Es muy sencillo decir que el nivel de la Liga 1 del fútbol peruano es muy bajo. Pero mientras no se trabaje adecuadamente en menores, tengamos canchas en mal estado, se siga jugando en terrenos inhóspitos y se consientan arbitrajes amañados, nuestro fútbol seguirá sumergido en la mediocridad. A pesar de todo lo mencionado se sigue cometiendo otro gran error: las contrataciones extranjeras de bajo nivel.
Lo tangible es que la solución a estos problemas, en el mejor de los casos, son a mediano plazo (trabajo en menores, capacitación entrenadores) y otras por nuestra geografía son imposibles de aspirar, ya que no se le puede pedir a los clubes de provincia que renuncien a sus localías.
Sin embargo, hay otras que si pueden tener respuestas y soluciones mucho más rápidas para elevar el nivel de nuestra liga. El tema del arbitraje necesita de una auditoria ética y capaz para cortar de raíz cualquier tema deshonesto dentro de sus manejos. El profesionalismo de nuestros jugadores necesita de directivas consecuentes con sus objetivos y firmes en el momento de implantar disciplina. Las canchas necesitan del cuidado responsable de las autoridades pertinentes. Y el tema de los refuerzos extranjeros un cambio de chip.
Las contrataciones de extranjeros en su gran mayoría resulta un gran gasto para los clubes, y no representa un retorno acorde en lo deportivo ni en lo económico. Es decir, todo se reduce a una mala inversión que puede llevar al club incluso al descenso.
Vayamos por partes y analicemos la participación de nuestros representantes en la Copa Libertadores de América y cuáles fueron los “refuerzos” contratados.

Club Binacional
El campeón del fútbol peruano con sede en Juliaca cuenta con una plantilla evaluada en 7.6 millones de dólares, fue eliminado en primera ronda y cayó goleado en sus visitas en la Libertadores por 8 a 0 ante River Plate; 5 a 0 ante Sao Paulo; y 4 a 0 ante el LDU de Quito. Sus grandes “refuerzos” extranjeros fueron:
Camilo Mancilla, un back centro colombiano que el Atlético Bucaramanga cedió a costo cero al Alianza Petrolera, un club chico de la provincia de Santander en el país cafetero. Es decir, fue cedido gratis por su ex club. ¿Ese es el refuerzo de nivel internacional para el campeón peruano con miras a Copa Libertadores?
Nery Bareiro, defensa central paraguayo de 32 años con dilatada trayectoria, llegó proveniente del modesto CS San Lorenzo de Paraguay que en el 2019, jugaba la segunda división guaraní. Para muestra un botón, en el 2021 firmó por el Juventude de la segunda división brasileña. Nos volvemos a preguntar ¿para eso se invierte tanto dinero?
Roque Guachire, volante central paraguayo de 25 años proveniente del 2 de Mayo de la división intermedia paraguaya. Si bien su carta pase pertenece a Libertad desde los 20 años, ha sido prestado a clubes de poco nombre o que juegan en categorías menores. ¿Quién pensaría que un jugador así marcaría la diferencia en una torneo internacional?

Dahwling Leudo, volante ofensivo colombiano de 29 años que provenía del Melgar de Arequipa donde no había demostrado un buen nivel. Antes de fichar por el Melgar se encontraba en condición de jugador libre. Con retazos no se construye un equipo para competir en una Copa internacional.
Johan Arango, extremo derecho colombiano de 28 años, es muy talentoso, especialmente para la indisciplina y la polémica. En sus 12 años de carrera profesional ha pasado por 15 diferentes clubes, en ninguno pudo consolidarse por su mala conducta. En su expediente figuran fiestas, alcohol, llegar tarde a entrenamientos, expulsiones innecesarias, entre los actos que más se le han reprochado. Esto se reafirma con el dato que en los tres últimos años sus pases han sido como jugador libre. Estando en Binacional demostró chispazos de buen fútbol pero también fue sancionado por la directiva, el motivo fue una denuncia por intento de violación sexual, durante una fiesta en un departamento en Miraflores. Claramente no era el perfil de jugador que se necesita para reforzar un equipo cara a una Copa Libertadores.

Club Alianza Lima
El Fondo Blanquiazul invirtió varios millones de dólares en formar un “Dream Team”, sin embargo, Alianza Lima en la Copa Libertadores no pudo conseguir más que 1 punto de 18 en disputa. Además, obtuvieron el penoso récord de ser el equipo con peores resultados en la historia de la Copa Libertadores. Y como cereza del pastel, los hinchas también tuvieron que soportar la humillación de perder la categoría en la Liga local, por lo que en el 2021 Alianza tendrá que jugar la Liga 2. A continuación la legión extranjera que llegó a Matute sin pena ni gloria.
Rubert Quijada, central venezolano de 31 años procedente del Caracas FC, club que lo repatrió desde Qatar, país al que ellos mismos lo vendieron y sólo se pudo mantener un año. La interrogante es, con el dinero que invirtió el Fondo Blanquiazul y los salarios que pagaba, ¿fue Quijada la mejor opción?
Luis Aguiar, volante mixto uruguayo que había tenido un paso aceptable por Alianza hace dos años atrás, después de eso no pudo tener continuidad en el Nacional de Uruguay, recalando en el modesto Plaza Colonia donde tampoco sobresalió, luego ancló en el San Martín de Tucumán en Argentina, club que disputa la primera nacional de Argentina (Liga 2 para nosotros). A este notorio declive en su rendimiento había que sumarle que el uruguayo ya tenía 35 años de edad. La realidad de los hechos lo reafirma, Aguiar es de segunda, para el 2021 el jugador acaba de firmar para el Juventud de la segunda división uruguaya.

Federico Rodríguez, con 29 años es un delantero centro uruguayo con nacionalidad española, llegó procedente del Danubio de su país natal, donde sólo jugó seis meses y no pudo consolidarse a lo largo de sus 10 años de carrera donde pasó por once clubes. Incluso por el Genoa del Calcio, club que durante el tiempo que duró su contrato prefirió prestarlo a cinco equipos distintos, antes que usarlo en su plantel. El delantero no marcó la diferencia y a principios del 2020 decidió rescindir su contrato con el club intimo. Actualmente se encuentra sin equipo desde que dejó Alianza Lima a pesar de tener pasaporte comunitario, lo cuál nos puede dar un alcance de su valor en el mercado internacional.
Adrían Balboa, delantero centro uruguayo de 26 años, en ocho años de carrera profesional pasó por 12 equipos sin lograr mantenerse más de un año en algún equipo. Llegó procedente del Belgrano de Argentina a mediados del 2019 y anotó algunos goles. Pero a nivel local no destacó. Al igual que sus demás compatriotas decidió rescindir contrato con Alianza a inicios de la pandemia y se fue a jugar al Racing de Santander que disputa segunda división B de España (tercera división para nosotros). En en club español tampoco logró sobresalir por lo que ha vuelto a Belgrano, su club de origen.

Patricio Rubio, delantero chileno de 31 años llegó procedente del Everton. Sin lugar a dudas el chileno fue el jugador de mayor jerarquía y calidad que llegó al cuadro blanquiazul este año, sin embargo, aterrizó a mediados de año cuando la indisciplina ya estaba instalada y el equipo no jugaba a nada. Igual es válido señalar que con 31 años a cuestas, no llegó en el mejor momento de su buena carrera deportiva.
Cristian Zúñiga, delantero colombiano de 28 años y de lejos el fichaje más cuestionable en lo referente a cartel futbolístico. El colombiano recién apareció en el fútbol profesional a los 23 años en el Leones FC de su país, un club de segunda, y continuo su carrera en una liga panameña, muy inferior a la colombiana. Llegó al Perú procedente del San Francisco panameño y su rendimiento futbolístico fue impresentable e irritante para la hinchada blanquiazul. No soportó la presión y antes que acabe la temporada pidió rescindir contrato para regresar a la liga panameña. Se filtró la información que el colombiano le costaba al club 12 mil dólares mensuales.

Club Universitario
Si bien Universitario no logró llegar a la fase de grupos de la Copa Libertadores fue el que mejor papel hizo con cuatro refuerzos foráneos para esa campaña. La diferencia fue que el entonces gerente deportivo de Universitario, Jean Ferrari, contó con el apoyo y supo apalancarse en la experiencia de su entrenador Gregorio Pérez, en lugar de empresarios fortuitos. Pérez un viejo zorro en el mundo del fútbol, recurrió al mercado uruguayo que es el que mejor conoce y a jugadores profesionales, comprometidos y dentro del promedio del mercado local —cabe resaltar que en muchos casos la Liga peruana paga mejor que la uruguaya—. Universitario superó en primera ronda al Carabobo de Venezuela por un marcador global de 2 a 1, y en segunda ronda cayó ante el Cerro Porteño paraguayo por el mismo marcador. Los refuerzos merengues fueron los siguientes:
Federico Alonso, central de 28 años con un pasado en equipos de primera división de Uruguay, Ecuador, México y Venezuela. El zaguero fue uno de los puntos más altos de la ‘U’ cuando ganaron la Fase 1 del campeonato hasta que una grave lesión a la clavícula lo tuvo fuera de las canchas cuatro meses. Regresó para el partido final ante Cristal y fue uno de los mejores de su equipo. Universitario le renovó contrato para la temporada 2021.

Luis Urruti, extremo de 27 años proveniente del River Plate uruguayo, con pasado en equipos importantes de su país como Peñarol. Alternó en la posición con los referentes Hobberg y Quintero, cada vez que ingresó fue para aportar y en muchas ocasiones con rendimientos y goles decisivos. Por sus buenas actuaciones se ganó a la hinchada y la dirigencia hizo el esfuerzo por renovarle el préstamo para la temporada 2021.
Jhonatan Dos Santos, centro delantero de 27 años proveniente del Cerro Largo uruguayo, se convirtió en sensación en la fase 1 del torneo y en el sinónimo de gol en tienda merengue con un total de 15 goles en el año. A pesar de haber estado fuera de las canchas más de 2 meses por una fuerte lesión. Sus actuaciones se ganaron el respeto de propios y extraños tanto así que la dirigencia intentó asegurar su permanencia para la campaña 2021, pero fue imposible competir con las ofertas del mercado mexicano que ya había puesto sus ojos en él. Finalmente el Querétaro se hizo con sus servicios por un monto seis veces mayor al que desembolso el equipo crema.
Donald Millán, volante colombiano proveniente del Binacional de Juliaca y el único que no llegó por recomendación de Gregorio Pérez. El colombiano es un jugador talentoso y cerebral pero parece haberse quedado en el ritmo de los años ’90. Comenzó la campaña como titular pero poco a poco fue perdiendo piso y terminó alternando durante todo el año, no logró encajar en el fútbol dinámico que pretendían tanto el profesor Pérez y más aun Ángel Comizzo. El colombiano estuvo en equipos importantes de su país en la década pasada, pero ya lleva cuatro años en el nuestro y no tiene valor de reventa internacional ni por edad ni por dinámica. Para la temporada 2021 regresó a la Universidad César Vallejo de Trujillo.

Club Sporting Cristal
Inició su participación en la segunda ronda de la Libertadores donde le tocó enfrentarse con un hueso duro de roer: Barcelona de Guayaquil. El resultado de ida fue lapidario un 0 a 4 en contra condicionó la vuelta a un partido de trámite, donde el elenco celeste logró salvar el honor al vencer por 2 a 1 en casa. Los celestes fueron los que menos se reforzaron, apenas dos jugadores foráneos llegaron el año pasado y uno incluso después de la Libertadores.
Jhon Marchán, volante creativo venezolano de 21 años procedente del Portuguesa de su país natal, lleva sobre los hombros el palmares de haber sido integrante de su selección sub 23. Llegó poco después de la eliminación del equipo en la Copa, en el torneo nacional tuvo una participación aceptable hasta que una lesión lo sacó del equipo titular por varias semanas. Después no pudo volverse a meter en el once inicial. Si bien no desentonó tampoco demostró cualidades como para ocupar una plaza de refuerzo extranjero. A pesar de ello, el comando técnico del profesor Mosquera le ha renovado la confianza y se quedará un año más en la tienda celeste.
Washington Corozo, extremo ecuatoriano de 21 años llegó procedente del Independiente del Valle, con el cartel de seleccionado ecuatoriano en categorías sub 17 y sub 20. Si bien tuvo un inicio bastante tibio y parecía ser una nueva decepción, con la llegada de de Mosquera elevó considerablemente su juego. Mostró su mejor versión, hasta convertirse en una de las principales figuras del equipo en la fase 2 y en los partidos de definición por el título nacional. Sus buenas actuaciones han despertado el interés del mercado mexicano y europeo, pero en Cristal prefieren que se quede a jugar la Libertadores 2021 y se valorice aún más antes de venderlo. Definitivamente el jale con mayor proyección que llegó al mercado peruano en el 2020.

En los párrafos previos hemos podido desmenuzar las incorporaciones extranjeras de cuatro equipos que en el papel, debieron reforzarse mejor. Si hablamos de los que clasificaron a la Sudamericana como Melgar, Garcilazo, Grau y Huancayo veremos una situación muy similar a la de Binacional y Alianza. Y si seguimos con los demás participantes de la Liga 1, encontraremos una realidad aún mas preocupante. Jugadores de segundo nivel en sus países natales, jugadores en los últimos años de sus carreras o jugadores díscolos que no son requeridos en otros mercados por su mala conducta.
El scout y ex jugador profesional Marcus de Giuseppe o simplemente “Bica” opina: “En el fútbol un buen negocio es cuando ganan todas las partes. Gana el club que vende o presta, gana el club que recibe al jugador, gana el jugador y por último gana el empresario también. No puede ser de otra forma si eres un agente honesto. En el fútbol peruano sólo están ganando 2 partes, el club que vende y el empresario con toda la gente que se maneja en torno a él”, afirmó el ex delantero del Sporting Cristal.
“A Perú llegan jugadores de más de 30 años o jugadores de equipos desconocidos en el extranjero, que le cuestan al club 10, 15 o 20 mil dólares mensuales y en el campo no marcan una diferencia acorde con esos salarios. En Brasil, Uruguay y otros mercados sudamericanos puedes encontrar jugadores en buena edad, de jerarquía y que vendrían tranquilamente por esos montos, porque allá ganan menos”, sentencia Bica.

Las declaraciones de Bica ponen sobre la mesa una realidad que vemos a diario en nuestro campeonato y se reflejan en el nivel mostrado por nuestros representantes en los últimos torneos internacionales. En el 2020, salvo Sport Huancayo, que avanzó un par de fases en la Sudamericana, todos fueron eliminados rápido y en muchos casos de manera vergonzosa.
Sin embargo a ninguno le faltan sus “refuerzos” extranjeros que poco o nada hicieron para elevar el nivel del equipo o darle la categoría internacional para los que fueron contratados. La realidad es la siguiente, los extranjeros que vienen a nuestro país no vienen a sumar y sólo son un gasto para los clubes que los contratan.
Aquí puedes leer la entrevista completa a Bica (https://once.pe/bica-sus-recuerdos-de-goleador-y-su-mirada-al-futbol-peruano-de-hoy/)
                    
                                        
                

