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La historia secreta del Fondo Blanquiazul

Manejaron el club por un año y lo llevaron al descenso. Ahora se acentuaron sus discrepancias internas. Un completo informe a puertas de una asamblea clave en febrero.

Diego Gonzales Posada, Salomón Lerner, Remigio Morales Bermúdez, César Torres, Fernando Farah y Antonio Armejo.
Aníbal Ingunza
Lima - 24 enero 2021

No necesariamente la unión de hinchas hace la fuerza y eso lo demostró el Fondo Blanquiazul. Diego Gonzales Posada, Salomón Lerner, Remigio Morales Bermúdez, César TorresFernando Farah y Antonio Armejo se juntaron como lo hacían en la tribuna de Matute, pero nunca lograron cantar coordinados. Como hinchas de Alianza Lima crearon un grupo inversor, pagaron 23,8 millones de soles para hacerse con diversas acreencias y ahora, a poco más de un año y medio del inicio, su historia terminará con la mancha de haber llevado al histórico club victoriano al descenso.

Tras el descenso de Alianza Lima, las discrepancias entre los miembros del Fondo se incrementaron. Algunos asumieron sus culpas, otros señalaron al del costado y todos vieron cómo sus inversiones se iban al agua porque no existirán ingresos por lo menos en los próximos dos años.

Estadio de Matute, el silencio en espera de tiempos mejores acordes con su historia.

El primer paso fue pronunciarse y dejar en claro que no tendrán más injerencia en la toma de decisiones deportivas. Una decisión tardía si se tiene en cuenta que el Fondo Blanquiazul generó la llegada de jugadores con trayectoria de indisciplinados como Jean Deza y Alexi Gómez o mediocres como Da Silva y Ascues y ficharon también al entrenador Mario Salas. En el caso de Salas cabe señalar que la elección no fue disparatada. En Alianza sabían que la característica histórica de su futbol es el toque, la gambeta y la picardía pero que, en estos tiempos, el fútbol ha cambiado y es un juego dinámico en el que el futbolista está obligado a tener condiciones atléticas por encima de la famosa quimba. En ese sentido, eligieron a Salas que en Sporting Cristal había tenido un trabajo con criterios modernos que lo llevaron al éxito. ¿Por qué no funcionó? La mejor explicación la tiene un destacado dirigente victoriano que conoce muy bien de fútbol: “Lo que no sabíamos es que Salas tenía una personalidad con un alto rasgo de terquedad y nunca entendió la transicion que se debía realizar”.

La conclusión final sobre el tema contrataciones la resumió así Antonio Armejo: “El Fondo no se meterá más en la toma de decisiones”. Así, el entrenador Carlos Bustos fue fichado por la administradora Kattia Bohórquez y por el gerente deportivo José Bellina. El Fondo Blanquiazul apostaba Gerardo Ameli (ex Ayacucho FC). La decisión fue en base a presupuesto. Bustos era menos costoso.

El día del descenso de Alianza Lima.

Ahora viene la parte más delicada: el dinero. El Fondo Blanquiazul ingresa a definir su futuro como grupo inversor y un tema central es el dinero que pusieron sobre la mesa. Hay que recordar que el 5 de junio del 2019, el Fondo pagó 23,8 millones de soles por el total de las deudas tributarias del club con la ONP y la Municipalidad de La Victoria y por el 80% de la totalidad de la deuda con Sunat. Según fuentes, el mayor aportante de esos 23,8 millones de soles fue Diego Gonzales Posada de allí que él fuera nombrado como presidente del Fondo Blanquiazul y el hombre ‘más poderoso’ del mismo.

Diego Gonzales Posada, un debut que lo registra como el gran responsable del descenso.

Este 2021, Alianza Lima perderá alrededor de 16 millones de soles debido a que jugará en la Liga2. No tendrá ingresos de Conmebol ya que no competirá en la Copa Libertadores o en la Copa Sudamericana, y los montos pagados por los sponsors serán menores. Para peor, no se sabe cuándo volverá el público a los estadios y la taquilla seguirá siendo invisible. Entonces ¿cómo recuperarán su dinero los integrantes del Fondo Blanquiazul que deseen dar un paso al costado de manera total? Según una fuente la primera chance para ellos es vender y traspasar su parte de la inversión. Podrían hacerlo dentro del mismo grupo o a un tercero.  

La otra opción es esperar la venta de futbolistas o aumento de sponsors este 2021 que genere algo de ingresos y así, poco a poco, recuperar lo invertido. Pero estas opciones son más una ilusión que una realidad. 

El adiós de la administradora 

El Fondo Blanquiazul, acreedor mayoritario de Alianza Lima, le pasará factura a la administradora con quien las relaciones no han sido de las mejores. En la Junta de Acreedores convocada para el 4 y 9 de febrero en primera y segunda citación, respectivamente, pedirán que Bohórquez no siga en el cargo. Ese día, a su vez, ella entregará su informe sobre el año 2020: compromisos contractuales vigentes, situación económica y financiera, comercial, legal y deportiva. La actitud en contra de Kattia Bohórquez, una profesional capaz y prestigiosa, se origina en que ella siempre hizo prevalecer sus funciones frente a la actitud de algunos miembros del Fondo Blanquiazul, en especial Diego Gonzales Posada, que olvidaban su rol de acreedores y actuaban como si fueran propietarios.

Kattia Bohórquez, la administradora sensata que no le gusta al Fondo Blanquiazul.

Entre los posibles sucesores para asumir la administración blanquiazul suenan los nombres de Manuel Chávez Riva, Jean Marcel Robilliard, Marco La Jara, Lucas Labad. Junto a ellos se menciona también a Christian Bustos y Renzo quienes tienen a su favor que ya conocen. El primero estuvo en el cargo en el año 2015 y el segundo en 2019.

Veamos las divisiones dentro del Fondo Blanquiazul que llevaron a su pronta disolución. ONCE charló con fuentes cercanas al grupo inversor y las diferencias habrían empezado en diciembre del 2019, antes de la final contra Binacional por la definición de la Liga 1. Cuando Agustín Lozano, presidente de la FPF, impuso el uso del VAR en los partidos entre los victorianos y el cuadro de Juliaca. En el Fondo Blanquiazul tuvieron dos posturas. Por un lado César Torres, Fernando Farah y Antonio Armejo plantearon comunicar a la FPF que no disputarían la final porque se estaba imponiendo un video-arbitraje que no estaba contemplado en las bases del torneo. Los otros miembros del Fondo, con Diego Gonzales Posada como principal voz, consideraron que oponerse los iba a retratar como “un equipo con miedo”. En la definición del torneo el VAR impuesto por Lozano ‘metió la mano’ en una expulsión no válida en contra de Alianza y un penal no cobrado para los íntimos. Entonces, en el Fondo se extendió la frase “Lo advertimos” y surgió la primera fisura entre aquellos que sí conocen de fútbol y entre los novatos que cayeron en la trampa del presidente de la FPF. Lo curioso es que a pesar de que Lozano ocasionó que Alianza no salga campeón, Diego Gonzales Posada empezó a estrechar su amistad con él a pesar de las constantes denuncias por corrupción.

A inicios del 2020. Hubo tensiones por la salida del entrenador Pablo Bengoechea quien venía con buenas campañas pero empezó a tambalear por malos resultados. César Torres fue uno de los miembros del Fondo Blanquiazul que lo respaldó porque el bache podía superarse, pero todo explotó en los camarines del Estadio Monumental cuando Alianza Lima perdió 2-0 el clásico ante Universitario. La salida del buen técnico uruguayo  generó más diferencias porque Gonzales Posada, Salomón Lerner y Remigio Morales Bermúdez eligieron al chileno Mario Salas, con un perfil ajeno a Alianza y bajo cuyo mando se inició el camino al descenso.   

Salomón Lerner llegó al fútbol con el mismo estilo de su sombría carrera política.

Una diferencia final entre los miembros del grupo inversor fue la posición frente al descenso. Gonzales Posada y Lerner optaron por intentar negociar con Lozano y con el congresista Ricardo Burga para lograr una anulación del descenso en las sombras de una oficina. Fue un vergonzoso intento que generó el repudio de los propios hinchas aliancistas que exigían tener la dignidad de jugar en la Liga 2 para ganar en la cancha lo que habían perdido en la cancha. La otra posición sobre el descenso fue liderada por una minoría de integrantes del Fondo que plantearon la opción de ir al TAS para buscar una resolución que los mantenga en primera. Una posición válida desde el punto legal por cuanto, en rigor, el descenso le corresponde al club Carlos Stein quien ha sido beneficiado por la Comisión de Licencias que no lo sancionó generando la versión de que la orden vino de Agustín Lozano porque tiene intereses en Stein al punto que lo subvenciona con dinero de la FPF. Esta discrepancia en el Fondo Blanquiazul sobre el descenso traza un  retrato sobre sus integrantes: aquellos que piensan que los intereses están por encima de las reglas del fútbol; y otros, los menos, que sienten que el fútbol tiene reglas que se deben respetar y actúan con la decencia que el fútbol necesita.

¿Cómo será el futuro del Fondo Blanquiazul? ¿Cómo recuperarán sus inversiones? ¿Quiénes seguirán y de qué manera? Es el próximo capítulo aún por ser escrito.

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