De pronto, la rodilla ya no tenía el vendaje, ni el dolor ni el pasado. Paolo Guerrero se puso de pie en la banca del Internacional de Porto Alegre y echó al pasado los 6 meses y 27 días que habían transcurrido desde aquel 16 de agosto del 2020. El centro delantero peruano se acercó a la línea del campo y, con su conocida camiseta ‘9’, entró sustituyendo a Bruno Praxedes. Domingo 14 de marzo de 2021, en el duelo contra el Ypiranga por el Torneo Gaúcho, el capitán de la selección peruana volvió de una lesión. Ingresó a los 66’ y, con 37 años, empezó otra aventura.
Este domingo, como es lógico, se vio a un Paolo Guerrerro acomodándose nuevamente a la acción. Al momento de ingresar al campo, sus compañeros le entregaron la cinta de capitán, el delantero presionó en la salida, trabó en divididas y hasta lanzó un pase gol que no pudieron transformar. Al momento de generarse un penal, el futbolista peruano no pidió asumir la ejecución, quizá con público en las tribunas, la torcida le habría exigido pararse ante el balón. Finalmente, fue Edenilson quien convirtió a los 90’. El duelo terminó 4-2 e Internacional ya se ubica tercero en la tabla. Lo siguiente que enfrentará será la fase de grupos de la Copa Libertadores y el inicio del ‘Brasileirao’.
Con Paolo Guerrero en el equipo. Sin el vendaje ni el dolor del pasado.
Al final del partido, estás fueron las palabras de Guerrero sobre su retorno: “Volví después de casi 7 meses, 6 meses y 3 semanas, yo creí que no iba a entrar todavía, porque era entrar a un juego caliente donde perdíamos 2 a 1. Entonces quedé con miedo. Gracias a Dios entré y se volteó el juego y ganamos. Con los compañeros estamos haciendo lo que el profesor pide y gracias a Dios nos estamos sintiendo bien. Mis compañeros tuvieron toda la energía, ellos estuvieron entrenando y yo preparándome para poder volver”.
Una historia que quedó atrás
Guerrero se lesionó en un partido ante Fluminense y dejó el campo entre el dolor y el llanto. Tras los exámenes de rigor se determinó que fuese operado. El delantero fue sometido a una reconstrucción del ligamento cruzado en su rodilla derecha y la rehabilitación se dividió en tres partes. Los primeros fueron meses de descanso absoluto con medicamentos para desaparecer el dolor. Luego vino la fisioterapia acompañada de trabajos en gimnasio que, poco a poco, fueron aumentando en carga. Recién en febrero, el peruano se unió a los trabajos grupales con Inter.
No fue tomado en cuenta, pese al alta médica, en las dos primeras jornadas del ‘Gaucháo’. Desde la directiva de Internacional habían decidido que tampoco forme parte del equipo que despidió el Brasileirao perdiendo el título a manos del Flamengo.
Fortalecimiento muscular y trotes alrededor de la cancha. Así fue la fase final de los entrenamientos de Paolo Guerrero, hasta ser convocado para el partido que significó su esperado retorno.
Antes del encuentro en que El Depredador volvió a pisar el césped en un partido de competencia, ONCE conversó con del asesor de prensa de su club el Internacional de Porto Alegre. Se llama Rafael Antoniucci, convive diariamente con el goleador y comentó que “Guerrero no quiere hablar con nadie. Entrena en silencio con la única preocupación de fortalecer la musculatura de sus piernas para jugar con confianza”.
A su vez, en los días previos, el técnico interino Fabio Matías nos indicó que “Guerrero evoluciona cada día, eso lo veo en los entrenamientos y el retorno depende del nuevo entrenador”, en referencia al español Miguel Ángel Ramírez, la más reciente contratación del equipo Colorado.
Paolo se lesionó al disputar una pelota cerca del área con el central del Fluminense, Luccas Claro. Fue un choque leal pero el ligamento del 9 no soportó la torsión y la ruptura fue total. Corría el minuto 15 del segundo tiempo, el partido estaba 1 a 1 (gol de Paolo a los 28 del primer tiempo) y se jugaba la tercera fecha del Brasileirão 2020, en el Maracanã. Hasta ese momento, Guerrero tenía tres goles en tres partidos.
La operación de reconstrucción del ligamento fue el 21 de agosto, en una clínica particular, en Porto Alegre. Para acelerar su recuperación (y prolongar su carrera), Paolo compró una faja gravitacional, que sujeta parte del cuerpo y reduce el impacto del peso corporal en hasta 80%. Guerrero llegó a usar este aparato tres veces al día, a lo largo del último trimestre del 2020.
A fines del año pasado, Paolo sorprendió a la hinchada Colorada al aparecer trotando en una de las canchas del Centro de Entrenamiento Parque Gigante. Era el inicio de la última etapa. Los ejercicios de fortalecimiento para acelerar el regreso y vestir la blanquiroja del Inter y de la selección.
