Antes de encabezar, junto a Lionel Messi, la tabla de goleadores de la Copa América Brasil 2021, Gianluca Lapadula ganó en Perú enorme popularidad a partir de una frase que lo llevó a los comentarios jocosos y los memes virales. Esa frase fue “Respeten a Lapadula” lanzada por el periodista Silvio Valencia exigiendo, con una clara visión que cabe reconocerle, tener consideración hacia un jugador que, en ese momento (2017) había dejado de ser una opción para el seleccionado peruano pero, curiosamente, era mencionado cada vez que se realizaba una convocatoria. El tiempo fue pasando. Los desencuentros quedaron atrás hasta que en octubre de 2020 el hijo de la ciudadana peruana Blanca Vargas Higinio, emigrada a Italia hacía 30 años, se convirtió en un peruano apto para defender la camiseta de la selección peruana.

Ahora, Lapadula no solamente se ha ganado el respeto de los peruanos sino el afecto de millones de aficionados que empiezan a admirarlo por sus cualidades futbolísticas, su coraje y entrega en la cancha y también empieza a trascender que, en la intimidad de la selección, ha sido muy bien acogido porque es un tipo sencillo, responsable y de buen humor. A su vez, él considera que la selección “es su familia”.

Su actuación ante Paraguay puede considerarse como su noche consagratoria en un torneo tan importante como la Copa América: hizo dos goles en el partido, anotó su penal en la definición desde los doce pasos, fue elegido como el mejor jugador de la cancha y encabeza la tabla de goleadores.
Además, hay un detalle que el aficionado valora mucho. A los 11 minutos de iniciado el partido, en el momento del primer gol paraguayo, Lapadula chocó con su compañero Anderson Santamaría y terminó con el tabique nasal desviado. Pidió atención por el duro golpe y, a pesar del dolor, siguió jugando y yendo al choque contra la defensa paraguaya como si nada hubiese pasado. Al final del encuentro, tras ser elegido el mejor jugador de la cancha, se manejó con grandeza al contestar una pregunta que pretendió rivalizarlo con Paolo Guerrero. Lapadula contestó: “Agradezco a Paolo haberme dejado vestir su camiseta 9, me siento honrado; él es un histórico”. Calidad personal se llama.


Lapadula lleva tres goles y una asistencia en la Copa América. Entre este torneo y los partidos por las eliminatorias Qatar 2022, ha jugado 9 partidos, 6 de ellos como titular. Tiene un manejo del territorio en que se mueve propio de un jugador que lleva años en el duro Calcio italiano donde actúan muchos de los defensores mas recios del fútbol europeo. En ese medio ha aprendido también recursos como el que usó para generar la expulsión del capitán paraguayo en una jugada en que hizo aparecer el roce como una agresión indebida contra él. Quizá su característica más notoria, aparte de su capacidad goleadora, sea la de ser un delantero al que los defensores detestan enfrentar porque siempre está en constante movimiento en el frente de ataque, buscando siempre los espacios y ganando las espaldas de sus marcadores. Con esa movilidad a los defensas se les complica tener una referencia para su marca y genera que estos se desordenen. Una muestra muy clara se dio en su segundo gol cuando aparece de pronto despegándose de los dos centrales paraguayos para recibir el pase al vacío de Yotún.

Otras dos virtudes que Lapadula ha confirmado en esta Copa América es que siempre que recibe un balón se perfila de inmediato para ir al ataque y cuando llega al área desde el mediocampo tiene velocidad lo cual lo hace muy útil en los contra ataques, más aún porque entiende que juega para un equipo y no tiene problemas en dar una asistencia en lugar de buscar el gol propio. Esta es una característica que muestra a alguien que entiende que el fútbol es un juego de conjunto. Rasgo que viniendo de un goleador —esa raza que suele pecar de egoísta— habla de generosidad a favor de la búsqueda de una victoria más allá de quien marque el gol.
El premio para Lapadula no es solamente haber obtenido merecido protagonismo, ganado el aprecio de la afición sino también el haberse mostrado en una vitrina internacional que, en recompensa a sus buenas actuaciones, le permite ser revalorizado en su cotización.

