Las confesiones de Valeriano López, el mejor cabeceador del fútbol peruano

'El tanque de Casma' la leyenda del fútbol peruano que fue tentado por el Real Madrid, se confesó en una celebración de su cumpleaños.

Mario Fernández
Lima. - 28 febrero 2021

El ‘Tanque de Casma’ como se le conocía a Valeriano López Mendiola había nacido el 4 de mayo de 1926 y Alberto ‘Beto’ Levy Esquenazi dos días antes, pero siete años después. Esa cercanía en la fecha de natalicios llevó aún más al popular ‘Beto’ a querer como un hermano mayor a quién fue un temible 9 con sus goles de cabeza en canchas peruanas, argentinas y colombianas. ‘Beto’ no escatimó nunca gasto alguno cuando de Valeriano se trataba. Fue tal su cariño y admiración que llegó a tenerlo, en su famosa y recordada tienda llamada Hogar, casi como un símbolo. Y Valeriano con su larga estatura (1.92 cm), la finura de su cuerpo, su eterno saco color crema y su clásica gorrita fue un representante más de Hogar y un hombre muy respetado entre los trabajadores. 

Ese año que ‘Beto’ Levy celebraba sus 58 años, recibí una llamada de su secretaria Gina Velit invitándome a su cumpleaños en el Club Hebraica. Fue una ocasión propicia para disfrutar ese acontecimiento que fue doble porque Levy había determinado celebrar, junto con el suyo, el de Valeriano. Entre sus invitados estuvieron Guillermo Barbadillo, Héctor Chumpitaz, Rodolfo y Gustavo Zevallos, Carlos Meza, Roberto Salinas, Alberto Best, Pepe Aramburú, Rafael Hanza, Manuel Cantuarias, Manuel Mayorga, Alberto del Solar, Vides y Nemesio Mosquera y una serie de etcéteras. 

Valeriano y Beto Levy.

 

Ese día tuve ante mí a los dos cumplimentados. Uno, Valeriano, de tan exitosa carrera futbolística; una leyenda en Perú y fuera del país. Y ‘Beto’ Levy un empresario que rompía récords de ventas con Hogar, amante del buen fútbol, hincha del Sport Boys y generoso en la ayuda a quien acudía ante él a solicitarle un favor.  

En un momento dado, ‘Beto’ teniendo al lado a Valeriano llama a Carlos Lazón y empieza a contar que, durante años, Lazón fue quién le comunicaba semanalmente cómo se había comportado el ‘Tanque de Casma’. Y, según ese informe, se hacía merecedor a un premio casi siempre pecuniario y, en otras ocasiones, con ropa. La historia de ese informe, hoy nos cuenta su hijo David Levy, quizá muchas veces fue cierta y en otras no, dada la enorme amistad que hubo entre Lazón y el propio Valeriano. Y que ‘Beto’ por supuesto, no se las digería del todo. 

Tres preguntas recuerdo que le hice a Valeriano y con la ayuda de ‘Beto’ las respondió porque el ‘Tanque de Casma’ siempre fue parco en sus declaraciones. Hablaba lo justo. Una de ellas, fue sobre su pase al Deportivo Cali y la historia de que el propio presidente del Real Madrid, Santiago Bernabéu, llegó hasta esa ciudad colombiana para llevárselo a su club. La otra pregunta fue si era cierto que, en lo más alto de su fama, llegó a prender cigarrillos con billetes de cien dólares en los bares de Cali y, tres, en qué estadios de fútbol hizo los mejores goles de cabeza. 

Valeriano antes de responder miró a Levy y pausadamente me dijo: “No sé contra qué equipo colombiano de esa época iba a jugar el Deportivo Cali ese domingo cuando mis directivos me contaron que el señor Bernabéu estaba en la ciudad para llevarme a Europa. La historia de mis goles de cabeza había llegado a sus oídos y vino a verme. Consulté con mi compadre Guillermo (Barbadillo) que jugaba a mi lado y recuerdo que encogiéndose de hombros me dijo ‘compadre, usted vea’Finalmente decidí quedarme con los míos y no alejarme tanto de mi patria. Ya bastante separado estaba de mi país con hallarme en Colombia”. El dirigente rosado Lorenzo Herrera, gran amigo de Valeriano hoy recuerda que el ‘Tanque de Casma’ le llegó a contar que le dieron un dinero por adelantado para que acudiera a esa cita pero Valeriano prefirió gastárselo con amigos en una cantina caleña.  

Valeriano López brilló en Deportivo Cali y despertó el interés de Santiago Bernabéu.

¿Bernabéu se decidió por el argentino Alfredo Di Stéfano?, le pregunté. “Exacto. El rubio jugaba por Millonarios donde la rompía al lado de compatriotas nuestros como Alfredo Mosquera e Ismael Soria. Se fue y tuvo mucha suerte. Aparte que era un extraordinario jugador”.  ¿Di Stéfano fue mejor que tú? Valeriano, siempre serio porque era de poco sonreír, me respondió: “No. Yo fui mejor que él”. 

Lo de los estadios y sus mejores goles de cabeza, lo llevó a esbozar por única vez una cierta sonrisa. “Fueron tantos que ya hasta me olvidé. Quizá por allí uno de ‘palomita’ al arquero Amadeo Carrizo jugando por Huracán de Argentina y con el que le ganamos 3-2 a River una tarde a estadio lleno. Bueno, y en mi Sport Boys ni qué decir ¡Cómo me sigue doliendo ese año de 1960 cuando un cabezazo mío remeció el travesaño del arco de Dimas Zegarra y no fue gol! El partido acabó 0-0 y con ese empate la ‘U’ campeonó y nosotros quedamos segundos. Hasta hoy no lo olvido. Era el 1-0 y el título se iba al Callao”.   

¿Y los cigarros envueltos en billetes de 100 dólares? La pregunta lo ‘desacomodó´ un poco. “Verdad que gané mucho dinero en Deportivo Cali pero hay mucho de fantasía en esa historia. Mejor dejémoslo allí“. Lorenzo Herrera, en este 2021, devela el misterio: “Valeriano una noche caleña mientras jugaba billar puso unos billetes de diez dólares sobre el tapete verde lo que motivó que uno de los presentes mostrara su enojo ante esa actitud y, Valeriano sin dudar un instante sacó una caja de fósforos, juntó los billetes y les prendió fuego. El propio Valeriano me lo contó una noche de tragos en el bar del chino Sato de la Av. Saénz Peña, frente al Cine Callao y le creí y aun cuando ya no está, le sigo creyendo”. 

Recuerdo que en aquel festejo cumpleañero realizado en el Club Hebraica, le mencioné la tarde del 10/7/1977 cuando Perú jugó con Brasil (0-1) en el Pascual Guerrero de Cali por las eliminatorias al Mundial Argentina ’78 y donde él como Guillermo Barbadillo fueron homenajeados antes del partido por la afición caleña. “Ese cariño de los caleños que nos vieron jugar muchísimos de ellos no solo lo recibimos allí sino en las calles, donde íbamos. No lo olvidaré ni hasta el día de mi muerte”.          

De su paso por el Huracán argentino donde también llegó a brillar años después Miguelito Loayza, hay otra historia que nos resulta increíble de creer. Valeriano como ‘9’ titular había asistido a Santiago de Chile a los Panamericanos donde se ganaron los dos primeros partidos pero ante Uruguay se jugó un mal primer tiempo. En ese descanso ingresó un señor de terno y comenzó a increparlos por lo que Valeriano tomándolo del cuello lo sacó a empellones del camarín. Ese señor era el Agregado Militar de Perú en la embajada peruana qué, lógicamente llevó su queja ante el embajador. 

Fue suficiente motivo para que al retorno de la delegación le dijeran a Valeriano que mejor no viajara porque en el mismo aeropuerto limeño lo iban a detener y enviar al penal El Frontón. El ‘Tanque de Casma’ se quedó y pocos días después le comunicaron que le estaban enviando un pasaje con destino a Buenos Aires porque el Huracán lo había contratado. Valeriano llegó, sin haberlo imaginado, a la capital argentina donde los dirigentes del Huracán lo esperaban y ya firmados los documentos le informaron que la feliz transferencia la había hecho “su club Mariscal Sucre” que presidía Carlos Cárdenas.  

‘Lolo’ Fernández y Valeriano López.

Valeriano no obstante su carácter inocentón —como lo define Herrera— llegó a decirles a los directivos del ‘globito’ que su verdadero club era el Sport Boys y que él nunca en su vida se había puesto una camiseta del Sucre. Como toda respuesta le mostraron la transferencia enviada a través de cables West Coast con los sellos del Mariscal Sucre. Vaya a saberse con quién hizo Cárdenas esa “transferencia”. Lo cierto que el ‘Tanque de Casma’ terminó jugando en la liga argentina. Volvió después a Perú donde en Sport Boys prefirieron a elementos jóvenes por lo que tuvo que firmar por Alianza Lima donde, cuenta Herrera, su presidente Alfonso de Souza Ferreira a veces ni le pagaba y le dieron un cuartito en Matute adonde poder vivir. 

El humo de la parrilla fue evaporando ese encuentro en La Hebraica pero no la historia del gran Valeriano, de su mecenas ‘Beto’ Levy y la gloriosa rosada. Esa historia perdurará en el tiempo como los furibundos cabezazos con los que estremecía las redes rivales el enorme ‘Tanque de Casma’.  

Valeriano López. Enero de 1955. Partido entre Universiario y Alianza.. Foto: El Comercio.

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