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Vacunagate FPF. El plan delictivo para desviar vacunas a favor de los dirigentes

Se inventó un requisito de vacunación para desviar más de un centenar de vacunas Pfizer para vacunar al Directorio de la FPF, a dirigentes de Ligas Departamentales y de clubes profesionales y asegurar votos a favor de Agustín Lozano.

Óscar Chiri y el directorio de la FPF.
Umberto Jara
- 16 mayo 2021

Los hechos son concretos. El Secretario General de la FPF, Óscar Chiri Gutiérrez, realizó gestiones en la sombra con el ministro de Salud, Oscar Ugarte, para conseguir un lote de 108 vacunas Pfizer que tenían que ser desviadas desde el Plan Nacional de Vacunación. Es decir, se dejaba sin vacunas a adultos mayores con riesgo mortal de contagiarse de coronavirus para, supuestamente, inmunizar a la delegación que asistirá a la Copa América. En realidad, era un pretexto falso porque en la FPF sabían desde el 13 de abril pasado que la CONMEBOL no exige el requisito de vacunación, más aún, deja en libertad a los futbolistas para elegir si quieren o no vacunarse.

Lo que existió detrás fue un un plan delictivo para desviar vacunas hacia La Videna rompiendo todas las normas establecidas en el Plan Nacional de Vacunación elaborado para todos los ciudadanos del país en base a un calendario basado en la edad y el riesgo de salud.

El tema de fondo en el Vacunagate FPF es muy concreto: si la Conmebol no exigía vacunación para los jugadores de la selección peruana y esto se sabía desde el 13 de abril ¿por qué se inventó la necesidad de inocular a los futbolistas? y ¿por qué se solicitaron 108 dosis para una lista que permanece oculta? La respuesta es una sola: el secretario general de la FPF, Óscar Chiri, con la aprobación del presidente de la FPF, Agustín Lozano, y todo el directorio de la FPF, urdió la patraña de las vacunas no para proteger a los jugadores sino para que dirigentes y muchas otras personas pudieran vacunarse con varias finalidades: 1) Obtener votos para la reelección de Agustín Lozano; 2) obtener inmunización contra el coronavirus saltándose la fila establecida por el Plan Nacional de Vacunación; 3) Viajar vacunados a la Copa América.

Óscar Chiri, secretario general de la FPF, ante un nuevo acto ilegal a su cargo.

Aunque en los meses anteriores no les importó la pandemia y se organizaban las pichangas en La Videna, recién se dieron cuenta del riesgo mortal cuando lo tuvieron muy cerca a raíz de que Agustín Lozano se infectó con el coronavirus y pasó por un grave problema de salud. Entonces, con la “viveza criolla” que es parte de su deplorable formación, los dirigentes de la FPF pensaron que la manera de quedar vacunados era utilizar a la selección peruana como pretexto y, por esa vía, podían fidelizar votos para la elección de Agustín Lozano.

Para ese objetivo, Óscar Chiri recurrió al contacto con la ex jefa informal de Palacio de Gobierno, Mirian Morales, y por esa vía arribó donde el ministro de Salud, Óscar Ugarte, para organizar una vacunación clandestina. De ahí la insistencia de Óscar Chiri, utilizando incluso la amenaza, para que en los predios de la FPF se guardase total silencio el día previo al acto de vacunación. VER INFORME.

Ministro de Salud Óscar Ugarte y Mirian Morales, brazo derecho de Vizcarra.

Pero el asunto es mucho más grave e ingresa en el ámbito delictivo porque, además de que las acciones fueron clandestinas, se solicitaron muchas más vacunas de las que habría necesitado una delegación a la Copa América: 108 dosis. Si aceptamos la hipótesis falsa de que era necesario vacunar a la delegación para la Copa América, se habrían necesitado a lo más alrededor de unas 45 vacunas y no 108. La cifra de 45 es bastante generosa porque a la anterior Copa América (Brasil 2019) asistieron 60 personas. Hoy en pandemia la delegación debe ser mas pequeña y hay que restar a los jugadores que ya están vacunados porque juegan en la liga norteamericana, mexicana y en Europa.

Nítidamente la vacunación clandestina organizada por Óscar Chiri apuntaba a un hecho delictivo: vacunar a un contingente de personas de manera ilegal con el objetivo perverso de comprometer votos para la elección de Agustín Lozano en diciembre próximo. La lista que hoy ocultan contiene los nombres de los que el día jueves 13 estuvieron presentes en La Videna a la espera de ser vacunados. ¿Quiénes? todo el directorio de la FPF: Agustín Lozano (no podía ser vacunado por haber salido de un cuadro de Covid-19 pero estuvo presente); Haydeé Paitán Suárez; Lucio Alva Ochoa; Juan Quispe Cáceres; Genaro Miñan Armansa; Franklin Chuquizuta Alvarado; José Carlos Isla y Óscar Chiri Gutiérrez.

Directorio de la FPF encabezado por Agustín Lozano.

A los mencionados hay que sumar a varios presidentes de las Ligas Departamentales venidos desde provincias. La premeditación de este plan delictivo se encuentra en que estos dirigentes provinciales más los miembros del Directorio que residen fuera de Lima fueron alojados en las instalaciones de La Videna y se había organizado un almuerzo de celebración una vez concluida la vacunación.

En el objetivo de ganar votos, también invitaron a directivos de varios clubes del fútbol profesional y éstos accedieron a ingresar a La Videna por una dosis de vacuna. Son aquellos que, desde hace un tiempo, ya reciben beneficios económicos y actúan bajo las directivas que ordenan Lozano, Chiri y compañía.   

Asimismo, fueron convocadas personas que no tienen ningún vínculo con el pretexto usado “vacunar a la delegación para la Copa América”. Es el caso de Ernesto Arakaki, Director de Fútbol de Menores de la FPF, un engreído de Lozano que ha hundido el fútbol juvenil hoy inactivo, quien, junto a dos de sus ayudantes, llegaron desde Chincha solo para ser vacunados.

Además, con la finalidad de lograr un silencio cómplice, fueron incluidos en “la jornada de vacunación” un buen número de trabajadores que formaron una cola en espera de sus dosis.

ONCE pudo comprobar que la cantidad de “invitados” dio lugar a que los empleados de la FPF no pudieron ingresar con sus vehículos pues “el presidente necesitaba esos espacios para sus invitados”.

La magnitud del episodio se puede resumir señalando que, en todos estos meses, la actividad presencial estuvo restringida en La Videna pero el jueves 13, según manifestó a ONCE otra fuente indignada: “Daba la impresión de que habíamos vuelto a la normalidad porque había mucha gente; no parecía un día tranquilo como los que tenemos en pandemia”.

En suma, un festival delictivo con las vacunas Pfizer que están destinadas a los adultos mayores en situación de riesgo mortal en momentos en que los ciudadanos suplican por oxígeno, por una cama UCI y terminan vendiendo lo que no tienen por salvar la vida de sus familiares.

Para terminar de cerrar el círculo del delito, al igual que lo ocurrido en el Vacunagate Vizcarra, esta vez también la lista de personas que debían ser vacunadas está oculta. Nadie quiere dar esa lista. Ni en el Ministerio de Salud ni, por supuesto, en La Videna.

En concreto, el intento de vacunación clandestina organizada por las autoridades de la FPF, esta vez bajo la batuta del secretario general Óscar Chiri, ingresa en el Código Penal. Para tener una opinión sólida sobre las ilegalidades cometidas, ONCE entrevistó al prestigioso penalista y maestro universitario Carlos Caro Coria. 

Dr. Carlos Caro Coria, una voz autorizada en materia penal.

El secretario general de la FPF solicitó vacunas al MINSA pero se determinó que la selección peruana de fútbol no está dentro del Plan Nacional de Vacunación y no puede tener un trato preferencial. Este hecho ¿implica la comisión de algún delito?

Se estaría tipificando el Delito de Tentativa de Peculado. Específicamente, Peculado a favor de terceros que ocurre cuando un bien del Estado se entrega a un tercero.

¿Quién comete el delito?

El funcionario público, el personal sanitario. Este delito está previsto en el artículo 387 del Código Penal y es tentativa porque no ha llegado a producirse la inoculación de la vacuna. Si, como he escuchado decir, existe un convenio entre el MINSA y la Federación, el delito se ha cometido. (NdR. pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho años).

El MINSA terminó anulando el convenio porque el secretario general de la FPF argumentó que era esencial vacunar a la selección peruana pero se descubrió que la CONMEBOL no exige vacuna a los futbolistas. Este hecho ¿acarrea una responsabilidad penal para el secretario general de la FPF?

Si el Secretario General ha mentido, incurre en el Delito de Falsedad Genérica, artículo 438 del Código Penal, en la medida que ha efectuado una declaración como causa del convenio manifestando que se exige una vacunación, cuando no es así. (NdR. pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años).

Óscar Chiri, Secretario General FPF.

Más de una fuente interna nos indica que se solicitaron 108 dosis. Es una cifra que excede al número de jugadores, cuerpo técnico y dirigentes que conforman una delegación oficial. Este exceso en el pedido de vacunas ¿qué responsabilidad penal genera?

Si hubo una solicitud por encima de lo necesario tendría que verse cuál es la justificación. Si lo que se ha querido es desviar las vacunas más allá de los jugadores y del plantel técnico e inocular a terceros, dirigentes o familiares etc., ya entraríamos a una situación muy parecida a lo ocurrido con el Vacunagate o Vacunación VIP y el escenario sigue siendo el Código Penal.

El hecho de que la FPF no quiera hacer pública la lista de personas que debían vacunarse ¿tiene una implicancia penal?

La Federación no tiene necesariamente que revelar la lista, pero sí debería solicitarla un fiscal o una autoridad competente.

Si se llegase a probar que los miembros del directorio, así como dirigentes departamentales se encontraban en La Videna con la finalidad de vacunarse ¿existiría la comisión de algún delito?

Estos dirigentes estarían dentro del ámbito del Delito de Tentativa de Peculado y, como señalé en una pregunta anterior, es un delito que ocurre cuando alguien se aprovecha de un bien del Estado, de ahí que el responsable es el funcionario público y también el privado que recibe el bien y se aprovecha del mismo, sin importar su valor. Sobre la participación punible de un privado existe una sentencia del Tribunal Constitucional de hace muchos años respecto del caso Bedoya Vivanco. (NdR. pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho años).

El hecho de que el Ministro de Salud no haya cumplido con elevar el pedido ante el Comité Consultivo de Alto Nivel, para determinar si el pedido “cumplía con los criterios normativos y éticos aprobados” ¿tiene implicancia penal para el Ministro?

Habría que ver cuál ha sido el proceso a través del cual se acordó el convenio, habría que ver los términos del convenio y quién es la autoridad responsable.  Hay que tener en cuenta que todo lo que sucede en el sector puede acarrear responsabilidad política al Ministro pero, para entrar a la esfera penal, tendríamos que ver cuál ha sido su concreto ámbito de intervención y de acuerdo a eso podría establecerse algo en función de acciones u omisiones.

Ministerio Público, los hechos ocurridos ameritan su actuación.

Las acciones siguientes quedan a cargo del Ministerio Público y esperemos que sepan honrar su función.

Óscar Chiri no quiere dar ninguna entrevista. Pero el día viernes fue largamente entrevistado en Radio Programas del Perú en una complaciente entrevista realizada por Mauricio Fernandini, en la cual no solo se le dejó dar a Chiri explicaciones falsas sino que el periodista trató de ser una suerte de curioso componedor entre el Ministro de Salud y el Secretario General de la FPF.

ONCE solicitó una entrevista y no tuvo respuesta.

El sector de la prensa deportiva que opta por el silencio ante los actos de la FPF, ¿seguirá en esa posición? No hay que olvidar que estamos ante un caso límite en el cual está de por medio la vida de abuelas y abuelos y de padres y madres de familia adultos mayores que necesitan una vacuna y, en este contexto, callar un desvío ilegal de vacunas constituye un acto contrario al oficio de periodista y un  acto de indignidad porque equivale a ocultar un delito.

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