Telê no quería dirigir ningún equipo. Había sido despedido del Palmeiras porque la relación con los jugadores se desgastó y el ambiente no era favorable. Corría el segundo semestre de 1990 y el São Paulo Futebol Clube vivía una mala racha, que le costó el empleo al entrenador uruguayo Pablo Forlán, ex jugador del club y padre de Diego Forlán, Balón de Oro en el Mundial de 2010.
El director de Marketing del São Paulo, Carlos Caboclo, habló con el presidente, José Eduardo Mesquita Pimenta, sobre su deseo de traer a Telê Santana para comandar el equipo. El presidente le dio luz verde a sabiendas que Telê no quería trabajar. Tras varias horas de conversaciones, el ex entrenador de la selección de Brasil en España (1982) y México (1986), aceptó dirigir al equipo por tres meses.
“Cuando llegamos al club, en octubre de 1990, el clima dentro del camerino era pésimo. El São Paulo estaba quinto en su grupo y en décimo segundo en la tabla general. Tenía cuatro derrotas, tres empates y tres victorias”, dijo el preparador físico Moracy Sant’Anna, integrante de la comisión técnica de Telê.

Los dos primeros partidos fueron empate y derrota, pero después el equipo empalmó una secuencia de victorias que lo llevó a los play-off, o “mata-mata”, como popularmente se conoce en Brasil. Ganó los encuentros ante Santos y Gremio y clasificó a la final para jugar contra el Corinthians, que conquistaría su primer título nacional.
Al término del partido, en el banco de suplentes, Telê le dijo al director de Fútbol del club, Fernando Casal del Rey que había cumplido su misión, le agradeció por todo y le pidió para no insistir en renovar el contrato.
“Nadie va a insistir. Usted dijo que estaría por tres meses, cumplió y nos ayudó. Nos colocó en condición de disputar el título. Lamentablemente no ganamos, pero no importa. Nuestro agradecimiento será eterno”, recordó Casal del Rey en entrevista al website Tricolor.net.
São Paulo insistió. Un grupo de dirigentes viajó a Minas Gerais para conversar con el técnico, que fue convencido, la víspera de la navidad de 1990, a continuar por seis meses y abandonar la idea de dejar el fútbol o aceptar alguna propuesta del exterior.

Telê aceptó sin saber que marcaría época y sería el protagonista del periodo más victorioso de la historia del club.
“Telê siempre tuvo contratos verbales con la institución. Nunca firmó un contrato con el club, por lo menos en mi época. A cada seis meses, el acuerdo vencía y lo renovábamos. Nunca pensamos en salir de Telê, jamás,” cuenta José Eduardo Mesquita Pimenta, ex presidente del São Paulo entre 1990 y 1994.
Telê y Raí
En junio de 1991, São Paulo conquistó su tercer título nacional, el primero de los diez que ganaría en aquella era gloriosa.
“Con Telê hubo un cambio de comportamiento, de ambiente. Todos sabíamos que él era un entrenador exigente. Pasamos a trabajar más, entrenar más los fundamentos, como pase y definición”, contó el ex lateral derecho Zé Teodoro, que perdería el titularato por la llegada del joven y desconocido Marcos Evangelista de Moraes, Cafú.

El plantel tenía un jugador al que se le exigía goles y buen desempeño, se trataba de Raí, revelación del Botafogo de Ribeirão Preto (SP), contratado en 1987 que, sin embargo, no convencía a hinchas ni dirigentes y tres años después de estar en el club, su nombre pasó a la lista de jugadores para venta o préstamo. No era para menos, en cuatro años Raí había anotado sólo 26 goles. Telê tenía buena impresión de él porque era hermano de Sócrates (https://once.pe/socrates-el-cerebro-de-una-generacion), a quien respetaba mucho. Telê apostó en Raí, que respondió en la cancha: 31 goles en la temporada 91 e igual número en la temporada siguiente.
“Creo que mi estilo le cayó bien a Telê, y pasé a ser un jugador más decisivo. Todos los días después del entrenamiento, me quedaba practicando tiros libres, cabeceo, finalizaciones y otros fundamentos”, contó el ex jugador.
Raí levanto la copa del Brasileirão y del Paulista en 1991, de la Libertadores en 92 y 93 y la Intercontinental en 1992 – fue vendido al PSG en julio de 1993 y no estuvo en el equipo bicampeón Mundial de Clubes cuando São Paulo derrotó al AC Milan.
Libertadores y Mundial
Telê tenía una forma diferente de motivar a sus jugadores. Paraba el partido de práctica para explicarle como moverse en la cancha. También los increpaba (y paraba el entrenamiento) cuando alguien se equivocaba al pasar la bola o cruzar mal. “No es así, levanta la cabeza y cruza, Cafú” se escuchaba con frecuencia en los entrenamientos.
Telê Santana buscaba la perfección, cero errores, velocidad a la hora de atacar e inteligencia para reducir espacios cuando el equipo perdía la pelota. Transición rápida, bola en el césped y precisión en el pase. Esa forma de jugar fue mejorando en cada partido.
El debut del São Paulo en la Copa Libertadores de 1992 fue un balde de agua fría. Perdió 3 a 0 ante el Criciuma, de Santa Catarina, dirigido por el joven Luiz Felipe Scolari. Después del susto derrotó sucesivamente a San José y Bolívar de Bolivia, al Nacional de Uruguay, nuevamente al Criciuma y también al Barcelona de Guayaquil. Después de esa racha de triunfos le tocó la final contra el argentino Newells Old Boys.
Como los dos últimos partidos terminaron 1 a 0, la finalísima se decidió en penales. El paulista Zetti atajó el último y decretó el 3 a 2 para los brasileños ante 105,185 espectadores que hicieron reventar el Morumbi.
Impulsado por aquel triunfo, Telê y sus muchachos se lanzaron tras la Copa Intercontinental y la lograron derrotando al favorito y campeón de Europa, el FC Barcelona de Koeman, Stoichkov, Laudrup, Guardiola y Zubizarreta. São Paulo comenzó perdiendo, empató y volteó el partido con dos goles de Raí, elegido el mejor jugador del encuentro.

En 1993, Telê mezcló juventud con experiencia. Futbolistas de la Sub-21, campeones de la Copa São Paulo de Futebol Junior (principal competencia para jugadores entre 15 y 21 años y que abre la temporada de fútbol en Brasil) fueron aprovechados en el equipo principal, que contaba con Raí, Palhinha, Muller, Valber, Toninho Cerezo (https://once.pe/la-sonrisa-de-cerezo), Zetti.
Por ser campeón vigente, el São Paulo no jugó la fase de grupos de la Libertadores 93. Jugó octavos de final contra el Newells Old Boys, cuartos ante el Flamengo, semi final contra el Cerro Porteño y la Universidad Católica de Chile en la final. La primera decisión fue un 5 a 1 para el Tricolor. El resultado permitió administrar el resultado, en Santiago. Perdieron 2 a 0, en el estadio Nacional, pero fueron bicampeones.
El São Paulo regresó a Tokio para enfrentar el AC Milan, subcampeón de Europa (el campeón, Olympique de Marsella fue sancionado por el escándalo de soborno a árbitros en el campeonato francés). La prensa internacional apostaba por el equipo de Baresi, Maldini, Donadoni, Costacurta, Desailly, Papin, dirigidos por Fabio Capello.
El Tricolor abrió el marcador con Palhinha, los italianos empataron, pero Toninho Cerezo anotó el segundo. Faltando nueve minutos para el fin, Jean Pierre Papin empató el partido y, cuando todos pensaban en prórroga, Toninho Cerezo le dio un pase largo a Muller, que corrió hacia el arco milanés. Los italianos se confundieron, el delantero, sin querer, tocó la pelota con el taco y entró lentamente al arco, decretando el 3 a 2 a dos minutos del final.
El bicampeonato mundial de clubes fue el último título de Telê Santana con el São Paulo, donde trabajó hasta 1995. En enero del año siguiente, una isquemia cerebral lo alejó definitivamente del fútbol y en abril del 2006, Mestre Telê, como es recordado por la afición, falleció a los 74 años, en el hospital Felício Rocho, en Belo Horizonte.