Dicen que todos tenemos un doble en el mundo. Una persona muy parecida a nosotros, en otro lugar del planeta. Gianluca Lapadula puede haberlo encontrado en Niklas Fernando Nygard Castro. Su copia, su némesis. Porque si nuestra selección acaba de reforzarse con un atacante de raíces peruanas, que tramitó sus documentos y es delantero, Chile también tiene su propia versión y así el viernes 13 de noviembre en Santiago, dos futbolistas de historias similares se encontrarán en el césped del estadio Nacional de Chile.
Esta es la historia de Niklas Castro. Nació en Oslo, capital de Noruega, el 8 de enero de 1996. Dos años antes Miguel, su padre, llegó al país europeo en busca de un futuro y allí conoció a Anne Nygaard y nació Niklas. Con solo 5 años, el pequeño tuvo el primer acercamiento con la tierra de su progenitor. En 2001, la familia entera viajó a Chile, específicamente a Viña del Mar.
Allí el niño pasó sus vacaciones. Departió con sus familiares paternos y volvió a Noruega con un regalo: la camiseta de la selección chilena. Un día, sorprendió a sus padres con un pedido directo: quería empezar a jugar en algún club.

El problema era que en Oslo, por esos tiempos, no había un gran número de escuelas. La única era el Vålerenga, una institución fundada en 1913 y que había ganado cuatro títulos de liga. Costó conseguir la admisión, pero lo lograron. Niklas empezó entonces a resaltar como delantero. A los 11 años cambió de club y se fue al MS Football (Manglerud Star) pero cinco años más tarde regresó al Vålerenga, que ya era su casa.
Fue en ese club donde debutó en primera división el 9 de abril del 2016, con la camiseta 9 en la espalda y veinte años en su documento de identidad. Un gol y cuatro asistencias en 13 partidos lo hicieron meditar un cambio de aires. Fue entonces cuando probó suerte en el Kongsvinger entre 2017 y 2018 totalizando 28 goles en 58 partidos. Sus entrenadores no lo movían del equipo titular y muchos le empezaron a augurar un futuro prometedor.
En el año 2019, la vida de Castro empieza a cambiar y su madre Anne lo hizo saber así en una entrevista. “Desde su infancia mi hijo dijo que quería jugar por la selección chilena y nos enteramos que le estaban haciendo un seguimiento. Fue emocionante”, confesó. Las cosas sucedieron rápido entonces. El atacante cambió nuevamente de club y se convirtió en la figura del Aalesunds, de la segunda categoría donde llegó a marcar 17 goles en apenas 24 partidos. El seleccionador chileno Reinaldo Rueda decidió no esperar más y tomó contacto con él.

En octubre de 2019 el delantero fue llamado por primera vez al combinado mapocho para la gira por España para los amistosos ante Colombia y Guinea. Si bien el jugador aún no tenía la documentación para poder alinear, el entrenador quería verlo con el grupo y quedó satisfecho con sus cualidades técnicas. Pero el futbolista sintió pánico escénico. “Fue un poco aterrador porque no hablo mucho español y porque iba a entrenar con algunos de los mejores jugadores del mundo. Ver la calidad de jugadores como Arturo Vidal y Alexis Sánchez es otra cosa. Claudio Bravo se preocupó por mí y me mostró cómo hacían las cosas. Habla inglés, así que pude conversar más con él. Pero también hablamos algo de español para practicar”, contó Niklas Castro. Antes de la despedida, el seleccionador Reinaldo Rueda le dijo que empezara a hacer los trámites para obtener el documento de identidad chileno y el obligatorio pasaporte, documento con el que podría jugar las Eliminatorias.
No esperó mucho. El 27 de febrero del 2020, el embajador chileno en Noruega, Waldemar Coutts, confirmó que el jugador ya tenía los papeles que acreditaban su nacionalidad como chileno y junto a una fotografía escribió en su twitter: “Con la joven esperanza del fútbol nacional, Niklas Castro, quien reside en Noruega y su agente. Les deseo la mejor de las suertes”. Al igual que con Gianluca Lapadula, el papeleo fue rápido. Otra coincidencia es que, al igual que sucede en Perú con Raúl Ruidíaz, en Chile se comenzó a criticar al conocido Eduardo Vargas y a pedir una chance para Niklas Castro.
“El profesor Rueda está contento conmigo, ojalá le haya gustado lo que mostré en las prácticas cuando estuve como invitado del equipo. Me sentí bien. Espero tener otra oportunidad. Trabajaré muy duro para lograrlo”, declaró al diario La Tercera de Chile.
Sin embargo, Reinaldo Rueda decidió no incluirlo en la lista final para la primera fecha doble contra Uruguay y Colombia. Pero Eduardo Vargas volvió a decepcionar y esta vez sí ha sido convocado y estará en el plantel que enfrentará a Perú el 13 de noviembre. Con 1,73 metros y 72 kilos, las principales virtudes de Castro son la buena definición con ambos perfiles y el buen golpe de cabeza. Puede acomodarse también a jugar como mediapunta o hasta volante de enganche, aunque el seleccionador lo preferiría en una línea ofensiva junto a Alexis Sánchez.

En este rubro, el noruego-chileno le saca ventaja al ítalo-peruano ya que estuvo por lo menos en unos cuantos entrenamientos y conoció a los que serán sus compañeros. Nuestro nuevo atacante tendrá solo cuatro días para presentarse y acoplarse al grupo que llevará nuestra bandera a Chile y luego recibirá a Argentina.
Gianluca Lapadula y Niklas Castro. Dos hijos de emigrantes con la camiseta de sus progenitores, a puertas de debutar en las eliminatorias mundialistas.