2020

Las inyecciones millonarias del régimen catarí permitieron en 2017 al PSG contratar de un sopapo el desborde y los goles de Neymar Junior y Kylian Mbappé, Dos golpes que rompieron el mercado y que desde entonces le colgaron el cartel de serio aspirante al título. Pese a que las dos operaciones supusieron un desembolso de cerca de 400 millones de euros, sumados a otras millonarias contrataciones, tendrán que seguir soñando (y gastando) con ser campeones de Europa.

Kylian Mbappé era el jugador llamado a convertirse en la referencia del fútbol mundial. Un gran físico. Cada vez es más potente. Cada vez marca más las diferencias por velocidad. El problema es que su fútbol ha dejado de evolucionar. La experiencia acumulada desde 2016 no ha enriquecido su toma de decisiones. Lo supieron los hinchas del PSG según se sucedían las ocasiones clamorosas a su favor. Pasados los diez minutos, Paredes lo encontró en la banda izquierda y Mbappé decidió el mano a mano con Kimmich rematando al bulto. Procuró ajustar el tiro al segundo palo, el palo que protegen por ley los porteros y los defensas. Estrelló la pelota en Kimmich, como era de prever. Si hubiera sido un delantero realmente diferente la habría cruzado al primer palo, al ángulo inesperado, bajo las piernas de su marcador. Pero Mbappé pertenece a otro mundo. Con 21 años ya es una multinacional de dinero.

Mbappé intenta superar a Kimmich / Foto: Euro Press.

En cuanto a Neymar qué se puede decir. En el balance del encuentro con el Bayern donde se jugaba el sueño del PSG: lograr por una vez la Champions League, existen más fotografías de Neymar llorando antes que imágenes frente al arco de Neuer. Y en la previa del partido existen muchas fotografías con la mujer que le arrebató al cantante Malula una fotografía previas a una final. Al igual que Mbappé, el brasileño Neymar tiene tanto dinero que ya no hay espacio para el fútbol que se debe jugar en una final.

El lamento de Neymar tras perder la orejona.

El PSG no tiene alma

Para los franceses el PSG es un club sin historia ni identidad, creado con dinero de Qatar y apoyado solo por cazadores de gloria y por jóvenes. De hecho, el club tiene millones de seguidores desde hace mucho tiempo, la mayoría en los suburbios del área metropolitana más grande de Europa. La creación del PSG, a través de una fusión de dos clubes, fue solo el último intento de crear un club parisino con poder de permanencia. Los clubes Racing Club y Red Star se habían desvanecido después de períodos de sol.

Hace apenas una semana Paris Saint-Germain celebraba los 50 años de su fundación en una ceremonia modesta, lejos de la elegancia y brillo que lo ha caracterizado desde que el grupo Catar Sports Investment asumió el control del equipo en 2011.

Ganar la Champions League se convirtió en la obsesión del PSG. Para que esto suceda, en el verano de 2017 el club gastó en lo que siguen siendo los dos traspasos más importantes de la historia del fútbol: el brasileño Neymar vino del Barcelona por 222 millones de euros y Kylian Mbappé de 18 años del Mónaco por unos 180 millones de euros. En las dos primeras temporadas Neymar se perdió jugar la fase eliminatoria de la Champions por lesiones y PSG no lograba avanzar.

El grupo catarí, gracias a su bolsa llena de petrodólares, tuvo que soltar grandes cantidades para tratar de hacerse de los mejores jugadores y algunos de los técnicos más cotizados. Más de 1,300 millones de euros que se dividen en jugadores de gran cartel y en técnicos de capacidad probada, como lo es el propio Thomas Tuchel, su actual estratega. 

Como ocurre en los entornos hechos en función del dinero, un dirigente tiene una fama similar a la de sus jugadores. Nasser Al-Khelaïfi, el presidente del Paris Saint Germain, que cada vez que visita sus cuentas bancarias personales se encuentra con una suma que impresiona: tiene a su disposición unos 16.000 millones de dólares. Y la cuenta crece día a día.

Nasser Al-Khelaïfi y Neymar.

Con semejante fortuna, los 70 millones que puso a través de Qatar Sports Investments, un fondo de inversión que él maneja, para comprar al club de la capital de Francia en noviembre de 2011 parecen un vueltito. Conociendo el estado de sus cuentas, tampoco sorprendió la promesa que le hizo al plantel si ganaban al Bayern Münich: 500.000 euros a cada uno de los jugadores por el triunfo que, finalmente, no lograron. Ya les había regalado una funda de oro para sus celulares por haber conseguido la Ligue 1.

Ahora bien, ¿cómo hizo Nasser bin Ghanim Al-Khelaïfi, que nació hace 46 años en Doha y es hijo y nieto de pescadores de perlas, para pasar de una infancia sin demasiados lujos a convertirse en un empresario multimillonario? “Todo esto no habría sido posible para mí sin el tenis. Eso seguro”, contó hace unos años en una entrevista con el diario El País de España.Es que la vida del qatarí cambió para siempre un día en una canchita de tenis de la capital de Qatar: cuando tenía 14 años, llegó al club un nene de 8 que cayó con la mejor raqueta y la mejor vestimenta que él había visto en su vida. Enseguida, simpatizaron y se pusieron a pelotear. Su nuevo amigo era ni más menos que Tamim bin Hamad Al Thani, por aquel entonces príncipe heredero y actual emir de Qatar. Juntos siguieron jugando al tenis e incluso representaron a su país en algunas series de la Davis y varias veces se fueron de vacaciones a la Costa Azul de Francia.

Tamim bin Hamad Al Thani y Nasser Al-Khelaïfi.

Nasser, que llegó a ser 995 en el ranking de la ATP (con un récord de 12 victorias y 31 derrotas como profesional) y que acumuló 16.000 dólares en ganancias gracias al tenis, terminó colgando la raqueta en 2002. Una vez que se retiró, siguió con algunos negocios producto del vínculo que tenía con la familia real pero aún estaba lejos de ser mega millonario. Hasta que, en 2005, la familia real qatarí, a la que le sobraban -y le siguen sobrando- los petrodólares, decidió crear el Qatar Investment Authority, el Fondo Soberano de Inversión del país árabe: del que se desprende el Qatar Sports Investments. Para manejar la pila de billetes que se iban a destinar a proyectos deportivos en todo el mundo, Al Thani necesitaba a alguien de confianza y por eso se inclinó por su amigo tenista, que le había demostrado fidelidad a lo largo de los años.

Desde que llegó al PSG, Al-Khelaïfi tuvo billetera grande: gastó 1.304 millones de euros en compras, entre las que se destacan las de Neymar (222 palos), Mbappé (145), Cavani (64,5) y Di María (63).

En el planeta PSG tal vez entiendan que la billetera no hace goles y que un muchacho como Coman, que era suyo y gana muchísimo menos que Neymar o Mbappé tiene algo que el dinero no compra: el hambre de gloria.

Con información de Financial Times y Olé

/ MÁS INFORMACIÓN
Ver nota completa

Lewandowski, el bombardero de Varsovia

Ver nota completa

Kingsley Coman, el autor del gol triunfal