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La increíble historia de Mauro Cantoro

Fue figura en Universitario y pasó de jugar en Cerro de Pasco o Sullana a competir en la Champions League en el Bernabeu, el Camp Nou y el San Siro. El Toro Cantoro recordó junto a ONCE su inolvidable carrera futbolística.

Daniel Yaipén
Lima. - 24 octubre 2021

Llegó a inicios de 1988 para enfundarse la camiseta de la ‘U’ y se convirtió en campeón y goleador. Así nació el romance inmediato con la hinchada merengue. Luego regresó a Argentina y previo paso por Bolivia dio el gran salto a a Europa. Allá en la lejana y fría Polonia encontró en el Wisła Cracovia su segundo hogar y con el cual disputó la Champions y la Copa UEFA. Dos grandes campeonatos donde Cantoro se lució y motivó que los polacos lo quisieran para disputar el Mundial del 2006.

ONCE conversó con Mauro ‘El Toro’ Cantoro, una entrevista en la que rememoró desde sus inicios en su barrio, hasta lo que fue enfrentarse al Barcelona de Guardiola y a los galácticos del Real Madrid por la Champions League.

¿Te quedas con el Cantoro de la temporada 98/99 en Universitario o con alguna temporada del tricampeonato que ganaste en Polonia?

Fueron dos etapas diferentes y también dos jugadores muy distintos. Lo de la ‘U’ fue increíble porque fueron los primeros campeonatos de mi carrera y jugando en la posición que jugué desde chiquito. En cambio en Polonia empecé también jugando de nueve pero después llegó el entrenador Henryk Kasperczak y me cambió de posición logrando sacar lo mejor de mí en mi paso por el fútbol europeo.

Cantoro, goleador e ídolo en Universitario desde su primera campaña.

¿Cómo tomaste la llegada de un nuevo técnico, y el cambio de posición con 26 años?

Al principio con un poco de dudas pero el tiempo le termino dando la razón y fui muy feliz en esa posición. Aparte, mira, no era que viniera cualquiera y te lo decía, Henryk Kasperczak era una leyenda del fútbol polaco, formó parte de la selección que obtuvo el tercer lugar en la Copa del Mundo de 1974 y también ganó la medalla de plata olímpica en 1976. Además terminó su carrera de futbolista en el Metz de Francia y en ese país inicio su carrera como técnico por más de 20 años antes de regresar a Polonia, algo de fútbol sabía ¿no? (risas).

Exactamente ¿En que posición te pidió jugar?

Me pidió que arranque desde la volante como un 8 con mucha llegada, para él yo tenía la visión y la suficiente capacidad técnica para generar juego en favor de mi equipo desde ahí. En realidad el se la jugó mucho conmigo porque recuerdo que la primera vez que me dijo eso estábamos entrenando previo a un partido por la Copa UEFA ante la Lazio del ‘Cholo’ Simeone, de visita en el Olímpico de Roma.

¿Y qué pasó?

Justamente en ese partido me pone en la nueva posición y me nombraron el mejor jugador de ese partido y de regreso a la liga polaca seguí jugando ahí terminando el año nominado como el mejor jugador del torneo. Kasperczak me enseñó a correr mejor la cancha y a llegar como un volante suelto para sumar al ataque de mi equipo. Si bien me alejó un poco del gol tuve un rendimiento vital y mucha más participación con el balón y en la elaboración del juego que es algo que me gustó mucho y me hizo crecer como profesional.

Mauro estuvo 10 años en Polonia y su rendimiento fue sobresaliente.

Allá te quisieron para jugar por su selección verdad ¿Por qué no llegó a concretarse?

Sí, el mismo presidente de la época me hizo polaco para que juegue el Mundial de Alemania 2006 por ellos. Para mí es una satisfacción enorme porque, que en una cultura tan diferente a la nuestra que se hayan fijado en mí, eso quiere decir que tuve un paso más que destacable por el fútbol y la sociedad de ese país. Lamentablemente en esa época un bloqueo de la FIFA a las naturalizaciones porque Francia venía haciéndolo con muchos jugadores y las restricciones me complicaron esa posibilidad.

¿Nunca más insistieron con el tema?

Claro que sí, para el 2008 el holandés Leo Beenhakker quien fuera entrenador del Ajax y Real Madrid tomó la dirección técnica de Polonia para la Eurocopa 2008 y me quería tener en el equipo. Lamentablemente la FIFA se demoró en el desbloqueo y nuevamente no me permitieron jugar.

El holandés Leo Beenhakker lo quiso en la selección polaca para la Eurocopa 2008.

¿Esto te afectó mucho?

En realidad te puedo decir que no, si bien me hubiera encantado jugar un Mundial o una Eurocopa, yo me quedó tranquilo sabiendo que me quisieron con la camiseta de su país y eso para mí es como un premio, una enorme distinción. Fueron 10 años en el Wisla Cracovia, fui el jugador con más partidos jugados, con más campeonatos ganados y a mi me pone muy feliz que siempre se acuerden de mí. Es algo similar al sentimiento tan fuerte que tengo con la gente de Universitario acá, desde el primer día que llegué me identifiqué con el sentimiento profundo y la forma de vivir el fútbol de la ‘U’.

Tuviste 25 partidos en selecciones menores de Argentina y debutaste en primera a los 17 años ¿Por qué no pudiste tener continuidad en el primer equipo de Vélez u otro equipo argentino de primera?

A veces cuando eres chico y eres muy destacado sobre la media en tu categoría, te puedes confundir. Te pasan mil cosas por la cabeza que terminan afectando. A los 14 años yo ya había hecho fútbol en partidos de práctica con cracks como Gareca, Fillol, Ruggeri que estaban en la primera de Vélez. Con esa misma edad fui convocado por Mostaza Merlo a la sub 17 de Gallardo y Verón, lamentablemente una lesión a la espalda no permitió que me quede en la lista final.

¿Pero si llegaste a jugar luego?

Claro, como yo en la anterior regalaba 3 años menos, en la siguiente ya estaba como titular indiscutible e incluso capitán. Sabes pensándolo ahora tal vez eso no me ayudó, jugar un sudamericano y un mundial con la camiseta número 10 de Argentina no era poca cosa. Cuando tocó la hora de llegar a primera yo me encontré con la generación de oro de Vélez y ahí no te daban ni un cachito de oportunidad para mostrarte. Igual yo soy un convencido que todo pasa por algo y esta falta de oportunidades me empujó a migrar y así tener la opción de llegar a Universitario.

Cantoro y Maradona, dos historias en el fútbol.

Tenías 21 años cuando te dicen para venir a Perú ¿Qué pensaste en ese momento y cuales eran tus expectativas antes de llegar a Lima?

Yo era un pibe que estaba en busca de la gloria, además no me pasa la voz cualquiera era nada menos que Oswaldo Piazza, a quién yo conocía desde niño. Además fue la forma y la convicción con la que me habló, mas que una solicitud fue una imposición (risas). Así que cuando me di cuenta ya había hecho la valija mas que con ropa era con hambre de gloría y de volver a sentirme un jugador de fútbol importante, cosa que me estaba costando sentir. Apenas llegué a Lima me di cuenta la expectativa que había porque esperaban al 9 que haga los goles para sacar al equipo campeón luego de varios años. Fue una responsabilidad grande que pude asimilar de la mejor manera y pude demostrar en la cancha el sentimiento que comencé a sentir por la camiseta crema y su historia.

¿Al llegar qué fue lo que más te sorprendió?

Para serte sincero, su gente, quienes son los que lo hacen ser el equipo grande que es Universitario, la repercusión del equipo en la prensa, el día a día en la calle, eso sólo te pasa cuando llegas a un equipo de enorme tradición en un país.

¿Qué jugadores de ese plantel te impresionaron y por qué?

Más que una figura estelar habían referentes importantes que sostenían al plantel como el ‘Puma’ Carranza, Ibáñez y el ‘Chino’ Pereda. Bien secundados por jugadores como Ferrari, Portilla y aunque Ciurlizza recién salía desde los futbolístico aportaba una barbaridad, que gran juego que desplegaba Marko.

¿Y los Piazza’s Boys?

Claro también grandes cualidades de ese grupo liderado por ‘Polvorita’, Cordero y varios más que sumaron en los momentos precisos a la campaña. Oswaldo siempre tuvo esa virtud desde Argentina, sabía cuándo y cómo llevar a los más chicos para que puedan ingresar, sin que la presión los mate y se sientan respaldados por los jugadores más grandes el equipo. Era un olfato y manejo muy bueno de Piazza con los más jóvenes del plantel, no es fácil ser un chico de menos de veinte años y jugar en la primera un equipo como Universitario.

La identificación del argentino con Universitario se mantiene intacta.

¿Qué características de tu juego crees que te ayudaron a destacar acá y que en Argentina era algo en lo que no te destacabas tanto?

Más que características yo considero que fueron las oportunidades que tuve acá en la U. En Vélez nunca tuve diez partidos seguidos para consolidarme, no es un reproche pero si es una espina que me quedó. Por ahí jugaba un partido lo hacía bien y al siguiente no iba ni en lista, me tocó la época dorada de Vélez y tener minutos era muy complicado. La confianza y continuidad que tuve en la U me dieron la posibilidad de mostrar mi mejor fútbol, cuando acabo el préstamo yo no quería irme, por mi me hubiera quedado muchos años más.

¿Qué pasó, por qué no hablaste para renovar el préstamo?

Vélez se cerró en que tenía que regresar, incluso el presidente (Raúl Gámez) habló conmigo y me dijo que el técnico (Lujan Manera) que estaba en esa época me quería de vuelta en el plantel. Sin embargo cuando volví pasó lo mismo, jugaba un partido y luego no era tomado en cuenta, no logre tener continuidad.

Enfrentando a Jayo Legario con camiseta de Vélez Sarsfield

¿Ante esta poca continuidad es que decides volver a migrar?

Así es yo jugaba muy poco y surgió el interés del Blooming de Bolivia para que juegue la Copa Libertadores por ellos. Yo lo tomé como una oportunidad porque era un equipo serio e iban a enfrentar en el grupo a Peñarol, Boca y la Católica de Chile. Aposté por mostrarme ante esos equipos en 6 partidos por Libertadores antes que quedarme todo en la banca de Vélez. Al final creo que el resultado fue bueno porque el Ascoli de Italia me contrato no creo que me hubieran visto mucho en Argentina (risas).

En el 2007 enfrentaste al Real Madrid por la Champions y tuviste una anécdota con el arbitro que involucra a Zidane ¿Nos la cuentas?

Claro, ese día nos tocó jugar contra los galácticos y nos ponen un árbitro italiano, idioma que hablaba por mi paso por Ascoli, y en una jugada que Zidane le reclama una falta le dice tranquilo si igual lo van a ganar, claro en italiano todo eso para que nadie le entienda pero él no sabía que yo sí.

Enfrentando a Zidane en una Champions

¿Qué pasó luego?

Yo estaba con la calentura del partido y en el entretiempo fui a buscarlo al vestuario y le dije que era un maleducado para expresarse así siendo el encargado de impartir justicia, al final me pidió disculpas y yo lo tomó como una anécdota más. Imagínate con todas las cosas que se dicen y pasan en una cancha de fútbol cuando están en juego tantas cosas.

¿A ese nivel se ven más cosas que en nuestras ligas?

No más cosas necesariamente pero yo nunca había pensado tener enfrente a los tipos que tuve la oportunidad de enfrentar, pero cuando comienza a pasarte caes en cuenta que estás ahí y tienes que aprovechar y dar lo mejor de ti en cada jugada. Cuando conversó con mi viejo siempre le digo de jugar allá en la cancha de mi barrio a pisar el Camp Nou para enfrentar al Barcelona de Guardiola o en el Bernabeu ante los galácticos del Real Madrid, son memorias imborrables que me regaló mi carrera de futbolista.

Algo similar a lo que esta viviendo Gustavo Dulanto actualmente ¿Qué opinas de la gente que lo subestimó cuando decidió ir a la liga de Moldovia?

Que nunca hay que subestimar una liga, un equipo y mucho menos a un jugador. Además él es un profesional y vive bien de su profesión no sé si los que lo critican pueden decir lo mismo. Hay mucha gente que no sabe de fútbol y habla con mucho libertinaje en las redes sociales, sobre las decisiones que podemos llegar a tomar los futbolistas sobre nuestras carreras. Dulanto esta jugando una Champions como titular, capitán y encima es puntero en un grupo donde está el Real Madrid y el Inter de Milán, cuantos pueden decir que ellos también?

¿Por qué crees que se da este fenómeno?

Porque la gente cree que el mundo del fútbol es fácil y que uno va donde quiere cuando quiere. A todos los jugadores nos hubiese gustado jugar en equipos como Barcelona, Milán o Liverpool pero no son los únicos gigantes que existen. En Europa cada país tiene sus gigantes por ligas y es una realidad que por acá desconocemos y opinamos partiendo desde la ignorancia. Por ejemplo en Polonia el Wisla Cracovia, mi equipo por casi diez años, era un club que te llenaba el estadio todas las fechas, una fiesta total así estuviéramos 5 grados bajo cero.

Diez años es mucho tiempo ¿En ese tiempo no estuviste tentado a cambiar de equipo?

Sí, en su momento estuvo el interés del Genova, incluso entrené con el plantel cuando estaba Diego Milito, pero por temas administrativos no me pude quedar y quién sabe tal vez con ellos, nunca hubiera disputado la Champions. Ya después cuando estaba consolidado en Polonia llegó una oferta interesante desde lo económico por parte del Panathinaikos de Grecia.

Cantoro es un ídolo total en Cracovia.

¿Por qué no fuiste?

En ese momento evalué todo lo que ya tenía ganado en la liga polaca, un nombre, respeto, cariño, una espalda que respaldaba mi accionar. Además estaba el tema familiar era mover a toda mi familia a Grecia a otra cultura, otro idioma nuevamente comenzar de cero en todo aspecto no sólo para mí, para ellos también, así que decidí quedarme. La oferta era mejor pero tampoco tanto como para salir corriendo (risas).

¿Alguna posibilidad que tuviste de esas que no se supo mucho?

En 1999 antes de regresar a Vélez, el serbio Iván Brizc que antes había estado en la U me quiso para el Osasuna de España pero una lesión a la rodilla impidió se concrete el pase. Ellos nos estaban dispuestos a esperar el periodo de recuperación, necesitaban un delantero que llegara a jugar de inmediato.

Tú juegas contra el Barcelona en el debut de Guardiola en Champions ¿Qué recuerdos de ese partido?

Hace un tiempo me pasaron el link de una conferencia en la que él declara que fue uno de los partidos más trascendentes de su carrera por tratarse de su debut en Champions y tuve la ocasión de jugar ese encuentro además de guardar una anécdota muy especial de ese día.

¿Cuál?

Toda mi familia había viajado para ver el partido y un día antes estábamos entrenando en el Camp Nou y veo a unos metros a un señor que siempre veía por televisión en los partidos del Barza, no sabía bien si era el jefe de equipo o que cargo tenía pero sabía que era un ícono del club. El tema es que me acerqué a él para ver la posibilidad de conseguir mejores entradas para mi familia y no te imaginas lo simpático y gentil que fue conmigo como si me conociera de antes. Al final me consiguió las entradas al costado del campo tanto así que en el calentamiento pude acercarme a tocarle las manos a mis hijos, increíble esa experiencia que vivieron en un estadio imponente y en el torneo de clubes mas lindo del mundo. Después de años vi que este señor, de quién no logró recordar el nombre, tenía 30 años ya en el Barcelona, esa calidad de gente es la que hacen grandes a las instituciones.

Por la zona del campo estabas llamado a enfrentar Xavi ¿Te dejó algún recuerdo en especial ese duelo?

Por querer frenarlo me sacaron la segunda amarilla y no pude jugar la vuelta en Polonia igual en el túnel me cambió la camiseta y nos quedamos conversando unos minutos súper amable. Sin dudas uno de los mejores jugadores del mundo en su momentos y si tú le veías al costado todo chiquito y flaquito que te podías imaginar, imagínate que la remera que me intercambio no me hace ni a mi ni a mis hijos, con decirte que ni a mi señora le da de lo pequeña que es (risas). Sin embargo como jugador era enorme, era imposible referenciarlo y menos agarrarlo, era clave para el funcionamiento de ese Barcelona. Tú te ponías al costado pestañeabas y el tipo ya estaba al otro lado del campo, era increíble su movilidad, precisión e inteligencia para jugar.

Yendo a la marca sobre Xavi en el partido debut de Guardiola en Champions.

En Vélez compartiste plantel con muchos monstruos que ganaron todo pero con uno de carácter más que especial como Chilavert ¿Si te pido una historia con él, qué recuerdas primero?

Chila era un genio, un tipazo con una personalidad extrema pero nada de lo que la gente cree o se imagina, él ha venido a la casa a comer asado con mi viejo cuando ya lo conocía más y en los entrenamientos siempre paraba en el kiosco a comprarles refrescos a los más chicos, un tipo súper sencillo, humilde y buen compañero. Eso sí cuando entra a la cancha ya sea para entrenar o jugar se transforma y es un animal de competencia que mata por su equipo y defiende a sus compañeros a muerte, así vive el futbol. Una vez nos toco ir de visita a Santa Fe con el equipo alterno pero él no se perdía ningún partido y en plena arenga nos habló como si ese día él estuviera jugándose los premios de una libertadores.

¿A qué te refieres exactamente?

Tú sabes que hay premios distintos de acuerdo al torneo y a la importancia del partido y digamos si normalmente te daban diez ese día tocaba dos sin embargo en charla previa a la salida al campo Chila hizo énfasis en los premios y la necesidad de ganarlos como si para él fuera relevante, imagínate un tipo ya salvado económicamente y que estaba acostumbrado a jugar por premios 5 veces mayores mínimo. Así de serio se tomaba todo y por eso llegó donde llegó, siempre decía en el fútbol no hay mañana por eso no regalo nada dentro de un campo de juego. Lo demás es parte del show que se creo alrededor de él como un personaje, pero es un tipo muy sencillo y humilde, hasta el día de hoy si yo le escribo y le digo puedes mandarme un saludo para un amigo te quieren saludar me dice dale sin problema y lo atiende, un genio.

Mauro guarda un recuerdo grato de la calidad de compañero que es José Luis Chilavert.

También tuviste la oportunidad de ser dirigido por un personaje como Bielsa ¿Alguna anécdota que recuerdes del ‘Loco’?

Recuerdo el entrenamiento de un lunes en que pensaba que mal había jugado el fin de semana, le daba vueltas en mi cabeza a las jugadas, me torturaba con el debí hacer esto o aquello. En eso aparece Marcelo y me llama -pensé ahora me va a decir que fui un desastre- sin embargo grande fue mi sorpresa cuando me felicitó delante de todos porque había visto movimientos tácticos que había hecho en favor del funcionamiento del equipo. Bielsa se fija en cosas que tal vez otros no ven, como si tiras una diagonal que le abre el espacio a un compañero, si marcas una salida que es el comienzo de una recuperación de pelota mas adelante y ese tipo de detalles que lo hicieron un adelantado a su época hace 20 años.

Después de Bolivia llegaste al Calcio italiano ¿Qué te faltó para quedarte más tiempo en el Ascoli?

Mi pase lo compraron entre el Brescia y el Ascoli que estaba en la segunda división. La institución era espectacular y cuando llegué comencé jugando bastante bien pero al poco tiempo tuve una distención de ligamentos en la rodilla y querían cederme a préstamo. Justo en ese tiempo vino el presidente del Wisla Cracovia que ya me había visto jugar con la propuesta de jugar la Champions por ellos para enfrentar al Inter de Milán. Cómo te imaginarás la decisión fue rápida, todo encajo perfectamente como cuando en un partido se dan las circunstancias perfectas.

¿Qué encontraste en Polonia que te llevó a desarrollar tu mejor versión futbolística?

Una estabilidad deportiva que redundo en una estabilidad familiar. Yo firme la primera vez por cinco años y la segunda igual por cinco más. Cuando uno encuentra un lugar así te sientes tan cómodo que para cambiar tendría que llegar algo demasiado grande. Solamente una mejor oferta económica no era suficiente para cambiar a una vida totalmente nueva.

Cuando regresaste a Perú a jugar con 37 años ¿Tenías la esperanza secreta de retirarte en Universitario?

Yo ya tenía 9 meses de retirado, había hecho mis inversiones en Argentina, mi esposa tenía un comercio hermoso y me invitaron a jugar un partido de leyendas acá a Lima. Una vez en Lima me dijeron que el Sr. Pacheco que era presidente de la U en esa época me quería de vuelta en el club pero todo quedó en un rumor porque nunca me contactó. Sin embargo yo ya estaba con el bichito de nuevo y sentía que podía aún volver a jugar en buena forma y ahí surgió la oferta de Pacifico y decidí aceptarla sin darle tanta vuelta. Si bien fue una decisión media alocada creo que nos salió bastante bien porque nos terminamos afincando en Lima donde somos muy felices y en lo personal en el club me fue bien. Lo que si puedo decirte que lo que más me dolió de mi carrera futbolística no fue no poder jugar por Polonia el mundial sino no haber podido retirarme con la camiseta de Universitario.

Cantoro y su amor incondicional por la camiseta de la ‘U’.

¿El mejor partido de tu carrera?

Contra el Real Madrid por la Champions que perdimos 3 a 1 en el Bernabeu y otro contra la Lazio en el San Siro, a pesar que no conseguimos los resultados tuve rendimientos personales más que destacados. Si hago memoria en Perú recuerdo mucho un partido con Universitario que ganamos 1 a 0 en Arequipa con gol mío.

Cantoro versus Simeone en uno de los que considera los mejores partidos de su carrera

¿Tu mejor gol?

Uno que le hice al Aurich de media vuelta en el borde del área y de zurda.

¿El mejor plantel que integraste?

En Vélez yo llegué a alcanzar pelotas a Funes, al Flaco Gareca al Pato Fillol y después con sólo 14 años tuve la oportunidad de participar en practicas con ellos. Después fui parte del plantel en la epoca dorada junto a Flores, al Turco Assad, Basualdo, Pellegrino, Chilavert y tantos cracks más.

¿El mejor compañero con el que compartiste plantel?

Marko Ciurlizza

¿Era Piazza tu papá futbolístico?

Si totalmente desde muy chiquito me tuvo en sus equipos, por ejemplo él fue el que me mandó fuera de casa la primera vez y lo odie. Prácticamente me obligó a irme a Rafaela y todo el viaje yo lo hice llorando con mi viejo hasta llegar, él sabía que para forjarme el carácter que iba a necesitar mas adelante tenia que aprender estar lejos de mi familia. Sabes todos los días de los 6 meses que estuve allá lloraba, sólo dejaba de llorar cuando entrenaba, sin embargo fue el mejor consejo de mi vida porque me preparó para todo lo que iba a venir más adelante y poder vivir y adaptarme rápidamente a tantos países.

La relación de Mauro con Piazza va más allá que la de un simple jugador/entrenador.

¿De qué equipo te volviste hincha cuando lo defendiste?

Lo digo sin ningún tipo de interés en paralelo y es Universitario. Cuando yo llego acá fue el inicio de mi carrera importante, fue como ese primer amor que me hizo sentir jugador, su gente me hizo sentir importante y gracias a Dios pude retribuirles eso con un buen rendimiento y goles. Cuando yo muera sé que cuando hablen de la historia de la U ahí en un pedacito se acordarán de mi y eso me genera un enorme amor por esa camiseta crema. Al Wisla Cracovia también lo llevo en mi corazón, fueron 10 años de mi vida que defendí esa camiseta y viví en esa ciudad, aunque culturas muy distintas, imposible no quererla.

¿Sacándote la etiqueta de papá cómo describes a Tiago como jugador de fútbol y hasta donde crees que puede llegar?

Es un buen jugador que ha pasado por muchas cosas extra futbolísticas y que tiene que seguir progresando día a día. Ahora yo no sé hasta donde podrá llegar profesionalmente como jugador pero yo sé que él va a hacer su camino y con eso me sobra para estar orgulloso de él. Yo puedo ver de primera mano la pasión que le pone a los entrenamientos y a los temas relacionados con su carrera. Como te dije antes yo no lo veo como jugador sino como mi hijo y escoja la carrera que escoja siempre estaré ahí para apoyarlo y desearle lo mejor.

Mauro Cantoro y su familia en pleno, el día que Thiago recibió la nacionalidad peruana

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