Lima atraviesa una temporada de verano pero los integrantes de la selección peruana no han salido del crudo invierno. Hay un frío que los tiene inmóviles, una neblina los desorienta y el viento los mueve de un lado para otro. A poco más de un mes para jugar contra Bolivia (25 de marzo) y Venezuela (30 de marzo) la situación del combinado nacional estuvo en la incertidumbre por las decisiones del gobierno de Francisco Sagasti que decretó, sin mayor fundamento, la inactividad del fútbol prohibiendo incluso los entrenamientos a pesar de que, en los últimos meses, el fútbol con sus protocolos cumplió y no se registraron problemas mayores con el tema de los contagios por Covid-19.
La primera parte de esta historia la protagonizan los futbolistas que militan en la MLS. Pedro Gallese, Edison Flores, Yordy Reyna, Alexander Callens, Andy Polo y Marcos López arrancaron sus entrenamientos en La Videna el pasado 11 de enero. La misión era mantenerse en ritmo y no descuidar la preparación física. Parte del comando técnico supervisaba las labores. Incluso, el lesionado Jefferson Farfán se les unió en los trabajos. Con la MLS en problemas para su inicio, Ricardo Gareca estaba contento con tener al menos a un puñado de futbolistas entrenando en Lima.

Sin embargo, todo cambió el 26 de enero. Ese día se conoció de cinco casos positivos por Covid-19 en el recinto de San Luis. ONCE pudo conocer que tres de ellos eran seleccionados y el resto personal del área deportiva de la FPF. Inmediatamente se procedió a enviar a todos a sus casas con seguimiento médico y a esperar la desinfección de La Videna. Se pensaba volver a entrenar pronto pero ese mismo día por la tarde el Gobierno anunció una nueva cuarentena que entraría en vigencia cinco días después. Al prohibirse toda actividad deportiva, los jugadores ya no pudieron juntarse para entrenar.
Para no perder forma cada futbolista empezó a entrenarse de manera individual. Los parques de Surco, La Molina, San Isidro y Miraflores fueron los lugares donde los jugadores realizaron trabajos en solitario o asistidos por Adrián Vaccarini, preparador físico de la ‘bicolor’. Fue una situación singular. Fubolistas profesionales, miembros de una selección mundialista, entrenaban en parques y calles utilizando la hora de salida otorgada por el gobierno. Los seis seleccionados que militan en la MLS hicieron ejercicios de resistencia y reacondicionamiento y trabajos con balón. El portero Pedro Gallese apoyado por Óscar Ibáñez, preparador de arqueros de la ‘blanquirroja’, entrenó en el jardín de su casa. “No hay otra, a seguir, no podemos parar. Ojalá nos dejen regresar pronto”, publicó Gallese en su cuenta de Instagram.

Estos entrenamientos ‘artesanales’ ocasionaron la molestia de Néstor Bonillo, preparador físico y mano derecha de Ricardo Gareca. “Tenemos preocupación, entrenamos con futbolistas de la selección, en la calle. Tuvieron que entrenar al aire libre, cerca de sus casas, en terrenos que no son los adecuados, en plazas, en la calle. Eso realmente nos preocupa”, dijo Bonillo. La cosa no mejoró con el mes de febrero encima. Edison Flores, Raúl Ruidíaz, Yordy Reyna y Marcos López recibieron el llamado de sus clubes en los Estados Unidos pero el pedido de regresar no era para arrancar la pretemporada sino para vacunarlos contra el Covid-19. Una mala noticia desde el lado del ritmo futbolístico fue el anuncio de que la MLS postergó su inicio del 3 al 17 de abril. En concreto, seis seleccionados que compiten en esa liga, llegarán a la fecha doble de eliminatorias sin un solo partido oficial encima.