Decían las antiguas películas de suspenso que el asesino siempre vuelve al lugar del crimen. Sin embargo, la víctima también. Perú volvió a morir en Río de Janeiro, la ciudad en la cual, el 2019, perdimos la final de la Copa América a manos del mismo anfitrión que este lunes nos sacó de carrera en semifinales. Más allá de que el equipo peruano haya alcanzado la meta de jugar la mayor cantidad de partidos en el torneo, aunque estos no nos hayan llevado al encuentro por el título, quedan como siempre cosas que destacar y otras por corregir. La derrota 1-0 en el estadio Nilton Santos debe tomarse al mismo nivel entre una dura lección y un presente que aparece promisorio.
Horas antes de jugar contra Brasil, el plantel bicolor visualizó videos del rival. En los mismos se apreciaba al ‘scratch’ como un equipo muy potente en ofensiva, pero aquí un primer detalle. En esos cuatro videos de Brasil contra Perú, Colombia, Ecuador y Chile, el equipo de Tite aparecía en todos jugando con un centro delantero desde el inicio. En algunos partidos fue Gabriel Barbosa, en otros Roberto Firmino y también fungió de ‘9’ Gabriel Jesús. El pensamiento de los jugadores era simple entonces: tomamos al centro atacante y entre los laterales y el retroceso de los volantes nos encargamos del resto.

Grande fue su sorpresa cuando Brasil salió sin referente de ataque. El espectacular y productivo Neymar, Richarlison y Everton se repartían el frente, cualquiera podía aparecer como ‘9’, pero ninguno se estacionaba en el área. Con la línea de cinco defensores que planteó Ricardo Gareca el descontrol atrás fue notorio en 45 minutos. Nuestros zagueros empezaron a hablarse entre ellos y Christian Ramos, el jugador de más experiencia, terminó siendo el más desordenado. “Habla tú”, se escuchó que le gritaron a Ramos para que ordene la zona, pero nunca lo hizo. La consecuencia fue Anderson Santamaría y Alexander Callens terminaron confusos saliendo hasta la media cancha a cometer faltas.

Perú no había aplicado ese sistema de manera oficial desde hacía 8 años en un partido contra Argentina donde perdimos 3-1 por eliminatorias en Buenos Aires. Fue un regreso demasiado rápido a un pasado donde tampoco nos había ido bien. “Miguel cierra la jugada”, le gritaban a Trauco desde el banco pero el marcador izquierdo demostró que éste no fue su torneo. En el gol de Lucas Paquetá era él, quien debía ir a cubrir al volante brasileño. No lo hizo y el local remató a placer. Por el jugador de Saint-Étienne, el seleccionador peruano debe potenciar a Marcos López quien aprenderá a evitar las faltas innecesarias y apuntalar mejor la marca. Hay que recordar que hasta el 2018 fue un extremo vertiginoso y no un lateral.
En el lado derecho, Aldo Corzo esta vez no sufrió en demasía con Neymar —como ocurrió en la goleada 4-0 de la primera fase— pero también ha dejado en claro que con su pundonor no alcanza. Por ahora, esa zona tendrá que ser cubierta con Luis Advíncula en competencia con Jhilmar Lora.

De otro lado, contra Brasil en el primer tiempo se ratificó que no se puede llevar al límite a Renato Tapia y a Yoshimar Yotún. Ellos han venido jugando todos los partidos en este 2021 y no parecen tener recambios. Lanzarlos una vez más sin apoyo fue un sacrificio, porque Casemiro y Fred más el retroceso de Lucas Paquetá, ganaron fácilmente la volante.
Cuando ingresó Raziel García fue como si entrara aire a los pulmones. El jugador de Cienciano demostró un aplomo y una confianza que lo pueden posicionar en el titularato porque no solo ayuda en la marca sino que tiene fútbol y remate de larga distancia como aquel que sacó Ederson.

Referirse a Gianluca Lapadula en este partido es ratificar que fue de lo mejor del equipo en el torneo. Peleó, corrió y cuando tuvo su chance el portero de Brasil se la sacó con dificultad. Quedan eso sí, además de las quejas por el arbitraje o el VAR, algunas preguntas sueltas ¿por qué perdió el puesto Luis Abram y pasó a ser una de las últimas opciones? ¿Encontraremos algún jugador con las mismas características que André Carrillo que pueda suplirlo? y ¿convenció al cuerpo técnico, Santiago Ormeño?
Las respuestas deben aparecer en el camino. Las necesitamos para pasar de presa a cazador. De víctima a verdugo.
