‘Puchungo’ Yáñez, un chalaco que saltó de las canchas del fútbol a la TV

'Puchungo' nos cuenta su experiencia en el fútbol, su llegada a la liga árabe y una lista de curiosas anécdotas en los vestuarios. Además, nos habla de su nueva faceta como conductor de TV.

Daniel Yaipén
Lima. - 8 agosto 2021

Alfonso Yáñez Ramírez, más conocido como ‘Puchungo’, es uno de los personajes más carismáticos y recordados del fútbol peruano de los años noventas. Uno de los pocos jugadores que habiendo declarado abiertamente su hinchaje por el Sport Boys, es querido y respetado por todas las hinchadas de los equipos donde tuvo la oportunidad de exhibir su juego.

Si te digo barrio y fútbol ¿Qué es lo primero que se te viene a la mente?

Mi niñez, inicios jugando en las calles de mi barrio Lazareto. Salir corriendo después de ver los partidos de la selección peruana a jugar pichangas e imaginarme que era Cubillas o Cueto.

Imagino que en tu barrio había muchos chicos con gran talento, ¿Cuándo te diste cuenta que tú podías llegar a ser un profesional y vivir jugando al fútbol?

Más o menos a los 13 o 14 años cuando recibí la convocatoria a una selección peruana juvenil, a pesar de tener dos años menos. Antes sólo jugaba porque lo disfrutaba y así fue toda mi carrera. El día que ya no disfrutaba más jugar me retiré. En esa época yo había ido a jugar al AELU porque mi categoría en el Boys había desaparecido.

¿Cómo sucedió eso?

Lo que pasa es que ahí también jugaba con una categoría mayor un par de años, en la que estaba mi compadre ‘Balán’ Gonzales. A ellos los subieron al primer equipo pero yo aún estaba muy flaco y chico así que me quedé sin equipo y el AELU me abrió las puertas. En ese época fue que me llega la convocatoria del profesor Chale y el ‘Colorado’ Cruzado para integrar la sub 16 de Perú.

El primer carnet de Puchungo como jugador del Sport Boys.

¿Quién te llevó a tu primera prueba en un equipo profesional?

Nadie, yo me fui caminando con unos 12 chicos, desde mi barrio unas quince cuadras, hasta la calle teatro donde queda la sede del Boys. Ahí hay una cancha de fulbito que existe hasta hoy, ahí probaban a los chibolos los profes Jorge La Rosa y Lizarraga. De los 12 que fuimos quedamos sólo 3 en el equipo.

Puchungo y el gran Valeriano López, ídolo del Boys.

¿Qué es lo que más recuerdas de ese día?

Recuerdo que era el más chico de mi mancha, tendría unos 8 años y cuando llegamos habían como 300 chibolos para probarse. En esa cancha de cemento valía todo, hasta la pared, o sea, la pelota no salía nunca y en pocos minutos los profes tenían un ojo clínico para ver quienes tenían que quedarse.

‘Puchungo quedó seleccionado entre 300 niños.

¿En esos primeros años tenías otra ilusión aparte del fútbol? ¿Veías otra carrera con simpatía?

Sí, sabes que yo siempre veía al tío ‘Pocho’ Rospigliosi, al ‘Veco’ y al maestro San Román y me decía que de grande iba a ser periodista deportivo. Desde chico todo el día opinaba de fútbol, me sabía las alineaciones de los equipos y aparte que con los números no me hallaba. Igual que la mayoría de ustedes los periodistas (risas).

¿Qué tal te iba en los estudios?

No era bruto pero sí vago, porque cuando ponía atención no tenía que estudiar para pasar. Mi tema es que yo en clases siempre estaba pensando en llegar a mi barrio para ponerme a jugar.

¿Desde qué hora te ponías a pelotear?

Mira, en mi barrio habían los vagos y los más vagos (risas). Yo estaba en el primer grupo porque iba al colegio a estudiar, entonces cuando regresaba ya estaban algunos que jugaban desde las 10 de la mañana. Así que yo me ponía a jugar incluso antes de llegar a mi casa y me quedaba hasta que venían a buscarme (risas).

¿Quién y cómo te contactaron para ir a Universitario?

El ‘Gordo’ Gonzales y el ‘Ciego’ Oblitas que ya me había tenido en una selección juvenil, a pesar de regalar edad me llevó a un torneo Juventud de América donde me rompí el quinto metatarsiano ante Argentina. Ese partido lo íbamos ganando 2 a 1 pero nos voltearon 3 a 2. Recuerdo que hice un gol de cabeza y el otro lo hizo Balán.

Alfonso llegó a Universitario con sólo 16 años.

¿Universitario fue el único equipo que te buscó?

No, también me buscaron del Muni, incluso su dirigencia me ofreció 10 mil dólares por dos años y en la ‘U’ sólo me daban 8 mil. Sin embargo creo que tomé una buena decisión.

Siendo plenamente identificado con Boys, eres muy querido por los hinchas de Universitario y respetado por los hinchas de Alianza ¿Por qué crees que se da ese hecho insólito?

Tal vez porque nunca negué mi hinchaje desde que me inicié en el fútbol, y sabes lo más paradójico es que con todos los equipos que jugué le hice goles al Boys. En el ’90 con la ‘U’ le ganamos una final 4 a 2 con un gol mío y ese año salí en el equipo ideal del campeonato. Yo creo que la gente siempre se dio cuenta que yo fui un profesional agradecido y transparente con cada equipo que aposto por mí.

Yañez jugó en los “compadres” y en ambas huestes es recordado con respeto y cariño.

¿Cuáles eran tus características como jugador?

Yo era un jugador con buena técnica, con mucha movilidad y creo que fui un muy buen complemento de grandes jugadores. Tuve la fortuna de compartir equipos con excelentes jugadores en todos los equipos que jugué. Cuando estas rodeado de tanto talento se hace más sencillo parecer bueno también (risas).

Fuiste el precursor de los jugadores peruanos en llegar a Arabia ¿Qué pensabas cuando mucha gente criticaba la llegada de Carrillo a esa liga?

Era difícil que yo opine porque he jugado allá, pero te voy a decir algo, el fútbol es muy ingrato y hoy vemos muchos jugadores que fueron ídolos en sus clubes, pero no guardaron pan para mayo. Hay muchos que por amor a su club nunca se fueron pero después como les pagaron, mira los ejemplos del ‘Puma’ o ‘Waldir’, después de tantos años las instituciones no sé lo reconocieron como ellos se lo merecen.

Puchungo celebrando su primer gol en el Ittihiad de Arabia Saudita.

¿Sientes que el hincha o cierto sector de la prensa a veces juzga a la ligera?

Lamentablemente sí, porque la gente no entiende que la carrera del futbolista es corta y los chicos tienen que asegurar el futuro de sus familias. En lo personal me da mucho gusto que Carrillo, Cueva y ahora Cartagena puedan ir por esos lares y ganar muy bien para que puedan vivir bien en el futuro. Yo no soy nadie para dar consejos pero a los chicos les digo que piensen bien sus decisiones porque cuando se acaba esto la hinchada no te toca la puerta para darte dinero para llenar la refrigeradora ni pagar las cuentas.

¿Qué fue lo que más aprendiste en lo personal y en lo futbolístico de tu paso por el medio oriente?

Maduré mucho como persona y me di cuenta que pude haber rendido mucho más en mi carrera de futbolista profesional.

¿Por qué lo dices?

Con la cultura de allá sin diversiones ni vida nocturna, mi rendimiento fue mucho mejor. Yo siempre fui técnico y acá pensaba que corría pero allá me di cuenta que podía dar mucho pero mucho más. Salí campeón y quedé en la historia del club como uno de los mejores extranjeros. Yo sé reconocer mis errores y sé que si hubiera sido un mejor profesional hubiera podido jugar en un nivel mucho más alto aún.

Alfonso considera de que pudo jugar en un nivel mucho mejor alejado de las tentaciones.

¿La mejor anécdota por allá?

En mi primer entrenamiento llegué al camerino y cuando me saqué la ropa para cambiarme todos salieron corriendo. Yo no entendía nada, el entrenador que era brasileño muerto de risa me explicó que allá los hombres no se pueden ver sus partes íntimas. Lo máximo que puedes tener desnudo es el torso.

¿Cuál es el partido que recuerdas con más cariño de toda tu carrera profesional?

Mi debut en el Elías Aguirre de Chiclayo con Universitario. Ese día inauguraban la luz del estadio y además ganamos con un gol mío.

Yañez debutó con gol en Chiclayo con la camiseta crema.

¿El gol más importante que marcaste?

En una Libertadores contra Boca Juniors, ese partido lo jugué sin contrato. Recuerdo que mi papá no quería que juegue por el riesgo que me lesione. Sin embargo yo decidí tomar el riesgo y no sólo fue ese partido, también jugué ante Racing, ese día ganamos 2 a 1 y recién después de ese partido me llamó Alfredo para negociar mi renovación de contrato.

¿Tú mejor anécdota dentro de una cancha de juego?

Fue con un árbitro que ahora no recuerdo el nombre pero yo tenía dos amarillas y el próximo partido nos tocaba en Cerro de Pasco. Así que faltando poco comencé a buscar que me saquen la tercera para quedar suspendido, hice un par de faltas pero nada, hasta pateé la pelota fuera de la cancha a propósito, ahí es que se me acerca el árbitro y me dice: “deja de buscar la amarilla que igual vas a jugar en Cerro”, (risas).

¿Y en las concentraciones?

Más que una anécdota recuerdo que concentraba con mi tío Samuel Eugenio, yo le decía Taita, y me tocaba hacer todos los recados porque el más chibolo siempre es el perro. Con los años hice una muy buena amistad con Samuel, incluso después me mudé al mismo condominio donde vivía él y Pedro Requena.

La gratitud y recuerdo de ‘Puchungo’ con su “Taita” Samuel Eugenio.

¿El mejor 10 que viste jugar de cerca?

Ahí tengo varios, ‘Kukín’ Flores, Germán Leguía, el ‘Pato’ Cabanillas y uno de mis primeros ídolos, Pedrito Ruiz.

¿Qué le faltó a ‘Kukín’ para ser la figura internacional que prometía?

Yo con Carlos éramos como medio primos, así que lo conozco desde su niñez, yo creo que a él la falto creerse lo bueno que era. Él sabía que era bueno en su barrio, en el Perú pero nunca terminó de saber o entender que era lo suficientemente bueno para triunfar internacionalmente.

Yañez junto a Julio Meléndez, Rebosio y el recordado Carlos “Kukín” Flores.

¿Le faltó gente que lo guiara?

Hubo gente que intentó llevarlo. Lo que pasa es que Carlos era el hijo predilecto del Callao, él no necesitaba salir del puerto, adonde fuera la gente lo quería, lo respetaba, lo engreía, tal vez eso no ayudó a que él buscara otros horizontes. Carlos era un chalaco tan querido que podía pararse en la esquina del barrio que sea y no le pasaba nada, en su velatorio el logró que todos estuvieran juntos para despedirlo.

¿El mejor extranjero con el que jugaste?

Tomás Silva y Juan Carlos Letelier en Universitario, Facundo Gareca en Alianza, en Boys el ‘cochino’ de Ariel Graziani que siempre lo jalaba a su hotel en mi carro y no se bañaba (risas), llegó sin mucho nombre pero de acá se fue al Emelec e incluso jugó por la selección ecuatoriana. Otro caso similar fue el de Silva, que llegó acompañando al ‘Pinocho’ Vargas que supuestamente era la figura y el que terminó rompiéndola fue Tomás.

¿Recuerdas tu primera convocatoria a una selección mayor?

Claro, fue en el ’88, me convocó ‘Pepe’ con tan sólo 18 años. El otro día hablando con Francesco Manassero recordábamos lo abandonados que estábamos en esa época en la selección.

¿Qué les faltaba que ahora sí hay?

Todo (risas). No había La Videna, no teníamos cancha para entrenar, íbamos como gitanos de club en club mendigando campo de entrenamiento. Varias veces entrenamos en ese parque de los árboles grandazos frente al Colegio San Agustín, imagínate ahora a la selección entrenando ahí, imposible. No teníamos la infraestructura, ni la logística, por último, muchas veces ni ropa. Nosotros teníamos que llevar nuestros implementos.

Se comenta que el brasileño ‘Pepe’ tampoco tenía la capacidad para ser entrenador de una selección, ¿tú que opinas?

Con esas condiciones de trabajo es muy complicado juzgar la capacidad de alguien, en lo personal sólo me queda agradecerle haberme convocado con 18 años y encima haber tenido la oportunidad de jugar. Lo que se cuenta de las pichangas sí es verdad, ahí nos hacía jugar leche (los blancos) contra café (los negros), solteros vs casados o bonitos contra feos.

Alfonso Yáñez con la camiseta de la selección peruana.

Se habla mucho que la generación de fines de los ochenta e inicios de los noventa tenían mucho talento pero les faltaba “actitud” para competir a nivel internacional ¿Cuál es tu percepción?

Como te estaba contando, nos faltaba apoyo en todo el sentido de la palabra para prepararnos de la manera adecuada. Nuestras reuniones de equipo las citaban en la puerta 4 del Estadio Nacional, no teníamos ni donde descansar o juntarnos para una reunión de integración. Te cuento una que me pasó en Trinidad y Tobago, viajamos a jugar un amistoso y me dio apendicitis, me llevaron a un hospital público donde había en una cama con gente que se moría a mi costado. Al día siguiente el grupo viajó porque tenían que seguir la gira y yo me quedé sólo con el médico medio abandonado en un país desconocido, en un hospital que no reunía las condiciones mínimas. Fueron 3 días interminables. Recuerdo que llegó Jaime Bayly a visitarme y denunció el hecho en la prensa peruana.

¿Qué fue lo que más te costó de salir en pantallas?

En realidad no me cuesta porque cuando yo no disfruto algo simplemente no lo hago. Hace años recuerdo que Omar Ruiz de Somocurcio me invitó para ser panelista y yo llegué me cambie y ya enternado dije no salgo y me fui, algo no me gustó, hasta hoy le pido disculpas a Omar por eso pero así soy yo. Después de un tiempo fui a un programa de radio con Bruno Cavassa, Julio Peña y dos amigos más alrededor de una mesa para hablar de fútbol y me sentí muy cómodo, así que ahí comencé con esta aventura en la que ya llevo varios años. Yo tengo que estar así cómodo sin un libreto o parámetros que me digan que tengo que hacer o decir, si me dejas ser yo estoy cómodo y me quedó, igual me pasó con el fútbol. Mucha gente me decía como te vas a retirar con 34 años pero yo ya no disfrutaba el día a día así que opté por el retiro.

‘Puchungo’ y su compadre ‘Balán’ también hacen buena dupla en los sets de TV.

Ahora que han pasado años y además estás del otro lado de la vereda como comentarista en la televisión ¿Te cuesta mucho cuando te toca hacer criticas a los futbolistas?

Si yo soy un defensor del futbolista, porque la gente opina muy alegremente de que debió hacer esta o tal jugada, pero si los pones en la cancha no la paran ni al tercer bote. Me parece irrespetuoso, es cómo que yo pretenda decirle a Gastón Acurio cuanto limón va en el ceviche, si la cosa fuese tan sencilla todo el mundo sería futbolista porque se gana muy bien ¿no? desde el sillón de mi casa o un set de televisión yo también la paro de pecho, la levanto con el taco y la pongo al ángulo. Allá abajo en el verde las cosas no son tan fáciles como se ven.

Hablando un poco de actualidad se viene una fecha triple complicada con Uruguay de local y visitas en Brasil y Bolivia ¿Con qué presupuesto consideras que Perú podría estar conforme?

6 puntos de los dos partidos de local y en la siguiente mínimo 4 para seguir con vida y guerrear la clasificación, en las últimas fechas de la clasificatoria. Lo que no me gusta es que los grandes de Sudamérica siguen acomodando el fixture de acuerdo a sus conveniencias y nuestra dirigencia no dice nada, cero peso dirigencial como siempre.

Puchungo logró enfrentar al gran Pedrito Ruiz.

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