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Eliminatorias México 1986: Perú quedó fuera y Chile también

El último gran equipo peruano lleno de figuras. Chile nos dejó afuera pero fue eliminado en el repechaje. Aquí la historia de cuando los dos eternos rivales se quedaron sin Mundial.

El vuelo de Acasuzo contra Chile.
Redacción ONCE
Lima - 8 noviembre 2020

El Clásico del Pacífico no se repitió en 1982, pues tanto peruanos como chilenos clasificaron al mundial jugando en grupos distintos; los primeros se bajaron a Uruguay y Colombia, los segundos a Ecuador y Paraguay. Tampoco se vieron las caras en la Copa América de 1983, en la que Chile quedó fuera en primera ronda al caerse en el último partido en Venezuela —clasificaban a semifinales ganando por cualquier marcador pero no pasaron del empate a cero—, y Perú llegó hasta semifinales en donde fue apeado por Uruguay, a la postre campeón. Y en las Eliminatorias de 1985 también fueron agrupados en zonas distintas, en una clasificatoria que tenía un cambio en el formato: los tres ganadores de grupo pasaban directo al Mundial de México, mientras que los segundos de los grupos de a tres y el segundo y tercero del grupo de a cuatro se enfrentarían en un repechaje para definir el cuarto cupo por la Conmebol.

A Perú le tocó contra Argentina, Colombia y Venezuela, en un grupo en el que los de la franja cruzada exhibieron grandes momentos de buen fútbol junto con lagunas inexplicables ante rivales fáciles. Los peruanos tenían aún un equipazo impresionante, con veteranos gloriosos como Oblitas, Barbadillo, José Velásquez o César Cueto junto con jugadores más recientes como Jorge Olaechea, Franco Navarro, el grandísimo Eduardo Malásquez y Julio César Uribe, con los que le pelearon de tú a tú la clasificación a la Argentina de Maradona. Pero al final los puntos perdidos contra Colombia tanto en Bogotá como en Lima los condenaron a tener sí o sí que ganar el último partido en el Monumental de River. Y fue una exhibición casi gloriosa de fútbol, clase, garra y corazón de los peruanos —tal vez la última en toda su historia hasta la fecha—, remontando el 1-0 de Pasculli a los 10 minutos con dos pepas de José Velásquez y Gerónimo Barbadillo en el primer tiempo, sobreponiéndose a la lesión del gran Franco Navarro por la criminal patada de Julián Camino y aguantando con toque y muchas ganas el partido hasta los 81 minutos cuando vino el gol de Gareca ayudado por la ehhhhh, ¿marcación estricta? de Pasculli a Chirinos. Por estilo y con todo en contra, Perú casi le quita el cupo a Argentina en un Monumental extrañamente mudo. Pero no pudo ser y se fueron al repechaje.

Chile por su lado tampoco pudo ganar su grupo: el empate a un gol en su debut en Quito fue más letal que pronóstico optimista porque al final fue la diferencia que les impidió superar a los uruguayos —que sí ganaron en Ecuador— en puntaje. Los chilenos tenían algunos nombres respetables: el gran portero Roberto “Cóndor” Rojas, Jorge “El Mortero” Aravena, Patricio Yáñez y Juan Carlos Letelier, que salvo un par de nombres no eran ¡qué bruuutoooo, qué sinfonía tienen estos cuates!, pero podían hacer bulto. El otro convidado a la repesca fue Paraguay, segunda del grupo de Brasil con una victoria (a Bolivia), dos empates y una derrota.

Total que el sorteo quiso que se repitiera, otra vez, el Clásico del Pacífico en un mata-mata por Eliminatorias, y me pinto a los peruanos frotándose las manos con fruición pensando en cómo se la iban a guardar a los rústicos y voluntariosos shraidores. Por jugadores Perú le llevaba una cordillera de ventaja a Chile, pero por nivel actual estaban parejitos: aquellos derrochaban más magia en sus botines pero eran más irregulares, estos no tenían mucha calidad pero eran más sólidos. Por lo que la ida en Santiago, el 27 de Octubre de 1985, se presagiaba como un partido parejísimo, con los chilenos intentando romper la defensa peruana con los bombazos del “Mortero” Aravena y los visitantes manejando el balón y tocando con su estilo para lastimar el arco local.

Sí, se veía parejísimo…. peeeero… pasa que en el pórtico peruano estaba Eusebio Acasuzo, veterano arquero en ese momento en el Bolívar paceño, que agarró ya viejo la titularidad de su selección y al que el mundo en general solo conocía del álbum Panini en España 82. En este partido de Santiago alcanzó la fama mundial pero por el enojoso detalle de haber sido una de las actuaciones más horribles que se recuerden de un arquero en un partido internacional. A los 6 minutos un tiro libre bien dirigido pero bastante atajable de Aravena se convirtió en el primer gol. Dos minutos después, un tiritititititito de Hugo Rubio se le escurrió ominosamente entre las manitos de nena para el 2-0 parcial. Y a los 15, un bombazo de Alejandro Hisis —este sí más difícil— fue el 3-0. Retomo: a los 15 minutos del partido de la ida, ya Chile iba ganando 3-0.

¡Imagínate! Ni el chileno más fumado se le hubiese ocurrido estar con esta situación apenas comenzado el partido. Mientras, los peruanos se pasaron mirando entre ellos a ver qué demonios hacían porque ya tenían que mandar toda previsión al carajo para ver si al menos descontaban algo y hacían alcanzable la vuelta en Lima. El pobre Acasuzo siguió unos minutos más en cancha pero en automático, derrochando por todos los poros una sensación de balón merodeando = ocasión de gol que no se la podía quitar de encima. Tanto que a los 25 minutos, el DT Roberto Challe (mundialista en 1970, y entrenador de la selección desde la cuarta fecha de estas eliminatorias) no aguantó más y decidió reemplazarlo por el aún más veterano Ramón Quiroga, el mismo del Mundial 1978. ¿Incinerada? Nooo, peor era dejarlo. Con el incómodo asunto del arquero resuelto, Perú apretó y descontó con Franco Navarro casi para terminar el primer tiempo, emparejó las acciones pero un penal de Aravena en el ST y otro gol de Navarro dejaron el asunto en 4-2, más o menos remontable. Pero el peso de la diferencia en Santiago fueron muy fuertes para los peruanos, que en la vuelta en Lima —con Quiroga en el arco— el 3 de Noviembre no vieron media y perdieron 1-0 con gol de Aravena. Así que pasó Chile al playoff final contra Paraguay (que bajó a Colombia sin muchos problemas), pero los paraguayos se los comieron cruditos a los rotos: 3-0 en Asunción y 2-2 en Santiago.

En el gol de Rubio a Acasuzo.

Ese repechaje marcó oficialmente el fin del fútbol peruano como potencia sudamericana. Sea por falta de recambio generacional o porque se les acabó la mecha, lo cierto es que desde ahí Perú no había conseguido más que triunfos morales y victorias sin efecto práctico hasta que llegó la clasificación a Rusia 2018 dejando atrás a Chile que con un reclamo en mesa entregó tres puntos para el adiós. Al que también le cambió todo en 1986 fue a Acasuzo, que fue recibido en Lima con muestras de especial cariño por los aficionados locales: lo agredieron físicamente, lo acusaron de vendido. Años después declaró en una entrevista “Desde ese partido, la gente me miró con otros ojos, todos se olvidaron de mis triunfos con la ‘U’, con Bolívar, con la selección, pasé a ser un apestado y nunca más me llamaron a una selección“.

Tomado de la Monserga del fútbol.com

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