Los presidentes a dedo del fútbol peruano

La crisis del fútbol peruano muchas veces tiene como responsables a los dirigentes de los clubes. En la historia de nuestro fútbol varios de estos dirigentes fueron elegidos a dedo.

Mario Fernández
Lima. - 27 diciembre 2020

Si hoy para llegar a ser presidente de un club de fútbol profesional es bueno tener, por lo menos, algún tipo de estudios que tengan relación con la administración de empresas, quizá por allí con contactos se puede lograr conseguir un excelente apoyo económico —ser un mecenas como le llaman— resultaría por demás interesante y lucrativo. Ya el ex crack italiano Gianni Rivera (77 años) llamado el ‘Bambino de Oro’ en su época esplendorosa lo dijo en su momento: “El fútbol bajo presidentes de gran poder ha dejado de existir, solo es un negocio. Ha perdido su carácter competitivo y ahora es solo dinero. En mis tiempos, la mística era otra y se jugaba por una camiseta, por un equipo, por una nación. Ahora los jugadores no pertenecen a nadie sino al mejor postor”.

¿Cómo, entonces, por ejemplo, han llegado a las presidencias de nuestros clubes peruanos personajes con y sin merecimientos que hicieron de sus gestiones éxitos o fracasos con títulos ganados o contrataciones de primerísimo nivel? ¿fueron a través de reñidas elecciones y con significativos números de socios electores? La verdad que las historias que conocimos resultan para no creerlas.

Con Universitario de Deportes hubo un presidente que, como lo dice su hincha desde hace 78 años Jaime León “fue lo peor que le pudo pasar a nuestra gloriosa institución y se llamó Julio Pacheco Torres” ¿Qué pasó con Pacheco? León, haciendo honor a su apellido sacó las garras y en qué forma: “Primero no fue correcto con sus directivos. Su afán de traicionarlos siempre lo acompañó. Tuvo compromisos con ciertos periodistas y en su plantel de jugadores a unos no les hacía caso y con otros se coludía. Prácticamente se sentaba en cada noticia que se decía de él”.

Añade que en esa guerra hacia los dirigentes que no estaban con él, llegó a expulsar a Gino Pinasco y, cuando él salió elegido presidente hizo anular las elecciones formándose una junta transitoria el 2011. “Llegó al colmo de decir que con él la ‘U’ Iba a ser como el Barcelona de Messi; de firmar contrataciones carísimas con jugadores que no lo merecían; por Pablo Vitti pagó un millón y medio dólares; volvió a contratar a Johan Fano cuando nadie lo quería en el club y le pagaban 40 mil dólares mensuales. Y eso no fue todo: creó tal caos firmando cheques sin fondos y por eso que la FPF lo sancionó casi al año de asumir la presidencia. Además, durante un año no le pagó a algunos jugadores pero los hacía firmar planillas de haber recibido su mensualidad y por eso cuando la Agremiación de Jugadores obligó a cumplir esos contratos el club se fue al hoyo”.

Fue tanto el poder que ejercía Pacheco, refiere León, que cuando la ‘U’ campeonó el 2009 los directivos habían mandado a confeccionar previamente polos alusivos solo al título pero él hizo que se lucieran —a través de su capitán Carlos Galván— los que decían Santo Domingo la empresa del cual era dueño. “Pacheco fue el que propició el ingreso de las administraciones concursales en el club porque las deudas que dejó solo sirvieron para incrementar y en qué forma a la que ya existía. Con Pacheco llegó la época más oscura de nuestra historia y que hasta hoy no podemos salir”.

Controvertido expresidente de Universitario Julio Pacheco

En Deportivo Municipal el caos fue la palabra precisa de lo que aconteció en las décadas del ’70 y ’80. Germán Leguía las detalla en su estilo inconfundible: “No había elecciones. La Municipalidad de Lima se encargaba de nombrar a dedo al presidente y personaje árabes y judíos —aunque parezca mentira— eran los que nos pagaban. Hubo un tiempo en que dejaron de hacerlo entonces un grupo de jugadores se encaminó hacia la casa del presidente de esa época, un señor Ulmann y desde muy temprano nos paramos frente a su casa. Como no se aparecía tocamos la puerta y salió la empleada y al preguntarle por el dueño de la casa nos dijo que ya había salido. Fue entonces que les dije a los muchachos ‘vámonos que hemos venido a la casa del ‘Hombre Araña’”.

Refiere que ese año que se fueron a Segunda hubo dos presidentes más: el señor de apellido Jaime y el doctor Marcelo Allemant siempre sin elecciones. “A mí me fijaron una mensualidad de 4 mil soles y llegué a cobrar 20 mil con premios por triunfos y empates. Pero después dejaron de pagarme por los que le pedí que mejor me volvieran a pagar los 4 mil y ni así cumplieron. Esos cuatro mil me los pagaba Bashir Ode en su tienda de telas en la galería de la Plaza de Armas. Como a veces no le alcanzaba a reunir ese monto lo completaba con telas. Llegué a tener rumas de telas en mi casa. Y pensar que cuando me fui a jugar al Deportivo Español me tildaron de traidor”.

Expresidente de Deportivo Municipal el fallecido Marcelo Allemant

Lo de Alianza Lima que acaba de sellar su descenso a Segunda aun cuando sus dirigentes no se resignan el 2021 a jugar en la Liga 2, raya en lo increíble. Era el año 1981 y el alférez de la policía con 21 años, Héctor ‘Tito’ Ordóñez en un recorrido nocturno por Miraflores ingresó al Café Haití y vio a un grupo de señores, donde hallaba incluso su padre el teniente general (ya fallecido) Héctor Ordóñez, Alfonso de Souza Ferreira (+), Agustín Merino (+) y otros directivos ¿Qué hacían? Estaban eligiendo a Merino como presidente de Alianza Lima sin elecciones previas ni votos de por medio. A dedo. Tito hoy me cuenta: “Recuerdo que un momento uno de los presentes lo llamaron a Merino como ‘Ataulfo’ (por lo de su funeraria) para decirle que a partir del 1 de enero de 1982 él se encargaría de ver todo lo que pasara de esa fecha para adelante y para para atrás”. Yo, pese a mi juventud al lado de los presentes y porque era hincha aliancista desde los 8 años y tener a mi padre presente —tras una discusión acalorada— les dije que los cargos directivos se merecían y no mediante el dedo. A todos me los cargué en un bus incluido a mi padre hasta la Comisaría que quedaba en el Malecón Cisneros pese a los ruegos de mis subalternos que no lo hiciera. Merino no me perdonó porque en otra de sus reelecciones se volvió a encontrar conmigo no sin antes decirme ‘qué te pasa chiquillo te las has agarrado conmigo no…”

Y con el mismo club victoriano y el mismo Merino en su reelección para el año 1983 hubo otro capítulo pero ya con votos de por medio. Armando Leveau, personaje único en la historia dirigencial aliancista, nos la cuenta: “Merino que nunca ganó un título con Alianza en sus ocho años como presidente no me consideró en su lista y sí a otros de su agrado. Cuando vi esas listas con algunos nombres días después tratando de corroborar si existían, resulta que ya habían muerto y tengo las fotos de sus tumbas que seguramente la funeraria de Merino los enterró. Si un médico cuando se enferma busca que un colega y enfermera lo atienda, acá Merino lo mejor que hizo fue buscar a sus muertos enterrados por él”. Sí le reconoce Leveau a Merino el pago de la deuda del club con el Banco de la Nación para la construcción del Estadio Alejandro Villanueva.

“La deuda llegó a acumularse en 480 millones de soles de ese entonces por los altísimos intereses bancarios por lo que Merino acudió al ‘Pato’ Souza Ferreira que era amigo de Alfonso Grados Bertorini, ministro en ese entonces del presidente Fernando Belaunde Terry, quién al crear intereses sociales por préstamos redujo ostensiblemente esa millonaria deuda y la pagó. Walter Lavalleja el constructor del estadio, con la empresa León y Peralta, cuenta Leveau que le llegó a decir por Merino “menos mal que el burro con plata nos salvó”. Sonriendo Leveau termina diciendo: “La venganza conmigo y Lavalleja fue que a los dos nos terminó botando del club aunque Walter acabó levantando el estadio de Universitario”.

Agustín Merino expresidente de Alianza Lima.

En el popular club porteño del Sport Boys llegó a ser presidente Luis Mattos Guerra. Corría el año 2008 y el entrenador del equipo era Eusebio Salazar. Mattos como prestamista llevó a que el club rosado le debiera un buen monto aun cuando él prestaba con el 20 por ciento de interés. Por eso y otros detalles lo “eligieron” presidente ese año del 2008 en que el equipo perdió la categoría y tuvo que dejar el “cargo” para siempre. Que le cumplieron con lo que él les había prestado, sólo él lo sabe…

¿Y en Sporting Cristal cómo se elige a su presidente y directorio? Sin elecciones. La Corporación Backus siempre lo hizo a dedo. Hoy con nuevo propietario, Innova Sport, sucede lo mismo.

Por simple curiosidad veo en Google cómo se eligen las directivas de otros equipos en esta parte del continente. En todos hay elecciones. Jorge Ameal ganó con Juan R. Riquelme las últimas elecciones en Boca donde votaron 37,877 socios. En River fue reelegido Rodolfo D’Onofrio con el 74,5% de los 19,000 electores; en Peñarol Ignacio Ruglio que llevará a Pablo Bengoechea como su director general ganó al oficialista Juan P. Damiani por 3,181 votos contra 2,954 y donde acudieron 9,405 socios. Rodolfo Landim recibió 1,879 votos para presidir al Flamengo y en Barcelona de Guayaquil el argentino nacionalizado ecuatoriano José Alfaro Moreno con la presencia de 3,668 votantes. Solo aquí la casi totalidad de los equipos eligen a sus presidentes a dedo. Por eso estamos como estamos.

Luis Matos Guerra Expresidente de Sport Boys

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