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¿La Sociedad Anónima del Fútbol puede ser una solución para los clubes?

En Brasil se sancionó la Ley de Sociedades Anónimas de Fútbol (SAF) que permite la transformación de clubes en empresas para profesionalizar la administración, recibir inversionistas y reducir deudas. Aquí los detalles de cómo funciona una ruta que podría servir para Perú.

En el estadio Nilton Santos, el día de la firma del contrato, con la 7 de Garrincha. Crédito, Vitor Silva/Botafogo.
Manuel Manrique
Brasil. - 13 marzo 2022

Desde que asumió la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro adoptó posturas controversiales. Autorizó la venta de armas, redujo la inversión en salud y educación, permitió mineros ilegales a invadir tierras indígenas, ironizó la pandemia al llamarla de gripecita, vio el aumento del hambre y la miseria, acabó con el apoyo al deporte olímpico, ignoró los más de 650 mil muertos por Covid 19 y no condenó la invasión de Rusia a Ucrania.

A pesar de todo lo anterior, hay algo que abre un nuevo capítulo en el fútbol de este país. La sanción de la Ley 14.193/2021, que autoriza a los clubes a organizarse como Sociedades Anónimas de Fútbol (SAF) y así dar el primer paso para que estos adopten el modelo club-empresa, un éxito en Europa y otras partes del mundo.

Desde 1933, cuando comenzó el profesionalismo del fútbol brasileño, los clubes son predominantemente asociaciones sin fines de lucro – al menos desde el punto de vista formal, compuesto por consejos de socios que deben ser consultados. El conflicto entre el modelo asociativo y la intensificación de la competitividad, principalmente por dinero, plantea un dilema similar al que existía en los tiempos de transición del fútbol amateur al profesional: amor a la camiseta o realismo económico.

Según la historiadora Marina Oliveira de Almeida, investigadora de la Universidad Federal de São Paulo y miembro del Grupo Interdisciplinario de Estudios sobre Fútbol, “en esa época, los límites de jugar por deleite se rompieron gracias al amateurismo marrón, la práctica de pagar salarios sin constar en planilla o mantener a los jugadores en trabajos falsos. El dinero corrompería el deporte. Se jugaba por amor y no para ganar dinero. En determinado momento se realizaron búsquedas para verificar si los jugadores tenían otra profesión y si cobraban por esa profesión. Si no trabajaba en otra área, el jugador era retirado del campeonato”.

Cruzeiro fenomenal

Si los clubes burlaban las reglas para proteger a sus jugadores y evitar sanciones, internamente comenzaba una rivalidad entre grupos políticos por la dirección de la administración del fútbol y del dinero que entraba por venta de jugadores o títulos conquistados – años más tarde sería por los derechos de transmisión, propaganda en los uniformes o campañas de publicidad. Al mismo tiempo, las administraciones estrecharon relaciones con las torcidas organizadas, cada vez más presentes en las principales ciudades de Brasil, a partir de la década de 1970.

Desde el comienzo, la relación entre los clubes y sus hinchadas se caracterizó por la oferta de beneficios, como entradas para partidos, transporte de ómnibus, oficinas dentro del club, apoyo jurídico, entre otras cosas- todo para evitar cobranzas o reivindicaciones de los hinchas.

“Mientras los clubes mantengan esa forma arcaica de administrar y relacionarse con su hinchada, inversionistas y jugadores, perpetuarán sus problemas financieros y desorganización. Debe haber un cambio de mentalidad porque la Ley de la SAF no salvará ninguna institución si no hay una gestión transparente, responsable, profesional y con visión de negocio”, afirma Claudio Pracownik, director ejecutivo de la empresa Win the Game y director Financiero del Flamengo entre 2013 y 2018.

Esa visión de negocio la tuvo Ronaldo Nazário de Lima, “El Fenómeno”, cuando compró 90% de las acciones del Cruzeiro SAF. La transformación a SAF fue aprobado por el 95% de los socios del club de Belo Horizonte. Al firmar el contrato de compra, el nuevo dueño del Cruzeiro se comprometió a inyectar 400 millones de reales.

Ronaldo y el Cruzeiro: São Paulo, diciembre 2021.   

“Estoy muy feliz por haber concluido esta operación. Tengo mucho a retribuir al Cruzeiro y llevarlo donde merece estar. Hay mucho trabajo por delante y le pido al hincha se conecte al club nuevamente, regrese al estadio porque vamos a necesitar mucha fuerza y unión. No hay nada que conmemorar, pero tenemos mucha ambición”, dijo Ronaldo después de celebrar el contrato.

Cruzeiro, o cualquier otro club que adhiera a la SAF, deberá funcionar dentro de un régimen tributario especial y simplificado: recaudación mensual del impuesto a la renta y aportes a la seguridad social, sin afectar los ingresos por la venta de los derechos deportivos de los jugadores. Además, deberán implementar proyectos educativo-deportivos, sin discriminación de género, vinculados a la educación formal, garantizar instalaciones de alojamiento seguras para los atletas, invertir en la formación de deportistas, contemplando obligatoriamente a la mujer, recaudar fondos mediante la transmisión de partidos y la organización de eventos deportivos, explotar los derechos de propiedad intelectual de la SAF o de la empresa original y sus activos, incluidos los bienes raíces.

Multiclubes

A mediados del año pasado, la empresa de consultoría Matix Capital entró en contacto con el multimillonario John Textor, ejecutivo estadounidense del ramo de tecnología y cinema, tras enterarse del interés en comprar un equipo brasileño. Textor ya había comprado el 18% del equipo inglés Crystal Palace y 80% del belga RWD Molenbeek. Los ejecutivos de Matix Capital, Danilo Caixeiro y Thairo Arruda conversaron con Textor y se comprometieron a realizar un mapeamiento del mercado brasileño de clubes en busca de inversionistas para la compra de una SAF.

En poco más de seis meses, Caixeiro y Arruda convencieron Textor a comprar 90% de la sociedad anónima del Botafogo. El club carioca aprobó la transformación del departamento de Fútbol en SAF y luego, en enero de este año, la propuesta de compra de Textor. La venta de la SAF fue aprobada por 99% del Consejo Deliberativo del Botafogo, en reunión histórica, en la sede social del club, en la zona sur de Rio de Janeiro.

“Quiero adoptar una estrategia multiclubes, hacer El Grupo de Clubes, algo sin precedentes y con la participación de clubes de primer nivel y con gran hinchada. Estoy intentando el Benfica y otros clubes, pero es mejor andar con cautela”, declaró Textor al portal Fogao.net.

Video de festejo de los hinchas de Botafogo:

Actualmente, según el Centro Internacional de Estudios Deportivos, existen cerca de 60 grupos multiclubes en el mundo y casi dos tercios de estos se crearon a partir de 2018.

Recientemente, el Vasco da Gama firmó un acuerdo con la empresa americana 777 Partners para la compra de 70% de la SAF por 700 millones de reales. Antes, la constitución empresarial del departamento de Fútbol del club debe ser analizada por el Consejo Fiscal y luego ir a votación, en un plazo de 90 días. El Consejo Deliberativo del club exige un aporte inmediato de 70 millones de reales, lo cual ha generado un debate interno que no sucedió en los casos de Cruzeiro y Botafogo.

La Ley de la SAF tiene aspectos positivos, como mecanismos para apartar malos dirigentes de las decisiones que influyen en los resultados deportivos. El modelo prevé más transparencia, auditorías anuales y la obligación de constituir un Consejo de Administración y un Consejo Fiscal. Además, hay instrumentos que organizan y facilitan el pago de deudas, en periodos a partir de seis hasta diez años. Por otro lado, se abre la oportunidad para captar recursos financieros para invertir en el fútbol y obtener mejores resultados dentro y fuera de la cancha.

También hay que considerar los riesgos que la SAF trae a los clubes. Al transformarse en empresa, la institución pasa a ser regida por las mismas reglas de otras actividades económicas y el peligro real de ir a la quiebra, si su actividad no da los resultados esperados. También es arriesgado cuando hay desentendimientos entre los planes del nuevo dueño y la expectativa de la hinchada, como contrataciones, salida o permanencia de jugadores o decisiones más relevantes vinculadas a la estrategia de la SAF.

Esta combinación – estrategia y salida de jugadores, la enfrentó Ronaldo al negociar la renovación de contrato del arquero Fabio, ídolo y jugador con más partidos en la historia del club – 976 con los colores del Cruzeiro. “Hicimos un esfuerzo financiero enorme para ofrecer una propuesta decente. Lamentablemente, Fabio no la aceptó”, dijo Ronaldo en rueda de prensa, antes de cumplir un mes como dueño del club.   

La SAF no es la salvación, pero si una gran oportunidad, para que los clubes brasileños cambien de mentalidad, asuman compromisos con la organización, la gestión profesional, la transparencia y, principalmente, la salud financiera de la institución.

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