Un Rubio en Alianza Lima

Mario Salas al llegar a Lima bajó del avión con un pedido obligatorio, la contratación del delantero chileno Patricio Rubio.

Félix Flores
Lima - 9 agosto 2020

Con su llegada los dirigentes y la hinchada de Alianza Lima esperan que la camiseta con el número ‘9’ haga vibrar a la hinchada. Este es un gran reto para el ‘Pato’ Rubio que deberá trabajar bajo presión y tendrá que demostrar en la cancha si se convertirá en el hombre gol de La Victoria.

Como si fuera Julieta esperando a su Romeo, Alianza Lima aguardó por varias noches al goleador chileno. Pasaron uruguayos, paraguayos y colombianos. Ahora le acaba de llegar el turno a Patricio Rubio, hombre de 31 años y con un interesante recorrido a nivel de equipos. Eso sí, no ha sido fácil traerlo porque el jugador debió romper su vínculo con el Everton de su país –tenía un contrato hasta 2021– y eso solo se dio a cambio de casi 200 mil dólares pagados por Alianza Lima.

Andrés Vilches (Unión La Calera) y Javier Parraguez (Colo Colo) eran otras opciones desde el país ‘mapocho’ para sumarse al cuadro victoriano, pero el entrenador Mario Salas insistió que sea Rubio. La razón es sencilla, conoce al jugador. Sabe de sus características, ya que entre 2011 y 2012 lo perfeccionó como atacante y lograron el ascenso con el Barnechea en un título inolvidable para el futbolista. Allí, además dejó su sello con 31 tantos. Su mejor marca.

Patricio Rubio, el pupilo de Mario Salas.

A partir de allí, hubo una consolidación del atacante: 23 goles en Unión Española, otros 29 en la Universidad de Chile, el primer equipo ‘grande’ en el que jugó. Rubio llegaba a los clubes para ser titular y fundamentaba la decisión con buenas actuaciones. Quizás los pasos más bajos, y que podrían abrir la primera duda, los dio justamente en el extranjero. Jugando en el Querétaro compartió equipo con el astro Ronaldinho y solo anotó siete goles y en Dorados de Sinaloa hizo solo seis. Pero su regresó a Chile su favorable, ya que logró repotenciar su juego.

Por eso en Everton (19 goles) y la U. de Concepción (10) , donde jugó al lado del también blanquiazul Josepmir Ballón, volvió a demostrar su capacidad. En 2020 lo arrancó en su conocido Everton, donde llevaba anotados 2 goles en 8 partidos. Su último encuentro lo jugó el 15 de marzo en el torneo chileno siendo titular en el 0-0 contra La Serena. A los pocos días el COVID-19 golpeó Sudamérica.

Patricio Rubio con la camiseta de la U de Concepción.

Una mañana Patricio Rubio leyó el nombre de Mario Salas en su celular, el mensaje expresaba el deseo de traerlo a Lima. El 17 de julio, luego de semanas de negociaciones, el delantero chileno se convirtió en jugador del cuadro íntimo con el que ya está habilitado para poder entrenar y jugar en la Liga1. “Los compañeros y el comando técnico me recibieron muy bien. Todos son muy buena gente”, comentó el atacante en declaraciones al portal del club. Rubio llega para ser titular por razones directas: se fueron los irregulares Adrián Balboa y Federico Rodríguez; ‘Beto’ da Silva aún no encuentra el gol y ha vuelto a caer en lesiones.  De la misma forma, el joven Gonzalo Sánchez sigue sin despegar. Por eso la camiseta número 9 ya tiene el nombre de Rubio y será el referente delantero del equipo. “Llegué, vi, vencí”. Tal como dijo Julio César.

 ‘Pato’ Rubio a la carta

Un atacante de 31 años, 1,74 metros y 75 kilos no es, a todas luces, un ‘tanque’. Tampoco es uno de esos 9 que se lleva por delante toda línea de defensa, sin embargo, Patricio Rubio es una excepción a la regla, es un delantero inteligente. Sabe ubicarse, lee la jugada y anticipa, muchas veces con éxito, el desenlace de un centro, un rebote o un pase largo. Eso es algo que en Alianza Lima no han tenido a buena cuenta. Los ‘9’ íntimos habitualmente o son estáticos o corren como locos ayudando tanto en la marca que olvidan el área enemiga.

El cuarteto a Cristal

Centrémonos en los cuatro goles que Rubio le hizo a Sporting Cristal por la Copa Libertadores en 2019. En el primero acompaña por derecha un contragolpe, recibe y cruza el disparo con la diestra.  Velocidad y eficacia. En el segundo, retrocede para coger de volea un centro. Un golazo con la zurda directo al ángulo donde hace gala de la técnica y la inteligencia. Para su tercer tanto cambió de pierna, cogió con la derecha un centro y ‘bombazo’. La virtud ya quedaba clara, define con ambos perfiles y sin acomodarse. Finalmente aprovechó un rebote en el área y definió. Cualidad: pescador de oportunidades. Un neto nueve.

Patricio Rubio y el grito de gol contra el Sporting Cristal.

No era la primera vez que el atacante hacía un ‘póker’ porque en setiembre del 2018, jugando para Everton le clavó 4 goles al poderoso Colo Colo. Pues bien, los registros del delantero hablan de 17 tantos en la U. de Chile como su mejor actuación en un campeonato local, en tanto no hizo goles en Querétaro durante 10 partidos en 2016. Veremos cuál es la versión de Rubio en Matute. Otro punto interesante del delantero es que se adapta a los sistemas, en la U. de Concepción era el único punta y en la ‘U’ de Chile uno de los dos arietes.

El 4-3-3 que pretende Mario Salas puede caerle como ‘anillo al dedo’. Estará alimentado por los costados por jugadores que pueden tirar una ‘pared’ o mandar un centro. Además, en Alianza Lima se ha trabajando bien la pelota detenida en los últimos años y esa es otra variante para que los delanteros encuentren su mejor rendimiento.  Ahora bien, ningún jugador es perfecto y Patricio Rubio tiene detalles futbolísticos que le jueguan en contra.

Mario Salas DT de Alianza Lima.

El principal es que al no tener un físico privilegiado, el delantero puede ser presa fácil de la marca de zagueros con cierto nivel. Es por eso que, durante su paso por México, nunca llegó a ‘explotar’ cómo lo hizo en Chile. Otro apunte es la velocidad, si bien el chileno no es jugador lento, tampoco posee una enorme aceleración. Finalmente, habrá que ver su rendimiento en la altura, pero eso se verá cuando el torneo nacional vuelva a ser lo que fue.

El fracaso de los delanteros en Alianza Lima

Encontrar un buen delantero ha sido una misión imposible para Alianza Lima en los últimos años. ‘Paquetes’, lesionados, polémicos, inoperantes y hasta malcriados se han puesto en la ofensiva blanquiazul con mucha facilidad. En ONCE vamos a analizar a los últimos atacantes y especificar porqué no rindieron y obligaron al club a la desesperación por fichar a Patricio Rubio. Los tres últimos delanteros que tuvo el cuadro íntimo fueron Adrián Balboa (5 goles), Federico Rodriguez (9 goles) y Adrián Ugarriza (0 goles, no es broma).

Adrián Balboa.

Definirlos es simple: Balboa fue más un ‘carro chocón’ que si bien apoyaba en la marca erraba mucho en el área, Rodríguez falló goles claves, como aquellos tres en la final contra Binacional y Ugarriza es jugador de equipo ‘chico’. Un poco más atrás, en 2018, llegó Mauricio Affonso (19 goles en 40 partidos) quien destacó en encuentros importantes, pero no tuvo la compañía necesaria para destacar aún más.

En el año del título 2017, los íntimos contaron para el ataque con el veterano colombiano Lionard Pajoy que había llegado la temporada anterior y completó 77 partidos (23 goles). Si bien su estadística no es mala, el delantero era lento y fácil de marcar, algo que fue ‘cubierto’ en 2017 con la presencia goleadora del volante Luis Aguiar. En 2016, fue Carlos Preciado, también colombiano, uno de los referentes ofensivos íntimos (31 partidos y 8 goles en la liga) aunque no era el ‘9’ efectivo en el área, sino más gambeteador.

Lionard Pajoy.

Un año antes, el uruguayo Mauro Guevgeozián –que llegó en 2013– cerraba su última temporada con los victorianos sumando en total 19 goles en 56 partidos, eso sí varios tantos fueron vitales y hasta de campeonato (Torneo del Inca 2015). Aquí el problema pasó también por el juego, porque el exceso de los centros y el ‘pelotazo’ perjudicaron más de lo que beneficiaron. Antes de él,  estuvieron Roberto Ovelar (propenso a las lesiones) , Hernán Peirone , Leonardo Castro y Jonathan Charquero. Los tres últimos, impresentables.  

Mauro Guevgeozián.

El lado ‘B’ de Rubio

No es de extrañar que un futbolista tenga dos versiones, la del jugador impecable y sus lados oscuros. En el caso de Rubio han existido algunos episodios para tomar en cuenta y que, se espera, no se repitan en Alianza Lima. Uno de los hechos se dio en noviembre del 2015 cuando se peleó con unos barristas de la ‘U’ de Chile que lo insultaron por haber ido a ver a Colo Colo (máximo rival de los azules) en un duelo ante Everton.

En el 2017, jugando en Everton le hizo un gol a la ‘U’ de Chile y lo festejó con un ‘bailecito’, aunque luego ofreció disculpas. Un año después llegaron sus incidentes más fuertes. En mayo del 2018 lanzó durísimos insultos al juez Ángelo Hermosilla una vez concluido el encuentro frente a Deportes Antofagasta. La comisión disciplinaria le aplicó tres fechas de suspensión y lo conminó a un cambio de actitud.

Rubio y su temporada en el club Everton.

Sin embargo, lo peor llegó en noviembre del mismo año, cuando el ex técnico de Rubio en Everton, Pablo ‘Vitamina’ Sánchez lo ‘destruyó’ con comentarios muy fuertes . “No había buen vínculo (de Rubio) con el resto de los compañeros. No le hacía bien al vestuario. Por su manera de ser, le hacía un daño al grupo”, criticó el entrenador en el diario La Tercera de Chile.  El último incidente se dio en la Copa Libertadores del 2019, con la Universidad de Concepción en mayo pasado. Rubio participó en una pelea al final del partido y se ganó la tarjeta roja, algo que no cayó bien en el comando técnico. Ahora en Lima, y por el bien del hincha, que no se relacione con mujeres de Instagram o tenga reacciones por impulso. Porque al ‘Pato’ en Matute lo quieren con plumas.

Veremos si el ‘Pato’ alza vuelo en Alianza Lima o se va por donde llegó.

/ MÁS INFORMACIÓN
Ver nota completa

MLS: La conquista del sueño americano

Ver nota completa

El peligro de las chicas reality