Historias de técnicos

Sentados en el banquillo o de pie al borde del campo, son personajes amados u odiados según los resultados y sus vidas están llenas de historias.

Mario Fernández
Lima. - 10 enero 2021

Si hay personajes en el fútbol que no pueden anotar o defender un gol; que hoy pueden estar en el cielo encumbrados de elogios y mañana pisar el mismísimo infierno, esos son los entrenadores. Los casos abundan en todos los escenarios del mundo. El francés Arsene Wenger que dirigió en forma ininterrumpida ¡22 años! al Arsenal inglés quizá sea el mejor ejemplo. Llegó en 1996 y se fue el 2018. El 2007 en plena efervescencia del equipo de los ‘gunners’ llegó a lanzar esta famosa frase: “En Arsenal no compramos superestrellas, las fabricamos”.  Los hinchas y dirigentes que antes lo habían aplaudido y se rendían a sus pies, en el ocaso de su permanecía, esos mismos personajes, calificaban como El equipo del chiste al Arsenal de Wenger. No importaba ya que el francés hubiese logrado 16 títulos, obtenido una singular Liga Premier con una campaña récord, en la temporada 2003-2004, obteniendo 90 puntos, 73 goles a favor, 26 en contra y 11 puntos de diferencia sobre el segundo (Chelsea) y 15 del tercero (Manchester United). Un trofeo de oro macizo se ganó el Arsenal por tremenda proeza nunca antes vista.

Arsene Wenger.

Arsene caracterizado por tomar siempre decisiones en defensa de sus jugadores se despidió del Arsenal con esta frase “Fue un privilegio trabajar en Inglaterra y espero haber dejado un legado positivo”. En la calle algunos lo saludaban. Otros le daban la espalda y unos terceros lo señalaban con el dedo. Y, por el fútbol peruano ¿cómo ha sido esta relación amor-odio entre nuestros entrenadores, dirigentes e hinchas?

Las hay de todo tipo. Un claro antecedente se dio en Sporting Cristal el año 2012 cuando contrató a Roberto Mosquera. El equipo rimense venía de una sequía de siete años sin campeonar y, era lógico, la molestia no solo se quedaba entre sus dirigentes, sino que trascendía a su ya numerosa hinchada. Mosquera que siempre ha sido muy claro al momento de firmar sus contratos, fijó sus puntos de vista en el documento y, con los jugadores fue aún más preciso: “Si hacen todo lo contrario a lo que yo espero y exijo de ustedes, están fuera sea quien sea”.

Roberto Mosquera.

Cristal, en ese primer año de Roberto, volvió a sumar una estrella a su larga lista de títulos pero cual no sería la sorpresa del entrenador al enterarse de que al año siguiente seguiría ligado al club rimense. “Se me dijo que no podía continuar porque me había apartado del estilo que ellos (los dirigentes) querían”. Roberto nos refiere que terminó diciéndoles lo que tenía que decirles “Pero esa es otra historia y otros dirigentes; hoy estoy nuevamente con ellos y otra vez como campeón”. 

Víctor ‘Chino’ Rivera dirigía al Deportivo Municipal y enfrentando al Melgar en el estadio Miguel Grau del Callao tenía en las tribunas a un ‘hincha’ edil que en varios pasajes del partido no lo dejaba concentrarse. “Saca a tal jugador, que no jueguen mucho por la derecha, el mediocampo deja mucho que desear y no cumple sus funciones y mil cosas más a los gritos”, nos cuenta el ‘Chino’. El técnico no soportó más y ubicando de dónde venían esas ‘directivas’ le gritó conminándolo a que venga a dirigir él. “Al final ganamos 3-0 y conforme íbamos anotando los goles de reojo veía cómo celebraba y en una de esas me vio que lo estaba observando y con toda la frescura del mundo, me levantó el dedo pulgar al tiempo que me decía “buena profesor…”. 

Víctor ‘Chino’ Rivera.

Lo que le pasó a José Guillermo ‘Chemo del Solar fue digno de Ripley. Tras jugar por Universitario de Deportes, declararse toda su vida hincha a muerte del equipo crema, llegó a dirigir el 2005 a Sporting Cristal. “En un año difícil para mí porque los hinchas de la ‘U’ no aceptaban mi salida y lo del Cristal tampoco aceptaban mi llegada; lo cierto es que hicimos una gran campaña con 23 partidos invictos y no paramos hasta llegar a disputar el título nacional con Cienciano en partido único que se disputó en Arequipa. Ganamos 1-0 con gol de Pablo Zegarra. Al volver al hotel encontramos a varios hinchas rimenses que no cesaban de gritar la conquista. Recuerdo que descendí del bus junto con mis asistentes Ricardo Riccino y Marcelo Asteggiano”. Pero la cosa no quedó allí. Como el partido fue en horario nocturno el retorno lo hicieron al día siguiente muy temprano. “Al salir del hotel comprobé que un grupo de 30 a 40 hinchas de Cristal se habían quedado sin dormir esperando nuestra salida. Pensé que lo habían hecho para felicitarme, pero no. Me llenaron de insultos, mentaron a mis seres queridos, decirme cualquier tipo de insultos y enrostrarme el solo hecho de haber jugado en la ‘U’ y seguir siendo hincha de este club”. El consuelo de Chemo fue que la directiva le renovó el contrato todo el 2006.

‘Chemo’ del Solar.

Era el año 2002 y Perú recibía en el Estadio Nacional a la Argentina por las Eliminatorias del Mundial Corea-Japón. A nuestra Selección la dirigía Francisco ‘Pacho’ Maturana y tenía a Teddy Cardama como su asesor principal. Los argentinos, con un estadio colmado de hinchas, acabaron ganando 1-2 con goles de Verón y Crespo. Por Perú descontó Gustavo Tempone. Teddy hoy me cuenta que esa noche un grupo de aficionados los insultaron a más no poder. “En un momento dado más que con Pacho parece que todos cargaron contra mí porque mi buzo terminó no solamente sucio por raspadillas con jarabes y gaseosas. Nunca lo lavé y lo conservo tal cual en mi closet. Hoy cuando pierdo un partido mientras lo contemplo en mi casa me digo a mí mismo: peores cosas no me pueden suceder”. 

Teddy Cardama.

Miguel Company dirigía al Deportivo Cali en un partido de local contra Atlético Junior. Esa semana él se había opuesto a la contratación de un jugador argentino y allí comenzó la cosa. Desde la tribuna en casi todo el primer tiempo y pese a ir ganando 2-0 (el partido acabó 3-1 a favor) escuchó gritos e insultos de un aficionado que no tardó en identificar. Al terminar el primer tiempo y mientras se encaminaba al camarín ese mismo aficionado se acercó hacia él para lanzarle un escupitajo en pleno rostro. A Company no le quedó otra cosa que limpiarse con una toalla y decirle, en el camarín, al de la utilería que le alcanzara un spray paralizante, esos que usan en los Estados Unidos los carteros cuando se encuentran con un perro en las casas. “Lo guardé dentro de mi buzo y salí para el segundo tiempo. Como sabía que el mismo tipo me iba a estar esperando no me equivoqué. Cuando comprobé que de nuevo venía con su saliva que, seguramente había salivado en los 15 minutos del entretiempo, me le adelanté y arrojé el contenido del spray en los ojos ante los gritos desaforados que lanzaba. No creo que haya visto el segundo tiempo”. 

Miguel Company.

Elba de Padua Lima, Tim“Siempre en cada partido mantuve un perfil bajo. A mí me interesaba mi equipo y que jugara como yo quería. Por eso nunca tuve problema alguno con barristas y dirigentes. Pero lo que me pasó en “El Campín” de Bogotá la tarde que le empatamos a Colombia (1-1) con gol de Guillermo de La Rosa sobre el final, sí que me molestó. Algún aficionado colombiano no sé si de mala fe o de casualidad lanzó una colilla de cigarro que terminó cayendo encima de mi gorra color marrón sin que me diera cuenta y terminó haciéndole un hueco. Menos mal que Jorge ‘Chupo’ Arriola ya en Lima me compró una parecida y no la dejé de usar”. Como buen cabulero se mantuvo fiel a la gorra. Tanto así que cuando Perú venció a Uruguay 2-1 en el Centenario, había olvidado su gorra en el hotel e hizo regresar al bus para recogerla. Ganamos 2-1.

Elba de Padua Lima.

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