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Aldair Rodríguez: el as bajo la manga

Con un Farfán sentido y un Ruidíaz que pierde el olfato con la selección, Aldair asoma como una alternativa de ataque. ONCE conversó con el jugador y con Javier Arce, el entrenador que lo ubicó como centrodelantero.

Daniel Yaipén
Lima. - 5 octubre 2020

Para nadie es un secreto que la mayor preocupación del comando técnico de la selección peruana de cara a este inicio de las clasificatorias al Mundial Qatar 2022 es cómo suplir la ausencia obligada del ‘9’ titular y capitán Paolo Guerrero. A esto hay que sumarle que Jefferson Farfán jugó su último partido oficial en julio y que Ruidíaz no consigue trasladar a la Selección Peruana el excelente nivel mostrado en la MLS.

Ante esta realidad surge la figura de Aldair Rodríguez, exdelantero del último campeón del fútbol peruano (Binacional), transferido recientemente al América de Cali de Colombia. “No quiero hacerme ideas ni imaginarme escenarios. Yo me dedico a trabajar todos los días más fuerte que nunca, motivado al máximo y con muchísimas ganas de aprovechar la mínima oportunidad que se me presente. Lo que sí puedo decirte es que esta convocatoria me agarra en mi mejor momento, maduro y muy fuerte mentalmente”, declaró hace poco. De sus palabras se desprende cautela, pero también una emoción inocultable de quien sabe que el debut soñado puede estar más cerca de lo que nunca imaginó.

Aldair, sin falsas modestias, si tuvieras que describirte como jugador, ¿qué dirías?

Soy un delantero centro distinto al tradicional ‘9’ que se queda mucho tiempo en el área. Me gusta mucho que me lancen balones a la espalda de los defensores para explotar mi potencia en el pique corto, salir del área para que no me referencien con facilidad y hacer diagonales para llegar de atrás con potencia y sorprender.

¿Qué sientes que le has agregado a tu juego en los últimos años?

He trabajado mucho para incluir la definición con la pierna izquierda. Entendí que si quería ser un jugador de selección no podía tener una pierna ‘coja’, y comencé ya de profesional a trabajar para incluir esa fortaleza a mi juego. Primero, la comencé a fortalecer en el gimnasio y luego a pulirla en lo técnico. Hoy creo que he mejorado considerablemente con la zurda.

Aldair entrenando en La Videna.

¿Tu juego aéreo aún es un asunto pendiente?

Es algo que me han mencionado y ya lo estoy trabajando. O sea, ya está en proceso (risas). Pero ojo, tengo varios goles de cabeza. Sé que por mi contextura puede ser aún mucho mejor y hacia allá vamos.

En el fútbol, como en la vida, todo es cuestión de momentos. Hace poco más de dos años mientras la selección hacía vibrar a todo el país disputando el Mundial en Rusia, Aldair entrenaba a diario en la calurosa Sullana para mantener al Alianza Atlético en la Primera División. A sus 24 años ya había transitado por el Sport Boys, Sporting Cristal y Alianza Lima (donde debutó a los 18 años) sin lograr consolidarse como la figura estelar que él esperaba.

Fueron siete largos años de perseverancia hasta que en el 2019 llegó la llamada de Binacional, bisoño campeón de la Copa Perú. El delantero chalaco aceptó el reto de llevar su fútbol al implacable clima de Juliaca.

“Cuando Aldair llegó con nosotros era un delantero interesante, con potencial, que se movía por fuera, haciendo muchas diagonales de derecha a izquierda y viceversa. Nosotros no teníamos una planilla tan grande y un poco por necesidad y otro poco por visión conversé con él para que nos pudiera apoyar trabajando como delantero de punta, a veces solo y otras acompañado cuando jugábamos con doble ‘9’. Lo que más rescato de ese momento es que nunca me puso un pero o una mala cara. Desde el primer momento mostró una predisposición para adaptar su juego en favor de los objetivos del equipo por encima de los suyos propios. Ahí me demostró que es un excelente profesional. Ya cuando tenía meses jugando de centro delantero, en alguna ocasión le solicité jugar por banda para tapar la salida del lateral rival y lo cumplió a cabalidad. Es un jugador muy dúctil”, dice Javier Arce el entrenador con el que comenzó a conocer la posición de centrodelantero en ese Binacional que terminó siendo campeón del fútbol peruano, en su primer año en la división de honor.

¿Cuáles son las características que más destaca en Aldair?

Es sumamente potente, tiene una envergadura importante que sabe utilizarla cuando le toca chocar. Para tumbarlo hay que golpearlo con un bate (risas), pero también es rápido y tiene buen control del balón en velocidad, lo que le permite hacer diagonales bastante peligrosas desde ambos extremos de la cancha.

La potencia de Rodríguez atropella la defensa de River Plate.

¿Qué puede perfeccionar?

Es un delantero muy completo. A eso súmale que es disciplinado y trabajador. Si algo podría explotar más tal vez sea su juego aéreo. Si bien es aceptable y hace goles, creo podría volverlo uno de sus puntos más fuertes debido a que salta muy bien y tiene una presencia importante en ambas áreas. Cuando nosotros lo tuvimos también nos ayudaba mucho en la pelota parada defensiva.

¿Y en lo personal cómo es?

Es un chico que está fuerte y limpio de la cabeza. No decae con facilidad, incluso cuando le tocaba ir al banco no se bajoneaba y esperaba con ansias su oportunidad para demostrar sus capacidades. Él se sabe bueno y tiene una autoestima favorable que le hace bien a él y al grupo, porque hace que sus compañeros confíen en él. Aldair te suma desde muchos frentes, incluso en la convivencia. Es un chico alegre, con mucha chispa, siempre con buena vibra y ‘chacota’ con sus compañeros. Tal vez ahorita en la selección aún no conoce a muchos, pero espera que tome confianza con sus compañeros y lo conocerán (risas). Es un buen muchacho, educado, talentoso y trabajador. Yo guardo los mejores recuerdos de él. Sé que seguirá creciendo en su carrera y confío en que nos dará muchas alegrías con la selección.

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