Renato Tapia, el pecado de la soberbia

Un Twitter del mediocampista puso al descubierto un rumor que circulaba: una de las razones del bajón en el juego de la selección peruana se debe a la falta de humildad de algunos jugadores encabezados por Tapia.

Umberto Jara
- 6 septiembre 2021

Roberto “El Chorri” Palacios ejerció su derecho a opinar y dijo tras el empate a uno ante Uruguay: “No se ha conseguido el resultado que se esperaba, un empate en casa es como una derrota porque en casa se tiene que ganar”.  ¿Dijo algo falso? No. ¿Algo fuera de lugar? No. Palacios dio una opinión que muchos compartimos. Y hay un detalle que no se puede pasar por alto: el “Chorri” Palacios está totalmente autorizado a opinar sobre un partido de eliminatorias mundialistas por una razón sin vueltas: su brillante trayectoria. Debutó con la blanquirroja a los 21 años (1993) ante Argentina en Buenos Aires marcando un gol. El período 1996 – 2007 lo muestra como el jugador con más goles anotados en partidos competitivos oficiales (15 goles en Copa América, Copa de Oro del 2000 y Eliminatorias). Además, vistió 128 veces la camiseta nacional con talento y una entrega conmovedora ante rivales con mayor envergadura física.

Roberto Palacios Mesta dio una opinión a la que tiene todo el derecho y de inmediato Renato Tapia Cortijo le salió al frente con un mensaje de trece palabras: “Menos mal que es embajador de la Federación, imagínense si fuese el enemigo”. La mención al número de palabras tiene sentido porque a Tapia le encanta ser opinante en Twitter pero se niega a dar entrevistas en las cuales hay que confrontar ideas más allá de 240 caracteres.

La soberbia de algunos seleccionados al descubierto.

Es fácil lanzar una frase. En tiempos de redes sociales la reflexión se ha perdido y los dedos en un teclado se han vuelto muy ágiles pero hay un pequeño problema: los dedos no piensan. Por eso, el mensaje de Tapia generó una mayoritaria reacción en contra porque, en realidad, muestra nítidamente algo que ya se venía intuyendo: el mediocampista nacional es un muchacho soberbio. Y cabe anotar que la soberbia no es poca cosa. Ya en la Biblia —es decir, desde tiempos muy antiguos— la soberbia ocupa el primer lugar entre los pecados capitales y si vamos al terreno político, que a Tapia parece atraerle, también desde hace siglos, 1513, Nicolás Maquiavelo enseña que “La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad”.

Lo preocupante es que Tapia expresa la posición de algunos seleccionados que lograron la clasificación al Mundial Rusia 2018. Algunos miembros de ese plantel se creen superiores a los futbolistas que los antecedieron. Y cometen un gravísimo error. El primer efecto lo están sufriendo. Esa soberbia los tiene complicados en la tabla de posiciones de las Eliminatorias Qatar 2022. Si hubiesen empezado con humildad otra sería la historia y estarían siendo protagonistas. Ahora padecen pero se sienten superiores. Falta humildad.

Renato Tapia y con él algunos mas, tienen que entender que el fútbol tiene peldaños diferentes más allá de los torneos que se jueguen. Están los ídolos que conquistan el afecto de los hinchas y esa idolatría se mantiene muchos años después de que colgaron los botines porque sus logros edificaron un afecto inolvidable. En ese lugar está Roberto “El Chorri” Palacios. Luego siguen otros escalones. El de las grandes figuras; después están los que integraron selecciones; luego los que brillaron en sus equipos y los que acompañaron a todos los mencionados.

Renato Tapia tiene  26 años de edad, ya está a mitad de su carrera y todo indica que no será un ídolo. En los equipos ideales de los seleccionados peruanos tampoco será elegido porque delante de él, en ese puesto, están el patrón José Velásquez, el Puma Carranza y su coraje o la inteligencia de Juan Jayo Legario. Finalmente, el apelativo de “Capitán del futuro” ya no cuenta porque el futuro ya llegó pero no la cinta; hay otros que merecen la capitanía antes que Tapia porque uno de los requisitos para ese cargo es la humildad.

No hay, pues, razón para la soberbia. Tapia y algunos más se sienten con derecho a cuestionar a un ídolo como el “Chorri” Palacios porque han jugado un Mundial. Es un error de soberbia. Los ídolos se ganan respeto por muchas razones ajenas a un Mundial. Participar en un determinado torneo no otorga derecho a faltar el respeto a figuras que se ganaron un lugar por méritos propios. Roberto Palacios, con su físico menudo, su enorme talento y su entrega incondicional, enseñó con goles y con una camiseta con el lema “Te amo, Perú” lo que significa amar a un país que se representa. Esa lección ingresó en los corazones de adultos y niños.

La soberbia es pariente de la vanidad y con la vanidad no se logra nada. La generación Rusia 2018 le debe respeto a la generación de Roberto “Chorri” Palacios, a esa estupenda selección peruana que bajo la conducción de Juan Carlos Oblitas logró puntaje clasificatorio al Mundial de Francia ’98 compitiendo sin mayores recursos; sin análisis de rivales en base a programas de computación; sin adelantos de la medicina deportiva y contra una canalla y abominable prensa deportiva que atacaba la autoestima de una generación valiosa.

En el fútbol, al igual que en la vida, el éxito consiste en una escalera y se sube cada peldaño empezando siempre de cero. Por eso es requisito la humildad que recuerda que cada logro es pasado y el éxito es siempre un presente. Ojalá lo entiendan Tapia y sus adeptos dentro de la selección. Que no empañen su logro maravilloso de haber clasificado al Mundial Rusia 2018. Y no olviden que Ricardo Gareca tampoco asistió a un Mundial pero nadie puede cuestionarlo que fue un extraordinario goleador y es un técnico tan sabio que supo conducirlos a esa ruta mundialista. Vuelvan a ella. Más goles, más marca y menos Twitter.

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