/

Gareca y Castillo, la historia detrás de una visita a Palacio de gobierno

El DT Gareca, junto a Agustín Lozano y Oscar Chiri, se reunió con el presidente de la República, Pedro Castillo. La versión oficial: “Pedir el retorno del público a los estadios”. Pero la historia real es otra. Aquí el informe.

Umberto Jara
- 15 agosto 2021

En Perú siempre ha faltado el pan pero el circo ha sido siempre generoso y es el recurso que suelen usar los políticos. El más reciente capítulo ha sido protagonizado por el personaje menos pensado: Ricardo Gareca acompañado de dos actores ínfimos, sin brillo pero con experiencia en prestar servicios: Lozano y Chiri. Esta es la historia.

Gareca actuó como virtual jefe de la FPF, Lozano como asistente y detrás Chiri, ¿guardaespaldas?

En los últimos días, en Palacio de Gobierno se encendieron las alarmas al ver que las encuestas señalaban una desaprobación de 47% para Pedro Castillo en apenas dos semanas casi la mitad del país estaba en su contra y Castillo es el presidente peruano que inicia su mandato con la aprobación más baja en los últimos 20 años. Un hecho inédito capaz de socavar la legitimidad del mandatario recién electo. Entonces, empezó el operativo respaldo presidencial y la tarde del sábado 14 de agosto fue el escenario.

Fueron dos grupos los que en la tarde del sábado acudieron a Palacio. Uno estuvo conformado por Ricardo Gareca técnico de la selección peruana, Agustín Lozano, presidente de la FPF y Oscar Chiri, secretario general de la FPF. El otro grupo estuvo constituido por los dueños de los canales de televisión. Fútbol y prensa televisiva tuvieron una cita palaciega en la misma tarde del sábado.

Registro de visitas al presidente Pedro Castillo.

En ONCE nos interesa el fútbol y vamos a relatar lo que logramos investigar sobre la asistencia del primer grupo. Lo que hagan las estaciones televisivas lo sabremos como ciudadanos al encender los televisores.

Dos presidentes en problemas se dieron una mano a través del nexo oficioso de un expresidente. El presidente de la República, Pedro Castillo, necesita popularidad y el presidente de la FPF, Agustín Lozano, que tiene cero aceptación, pugna por quedarse a como de lugar en el cargo de titular de la FPF. A su vez, el ex presidente Martín Vizcarra movió los hilos detrás del escenario.

Ricardo Gareca, Agustín Lozano, presidente Castillo y Oscar Chiri en Palacio.

Vizcarra ya conocía los beneficios del fútbol y está ligado a las dos últimas gestiones de la FPF. Primero, cuando Edwin Oviedo era presidente de la FPF compartió con Vizcarra los nexos con la organización criminal Los Cuellos Blancos —recibían entradas, palcos y viajes— y también Vizcarra cosechó puntos de popularidad en aquel operativo para que el capitán de la selección peruana, Paolo Guerrero, pueda jugar en el Mundial Rusia 2018. Cuando Oviedo terminó en prisión, su reemplazante fue Agustín Lozano quien, a su vez, designó a Oscar Chiri como su segundo a bordo y éste llegó con un nexo con Palacio de Gobierno: Mirian Morales, la mujer que ordenaba en la casa de Vizcarra. De modo que el diálogo viene de antes.

La sordera periodística no quiere registrar algo que en los pasillos del mundo político actual es un secreto a voces: Vizcarra actúa en la sombra gracias a su vínculo cercano con Vladimir Cerrón, secretario general de Perú Libre y personaje influyente en las decisiones del actual gobierno peruano. Una fuente señaló a ONCE que la idea de la cita Ricardo Gareca-Pedro Castillo surgió de los dos ex gobernadores regionales. Cerrón, por su formación política, entiende muy bien el juego de los gestos y los mensajes y sabe que el fútbol capta enorme atención tanto como factor de popularidad como de distracción. Más aún, cuando Gareca y su selección han retornado con buenas actuaciones en la Copa América y se aprestan a partidos claves a vuelta de esquina, en setiembre. El nexo para montar el show fue Martín Vizcarra, un interlocutor de confianza para Agustín Lozano por trabajos anteriores como la final de la Copa Libertadores 2019 jugada en Lima gracias a una rapidísima resolución gubernamental que anuló el pago de impuestos que dejó de percibir el Perú.

Vizcarra y Lozano, socios en otros operativos.

En Palacio de Gobierno les interesaba tener el aval de una figura popular que reúna consenso y simpatía en la población y esté libre de sospechas. ¿Quién reúne hoy esos rasgos en un país lleno de figuras públicas con imágenes deshechas? Ricardo Gareca. Además, como nos manifestó una fuente muy cercana a los predios de Palacio de Gobierno, el técnico argentino hacía posible difundir este mensaje subliminal: “El presidente Castillo venía con una semana muy complicada por los constantes informes sobre los vínculos con Sendero Luminoso, toda la prensa estaba mostrando ese lado. Gareca servía para que un sector de la gente piense ‘si Gareca está con el presidente quizá no es tan cierto lo de Sendero’. Por eso el éxito fue que él acepte ir a la visita”. El uso de un arma que en la tienda de Perú Libre conocen muy bien: las manipulaciones mediáticas subliminales tienen gran influencia en la opinión.

¿Gareca entiende el riesgo de salud de los peruanos?

La pregunta abre un escenario al cual el propio Gareca —a quien siempre hemos dispensado el legítimo respeto que se ganó con su impecable trabajo profesional— decidió exponerse para ingresar al terreno político que es y debe ser ajeno al fútbol. Peor aún, Gareca decidió tomar la opción de respaldo político en circunstancias en que hasta los los votantes de Castillo expresan su decepción por su presunta relación con Sendero Luminoso. El drama vivido por los peruanos por el terrorismo senderista es equivalente al drama padecido por los argentinos con las atrocidades de la Junta Militar que encabezó Jorge Rafael Videla. ¿Entiende Gareca que su obligación es respetar a los peruanos que padecimos un drama atroz durante doce años?

El pretexto para la reunión fue “solicitar la presencia de espectadores para los partidos de la selección peruana”. Un guión banal pero efectista para las tribunas. Pedir público en el Estadio Nacional es un argumento sin peso porque no se autorizará la presencia de 40 mil hinchas capaces de dar aliento a los jugadores. Si se da el permiso, habrá un aforo bastante parcial y no un lleno de bandera. El pretexto es inconsistente. Además, lleva a otra pregunta: ¿Gareca necesita de público para hacer jugar bien a su equipo?

Pero hay un detalle de suma importancia. Al pedir que los partidos que la selección peruana jugará este setiembre por las eliminatorias Qatar 2022, tengan presencia de público en las tribunas significa que se van a vender entradas. Entonces, ¿cabe que Gareca asista a solicitar público en las tribunas acompañado de Lozano que es un revendedor de entradas? El técnico de la selección ¿no sabe que se ha probado hasta la saciedad que Lozano revendía entradas desde la FPF? Alguien como Gareca, que representa a la selección nacional, debería tener en cuenta este antecedente y cuidar de no verse involucrado. ¿Qué garantiza que esta vez no exista reventa desde el escritorio de Lozano? ¿Qué garantiza que esta vez no vuelvan a existir favores a ministros, congresistas, jueces y fiscales con entrega de entradas y palcos? Se trata de comisión de delitos. Por si Ricardo Gareca no lo sabe, la reventa de entradas desde la FPF supone los delitos de Fraude a la administración pública y Lavado de activos; a la vez los favores a autoridades configura el delito de Tráfico de influencias.

Gareca y Castillo, con mascarillas pero pidiendo gente en los estadios.

Otro punto cuestionable está en el rubro de la salud pública. El ministro de Salud ya había descartado la solicitud para autorizar la asistencia de público a los estadios porque la pandemia no cede y, peor aún, en el gobierno están alarmados porque la tercera ola de Covid-19 asoma inevitable y toda aglomeración pública supone un potencial foco de contaminación. La presencia de Gareca solicitando que se desautorice al ministro de Salud genera preguntas: ¿El técnico respeta la salud pública de los peruanos que no asisten a un estadio por precaución? ¿No se da cuenta que su pedido se da cuando hay el peligro de una tercera ola y aún falta vacunar al 79% de la población? Si el ministro de Salud prohíbe ¿Gareca se siente por encima de esa autoridad y decide acudir donde el presidente de la República a solicitar que se abran las puertas del Estadio? ¿Ese es el rol del técnico de la selección peruana?

Más aún, el tema del rol del seleccionador llama la atención si tomamos en cuenta lo que informa el periodista Pedro Canelo en el diario El Comercio: “Este lunes se iniciará una Mesa de Trabajo que estará a cargo del Ministro de Salud, Hernando Cevallos; del Ministro de Educación, Juan Cadillo y las cabezas de la Federación”y añade esa información que “se eligió a Gareca como interlocutor de la FPF en esta Mesa de Trabajo”.

Frente a esta información la pregunta fluye sola: ¿El técnico de la selección peruana puede asumir la representación de la FPF para una mesa de trabajo con el gobierno en la cual se tomará una decisión de política de salud? ¿Gareca pasa a ser un interlocutor político con el gobierno?

Suponemos que habrá una explicación o una marcha atrás.

¿Gareca entiende lo que significa la palabra corrupción?

Otro ámbito en el que Gareca muestra no tener claras sus ideas corresponde al tema de la corrupción. El técnico del elenco nacional lleva seis años en Perú y ya conoce bien quién es quién. Sabe que Agustín Lozano es un personaje corrupto que tiene una treintena de denuncias fiscales; que tuvo una gestión deshonesta en la alcaldía de Chongoyape; que fue el cabecilla de la ilegal reventa de entradas; que tiene una denuncia de la fiscal de la Nación por el delito de lavado de activos; que ha esfumado el dinero de la FPF y precisamente ha dañado el trabajo de Gareca con el fraude de la Videna de Chaclacayo y el abandono de la cantera que viene de las divisiones de menores. Gareca sabe todo eso pero se presta para el espectáculo organizado por un  personaje corrupto como Lozano y decide acompañarlo a Palacio de Gobierno para un operativo político: respaldar ante la ciudadanía a Pedro Castillo y, de paso, ayudar a que Lozano tienda lazos para la elección al sillón de la FPF que tanto persigue y para la cual no reúne los requisitos.

Sesión fotográfica que la Oficina de Prensa de Palacio difundió con prontitud.

La pregunta áspera pero a la cual se ha expuesto Gareca por decisión propia, es la siguiente: ¿qué entiende por la palabra corrupción? ¿cuál es su posición concreta frente a la corrupción? Esas preguntas asoman porque en diciembre de 2018, contraviniendo las normas, ingresó al local de la policía en la avenida España para visitar al detenido Edwin Oviedo luego de que el país entero escuchaba indignado el escándalo de las interceptaciones telefónicas y, en varias de ellas, Oviedo conversaba con miembros de la banda Los Cuellos Blancos incurriendo en delito de trafico de influencias. Aquella vez, Gareca justificó su indebida asistencia —que la jefa de prensa de Oviedo utilizó mediáticamente— señalando que le tenía afecto al preso porque lo había respaldado en su gestión al frente de la selección peruana. Todos le extendimos comprensión y le redoblamos la confianza a Gareca quien, sin duda alguna, es un extraordinario técnico, dueño de una sapiencia realmente asombrosa y lo hace muy respetable en su profesión.

Gareca saliendo del local policial luego de visitar a Edwin Oviedo. Diciembre 2018.

Pero ahora ¿qué respuesta tiene Gareca? Ha visitado a un presidente cuestionado por presuntos vínculos con Sendero Luminoso —una organización terrorista causante de la tragedia peruana con 60 mil muertos, miles de huérfanos y viudas  y terror cotidiano—. Lo ha visitado en la misma semana en que su gobierno dispuso la intervención de la DIRCOTE que tiene las investigaciones por terrorismo y que es una entidad que goza del respeto de los peruanos por su trabajo valiente y heroico desde la época del terrorismo hasta hoy.  Le ha extendido su respaldo amigable a un presidente que está vinculado al partido Perú Libre cuyos miembros están investigados por pertenecer a la organización criminal Los Dinámicos del centro y esa fotografía fue difundida de inmediato por el aparato de prensa gubernamental, precisamente, para cumplir con el objetivo de esa visita: que el país vea que al polémico Castillo lo visita y saluda Gareca con su buena imagen.

Nos estamos refiriendo a hechos concretos. No nos interesan las posiciones políticas. Gareca es libre de elegir la tendencia que guste. Quizá tenga alguna preferencia por el marxismo leninismo que profesa el presidente Castillo y tal vez por ello el técnico eligió y defiende la presencia del coach ontológico Juan Cominges en la selección peruana, una persona que es tributario de la corriente ideológica de Pedro Castillo y Vladimir Cerrón. Es respetable derecho de ellos optar la posición política que deseen tener pero, en esa misma medida, Gareca no puede mezclar su condición de técnico de la selección peruana con acciones políticas y menos prestarse a un operativo  político y mucho menos en compañía y en beneficio de Agustín Lozano. Por eso nuestra pregunta no es para nada política, es una que tiene que ver con la persona y el profesional ¿qué opina Gareca sobre la corrupción y sobre los personajes involucrados en ella y que le hacen daño al fútbol?

Finalmente, culminada la reunión el sábado 14, el presidente Castillo publicó este mensaje en Twitter: “Recibimos el saludo de los directivos de @TuFPF y de Ricardo Gareca, a quienes expresamos el respaldo de promover el deporte. También dialogamos sobre la adopción de protocolos y la implementación gradual de la asistencia a estadios para el público vacunado con ambas dosis”.

Al día siguiente, domingo 15, el mismo presidente Castillo declaró ante la prensa nacional:  “Abrir los colegios cuando se viene una tercera ola es correr un riesgo”. Queda claro que la excusa de la visita de Gareca a Palacio de Gobierno fue “el público en los estadios”. La realidad fue otra: contribuir a generar buena imagen para un presidente de la República cuestionado por sus propios votantes. Lo dicen en el propio entorno presidencial.

Nos olvidábamos también asistieron Lozano y Chiri. Nadie se dio cuenta. El saludo que se hizo público fue el de Gareca. En cuanto a Lozano y Chiri fueron apenas comparsa. No es sorpresa, ambos personajes están acostumbrados a cualquier rol con tal de seguir aferrados a la gallina de los huevos de oro.

Y el fútbol ¿cómo está?

/ MÁS INFORMACIÓN
Ver nota completa

Locura por la camiseta de Messi en PSG: cuántas se vendieron, su costo y la proyección millonaria

Ver nota completa

Un personaje llamado Bob, la sombra de Messi en sus primeros días en el PSG